La empresa paisa que revoluciona el sector textil con inteligencia artificial

Escribir en un computador un par de palabras claves sobre alguna idea que está en nuestra imaginación y ver cómo en segundos se convierten en diseños únicos y libres de derechos de autor que luego van a terminar estampados en una tela parece algo imposible de concebir, pero es lo que está pasando al interior de Artextil, una empresa paisa que lleva más de cuatro décadas en el sector textil y que vende al rededor del mundo.

Inspirar, conectar y transformar, son los tres pilares con los que Carlos Aristizabal ha llevado esta empresa que fundó su padre y que hoy supera los 40 millones de metros de tela al año que llegan a más de un centenar de marcas que luego las convierten en hermosos diseños.

Hasta Disney ha llegado a tener las telas que se producen en esta empresa que alberga historias de vida ejemplares de colaboradores que comenzaron haciendo sus prácticas y hoy dirigen operaciones completas.

Recorrer los pasillos de esta empresa, es encontrar a colaboradores con una sonrisa de oreja a oreja mientras crean los más innovadores diseños que luego van a parar en múltiples texturas de las telas.

Y la cifra de rotación de personal de menos del 1 por ciento valida lo que para Carlos es fundamental: cuidar a sus trabajadores; pese a que han pasado por momentos difíciles en el sector y la llegada de la tecnología 4.0 que no ha reemplazado a ninguno de sus empleados, sino por el contrario, se han convertido en vehículo para aprovechar al máximo la productividad que ha subido en un 1.100 por ciento.

“Esa obsesión de estar siempre en lo último nos metió en un tema de hacer más con menos y nos metimos en un tema de automatización, robots, transformación digital de toma de decisiones basadas en inteligencia de negocios. La data fue clave y la democratización de la información. Y ahora entramos en la inteligencia artificial”, cuenta el gerente de Artextil.

Y es que lo que eran los antiguos salones de reuniones con los clientes se convirtieron en espacios abiertos, en laboratorios de ideas donde materializan los sueños de grandes diseñadores de moda y dueños de reconocidas marcas como Agua Bendita, NafNaf, entre muchas otras con las que han trabajado durante las últimas décadas.

La dinámica sigue siendo la misma, su personal el mismo pero el tiempo y la facilidad que le dan a sus clientes para ahorrar en colecciones es lo que ha marcado la diferencia.

“En la inteligencia artificial generativa encontramos la oportunidad, y es que a través de los promts (comandos) logramos sacar diseños a la medida para los clientes donde tú te puedas soñar de forma muy rápida, un diseño exclusivo, hecho a la medida con su ADN de marca. La explosión de la inteligencia artificial es tan grande que los procesos siguientes también requieren ir a la misma velocidad. Nos tocó empezar a integrar todo el tema de automatizar y se logró con la robótica aplicada a los sistemas de tal forma que no se perdiera el tiempo ganado”, explica Carlos mientras las gigantescas máquinas de la planta estampan las telas de lo que será la próxima colección de la marca Arkitect.

Justamente, la inteligencia artificial ha hecho ver la necesidad de no solo crear diseños en cuestión de segundos, sino de que también se tenga la posibilidad de ver cómo se verían en modelos hechas netamente con estos sistemas.

“Integramos Avatar que son tecnologías que tienen que ver con la realidad aumentada donde uno puede visualizar de forma muy rápida ese diseño creado en una silueta con un modelo que se ajusta a la marca y a cero costo. El reto es ese, soñar desde la inteligencia artificial y luego el avatar y luego verlo impreso en la impresión digital. Ahí logramos un desarrollo en equipo que nos ha permitido dar soluciones en tiempo muy rápido”, explica.

Durante los últimos dos años, han trabajado en la implementación de estos sistemas que han tenido una inversión de más de 10.000 millones de pesos que los ha hecho tener la posibilidad de competir con otras empresas a nivel mundial.

Al implementar estas tecnologías, han permitido también ir muy de la mano con la filosofía de sostenibilidad que tienen en Artextil con innovaciones de telas biodegradables, telas que se convierten en material orgánico y hasta tienen una propia planta de tratamiento de aguas residuales que luce como si fuera un jardín inmenso en medio de la planta donde el 80 por ciento de los residuos son reutilizados y aprovechados.

Las aguas residuales las vuelven jabón y ya completan 20.000 diseños hechos con este sistema de la inteligencia artificial.

Carlos tiene un sueño por el que ha trabajado durante los últimos años y es que Medellín se posesioné con el título de ‘epicentro de la moda’.

Artextil hace parte de los ‘25k’, una iniciativa que une a los empresarios de la industria textil en este sueño.

En Medellín y su área metropolitana hay dos empresas centenarias y entre ellas hay un radio de 25 kilómetros y en estos hay un ecosistema que arropa a más de 10.000 empresas dedicadas a la moda que generan 244.000 empleos y que participan en el 3 por ciento del total de PIB de la región y a eso lo denominaron el ecosistema de los ‘25k’.

“Es el sueño es posicionar a Medellín como un epicentro de la moda nuevamente como lo fue en los años ochenta con una oferta de valor, de aprovechar las ventajas competitivas y esta ciudad en su historia ha desarrollado unas ventajas en términos de flexibilidad, velocidad, moda y lo que hemos logrado es integrarnos como encadenamientos para conectar con el mundo, con esa cadena de valor y generar más empleo en el epicentro de la moda”, enfatiza Carlos Aristizabal mientras supervisa la planta.

MARÍA ALEJANDRA RODRÍGUEZ CASTELLANOS 

SUBEDITORA EL TIEMPO 

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