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‘Era el fin de nuestras vidas’: pasajero del vuelo de Rionegro a Cartagena
Dos pasajeros cuentan su experiencia en el vuelo de Latam LA4292.
Interior del avión en emergencia. Foto: Captura de pantalla
Juan Horacio Botero viajaba con su esposa y la empleada doméstica a unas vacaciones a Cartagena. Las reservas estaban listas y llegó el momento del vuelo que partía a las 11 de la mañana del martes en el aeropuerto José María Córdova, en Rionegro. Pero todo se tornó en demoras y esperas.
“Llegamos a las 9:15 de la mañana al aeropuerto, pero el vuelo salió a las 2:30 de la tarde. Una niña (empleada de Latam) nos informó que el avión venía desde Pereira pero estaba demorado para salir de allá porque estaba en mal tiempo. El avión llegó como a la 1:30 de la tarde y luego nos informaron que había que hacerle aseo, bajarle las maletas y después esperar a que nos llamaran a bordo pero no lo hacían”, contó Botero.
Esa misma espera la tuvo Kelly Manuela Cifuentes, quien viajaba con su esposo y su bebé con destino a Barú. Pero ella vio algo más extraño aún: “Cuando el avión aterrizó, porque venía desde Pereira, vimos que había alrededor de 7-8 técnicos alrededor del tren delantero del avión. Nos dijeron que el vuelo iba ser cancelado y en ese momento llega otra niña y nos dice que es hora de embarcar”.
Tanto Juan como Kelly se embarcaron, cada uno en sus puestos y con sus familias. El avión decoló y en el aire todo parecía normal, como cualquier vuelo y con algo de turbulencia. Pero todo, de un momento a otro cambió.
Ya habían pasado cerca de 20 minutos y las conversaciones entre familias se interrumpieron con el mensaje desde la tripulación.
“Una azafata empezó a decir que el capitán acababa de informar que estamos en una emergencia porque hay un problema en la cabina de bando pero no nos dijeron que era problema en el tren de aterrizaje. Nos informaron sobre las puertas de salida y que nos pusiéramos en posición fetal, poner la cabeza abajo y poner los equipajes de mano debajo de los asientos”, contó Botero.
Así fue la angustia de los pasajeros del vuelo LA4292 que iba de Medellín a Cartagena y que aterrizó de emergencia en el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro. 📹: Denuncias Antioquia pic.twitter.com/gZsfE9usM4
A algunos pasajeros los pasaron hacia la parte de atrás del avión para hacer contrapeso y que la parte delantera estuviera los más despejado posible porque el problema estaba en la llanta delantera y había probabilidad de aterrizar de nariz.
Allí todo se tornó en tensión y llantos. El avión comenzó su regreso al aeropuerto e hizo un sobrevuelo por alrededor de 32 minutos para ‘quemar combustible’ para poder aterrizar lo más vacío posible.
“La verdad había muchas personas llorando, rezando, personas desmayadas, eso fue impresionante. Traté de guardar la calma porque estaba con mi hijo y se vomitó tres veces”, recordó Kelly.
Los minutos fueron largos y en medio de la confusión, el avión aterrizó en la pista y se apagaron las luces y el aire acondicionado.
“Apenas el avión paró ya, el capitán de vuelo nos habló y nos decía que nos quedáramos en los asientos y que no nos moviéramos, que van a traer unas escaleras porque el avión quedó en la pista principal y estaba lejos del terminal y había que es esperar a que llegara un bus”, narró Juan.
Dos personas del equipo médico del aeropuerto entraron al avión a revisar puesto por puesto a los pasajeros, algunos tenían la tensión alta. Luego comenzó la evacuación, que fue lenta según los pasajeros.
“Pedíamos celeridad, uno con ese susto, teniendo niños llorando y personas desmayadas”, agregó Kelly.
Este el avión de Latam que tuvo la emergencia. Foto:Jaiver Nieto
Tanto Juan como Kelly agradecieron al piloto y su maniobra.
“El piloto tomó todo con la seriedad del caso porque la verdad nos salvó. Sino hubiera sido por las maniobras que él efectuó no estaríamos contando el cuento, también hubo buena atención por parte de las azafatas”, dijo Kelly.
Entretanto, Juan, quien dijo que tuvo que tomar pastillas para los nervios y poder dormir en la noche del martes. “Eso siempre lo afecta a uno un poco. Estamos tomando una pastillita para calmar los nervios porque uno dice en ese momento, aquí no hay nada que hacer, ya nos fuimos para el otro lado del río”.
Los 147 pasajeros y 6 tripulantes de mando y cabina llegaron al terminal aéreo y todavía había caos y confusión. En medio de los reclamos, algunos recibieron hamburguesas por parte de la aerolínea, otros decidieron irse para sus hogares.
Aquel vuelo LA4292 fue un tormento para ambos y sus familias. Juan Horacio Botero no pudo tener sus vacaciones ni su empleada conocer el mar; entretanto, Kelly Manuela Cifuentes no pudo celebrar el cumpleaños de su esposo en tierras caribeñas.