Un desplazado por la violencia, líder social e ingeniero industrial conquistó una curul de la paz a la Cámara de Representantes por la circunscripción especial de la Costa Pacífica de Nariño.
Gerson Lisímaco Montaño Arizala con 42 años de edad y oriundo de la vereda Dosquebradas, ubicada en el municipio de Tumaco, tiene uno de los mayores retos de su vida y sabe que a sus comunidades no puede defraudar.
“Yo soy un líder social que se dedica a la formulación y estructuración de proyectos para el Consejo Comunitario Unión Río Caunapí” dice con sencillez cuando se presenta, pero además cuenta que en su organización ejerce la coordinación de la unidad técnica.
Su liderazgo lo empezó a gestar en el 2011 cuando constituyó la junta y la asamblea del Consejo Comunitario Caunapí, al igual que apoyó la consolidación de la organización de base denominada Redes de Consejos Comunitarios del Pacífico Sur, Recompas, con el propósito de fortalecer las débiles condiciones sociales de los habitantes en el territorio.
Se considera una víctima más de la violencia, aunque también aclara que “acá en Tumaco todos somos víctimas de manera directa o indirecta, eso es indudable”.
Ese episodio de su vida quedó imborrable en su mente. “El día y el momento exacto del desplazamiento yo me encontraba en Cali por cuestiones de estudio, los que se desplazaron fueron mi madre, mi padre y mis hermanos”.
Eso sucedió en el 2005 cuando la familia se tuvo que desplazar de la vereda a la cabecera municipal de Tumaco, por la presencia de los grupos armados ilegales que desataron una violencia sin precedentes en esa olvidada zona del departamento de Nariño.
Ahora, su decisión de postular su nombre para las elecciones de las curules de paz en Colombia, surgió como miembro del Consejo Comunitario Caunapí y tras lograr el aval de las Redes de Consejos Comunitarios del Pacífico Sur.
Señala que del Consejo Comunitario surgieron varios candidatos, pero después de un proceso interno su nombre fue el elegido en una asamblea convocada por Recompas. Todo transcurrió entre los meses de agosto y octubre del año anterior.
Después del debate electoral del pasado domingo y tras conocerse los resultados por la Registraduría Nacional, Montaño es consciente que además de ser un gran desafío personal, su elección se traduce en “una entrega por la vida” y en un compromiso serio de cara al desarrollo social e integral del territorio.
“Nuestro reto además de ser el vocero ante el Gobierno Nacional, es también poder realizar toda la gestión conforme a mejorar todas las condiciones de vida de la sociedad, no solo de Tumaco sino del Litoral Pacífico en general”, explica.
Generar el bienestar social
Tiene muy claro que impulsar el desarrollo social integral de la región es su mayor aspiración desde la posición que ocupará en el inmediato futuro, lo que supone no solamente cumplir con lo consignado en los acuerdos de paz, sino también plantear una agenda pero con acciones concretas, orientadas a la generación del bienestar mediante el impulso al empleo, con una serie de actividades y proyectos productivos y de impacto regional en temas como la movilidad fluvial y marítima, el saneamiento básico y la educación.
También sabe que hoy Tumaco vive una realidad muy distinta, “ni siquiera en la cabecera municipal tenemos agua potable permanente y lo mismo pasa en los diez municipios de la Costa Pacífica Nariñense, por eso queremos hacer lo pertinente para llegar con bienestar al territorio”.
ite que los gobiernos de turno se han equivocado cuando creen que la solución a los múltiples problemas que tiene Tumaco es la creación de batallones y el aumento de la Fuerza Pública, y añade: “porque como le vamos a exigir a alguien que no cultive matas de coca, cuando no hay oportunidades adicionales para desarrollar iniciativas que impacten en la transformación social de la misma gente”.
El líder estima que esta estrategia militar que viene de 20 años atrás no ha cambiado el panorama de violencia porque la situación de inseguridad sigue latente, entonces propone “empezar a buscar alternativas de desarrollo que partan de la inversión social, en eso si tenemos que pensar”.
Desde el nuevo rol que va a desempeñar en la Cámara de Representantes, el apoyo real a las víctimas de la violencia es otra de sus mayores preocupaciones, para ello plantea un aumento proporcional de la inversión estatal en cada municipio, “no es simplemente hablar, hablar y militarizar, esa solo es la acción de repliegue”.
Y cuando habla del preocupante tema de los cultivos de uso ilícito que abundan en la región y si se debe sustituir o erradicar los mismos afirma sin vacilar: “la sustitución es una alternativa, la erradicación no es una salida, nosotros siempre hemos defendido la sustitución pero programada y planeada con las comunidades, pero insistimos en que ante todo es necesario invertir en la región”.
Sobre los cuestionamientos que a su elección han hecho algunos tumaqueños en el sentido que habría recibido el respaldo de dos congresistas de Nariño, fue claro al recalcar que “ellos hicieron algunos ruidos, pero yo les digo que no conozco a las dos personas que me dicen que me dieron apoyos, nosotros desde Recompas hicimos un proceso de elección atractivo para que los líderes se vieran bien representados, eso lo hicimos”.
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