Las pistas que revelarían participación de más personas en crimen de fiscal

Más de 100 elementos probatorios entre videos, fotografías, testimonios de huéspedes y empleados del Hotel Decameron, análisis del mismo cuerpo de la víctima y entrevistas en más de 102 hoteles de Cartagena a gerentes y personal de servicio hacen parte de las primeras 60 horas de trabajo de las autoridades de Colombia, Paraguay y Estados Unidos que investigan el crimen del fiscal anticorrupción de Paraguay, Marcelo Pecci, en la exclusiva playa de este hotel en la isla de Barú.

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En la isla de Barú y vías claves de Cartagena hay 17 puestos de control de la Policía, han sido entrevistados 800 ciudadanos y cuatro viajeros paraguayos, y con una fotografía extraída de video de una cámara de seguridad y un retrato hablado, el director de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas Valencia, ratifica la recompensa de hasta 2.000 millones de pesos a quien entregue información sobre el refugio de los criminales.

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No obstante, la única prueba que conoce la opinión pública es la fotografía y un video de los presuntos asesinos que alquilaron una moto acuática por 200.000 pesos en playa Blanca, el balneario vecino a la exclusiva playa del hotel Decameron, y en esa misma nave llegaron hasta el lugar donde descansaba el fiscal Pecci, al lado de su esposa, y le dispararon en tres oportunidades.

Sobre los señalados, el general Vargas manifestó que serían extranjeros, pero no definió de qué país provienen. Eso sí, dijo que son caribeños.

Expertos consultados por EL TIEMPO señalan que es claro que detrás del crimen habría más hombres. No solo los dos que aparecen en el video ampliamente difundido.

"Los sicarios tuvieron que tener un cómplice dentro del hotel, empleado o huésped, que les indicó el momento y el lugar donde se encontraba la víctima, Por eso son tan importantes estas primeras horas y las cámaras de seguridad", señala el experto en seguridad y exoficial, Erich Saumeth Cadavid.

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Por los relatos que han entregado los operadores turísticos de playa Blanca, después de cometer el crimen, los dos sicarios entregaron la moto acuática, pagaron el alquiler y salieron a toda prisa hasta donde aparentemente los esperaba un carro que los habría sacado de la isla, por la vía de Barú y luego por el puente sobre el Canal del Dique.

Los operativos más recios, por tierra, mar y aire, están sobre la isla de Barú, y en especial sobre las poblaciones de Ararca, Santana, Barú y Pasacaballos. 

No se descarta una ruta de escape en altamar.

John Montaño

Corresponsal de EL TIEMPO

CARTAGENA

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