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Explicativo
'Nos quedamos solos': autoridades denuncian abandono del Gobierno en plena crisis del Catatumbo
Luis Fernando Niño, alto consejero de Paz en Norte de Santander, cuestiona las ayudas humanitarias.
En Tibú, corazón del Catatumbo, soldados hacen presencia en el marco de la crisis humanitaria. Foto: César Melgarejo. EL TIEMPO @cesarmelgarejoa
Por más de 43 días, la tragedia humanitaria en el Catatumbo ha sido evidente: 54 mil personas desplazadas, 23 mil confinadas y 70 homicidios registrados desde el 16 de enero. Sin embargo, las respuestas del Gobierno Nacional han sido insuficientes, dejando en vilo a las familias afectadas y a las autoridades locales, que intentan contener la crisis con recursos limitados.
El cierre del Puesto de Mando Unificado (PMU), que monitoreaba la crisis en la región, ha generado un profundo malestar entre los líderes regionales. Luis Fernando Niño, alto consejero de Paz en Norte de Santander, lamenta que la gobernación y algunas instituciones locales hayan quedado solas en la gestión de la emergencia.
El alto consejero de Paz en Norte de Santander alertó sobre la situación en el Catatumbo. Foto:Universidad Simón Bolívar
"El PMU se frenó porque finalmente nos quedamos solos. Ante el inconformismo, ahora nos dicen que van a traer delegados de cada ministerio a Tibú, pero ¿serán permanentes o solo otra visita?" Cuestiona Niño, quien teme que el presunto arribo de funcionarios nacionales no se traduzca en soluciones reales.
La incertidumbre es palpable. Niño revela que el último boletín informativo sobre la crisis en la región fue el número 33, publicado el 24 de febrero, y desde entonces no se ha emitido ninguno más. "Lamentablemente, llegamos hasta ahí. Ahora el Ministerio del Interior y el Ejército nos llaman porque ya no hay boletines. Pero entonces, ¿ya no hay guerra, no existe el Catatumbo?", cuestiona el funcionario.
El compromiso del Gobierno Nacional sigue en duda. Niño señala que, aunque han recibido ayudas humanitarias en especie, no han recibido ningún recurso económico. "Nos dicen que la próxima semana llegarán los delegados, pero no solo necesitamos presencia, sino inversión”, enfatiza. La única inversión anunciada hasta ahora son los 77 mil millones destinados a educación, pero su ejecución enfrenta obstáculos legales.
Las condiciones en los municipios más afectados, como Tibú y Teorama, siguen siendo alarmantes. En este último, las comunidades de El Aserrío, San Pablo y San Juancito están bajo un alto grado de confinamiento, mientras que en Guamalito (municipio de El Carmen) 13 familias fueron desplazadas recientemente. "Todavía la gente en los albergues se siente amenazada por los grupos en confrontación”, advierte Niño.
Teorama, uno de los municipios del Catatumbo más impactado por la crisis humanitaria. Foto:Andrés Carvajal
Ante la falta de respuestas concretas, el senador Juan Carlos García, quien encabeza la Comisión Accidental creada para analizar el estado de excepción, informó que fue aprobada una proposición para citar a 12 ministros y dos asesores nacionales con el fin de que expliquen la falta de acción en el Catatumbo y el área metropolitana de Cúcuta. "No vamos a permitir que dejen solo al Catatumbo”, dijo el congresista nortesantandereano.
En Cúcuta, por ejemplo, las autoridades han solicitado apoyo al Gobierno Nacional en reiteradas ocasiones, sin recibir aún una respuesta satisfactoria. "La ayuda que hemos recibido del gobierno central se ha limitado a 2.074 paquetes de asistencia humanitaria en alimentación y aseo para 9 mil núcleos familiares”, detalló Leandro Ugarte, secretario de Posconflicto.
Angustia de las familias desplazadas del Catatumbo
Mientras las autoridades buscan respuestas, las familias desplazadas enfrentan una situación crítica. En algunos barrios de Ocaña, la falta de agua potable y alimentos agrava la desesperación de quienes lo han perdido todo. "Hemos tenido que vivir de donaciones y de la solidaridad de la familia y vecinos, pero cada día es más difícil”, dice Consuelo Ovallos, una madre de dos hijos que huyó de su vereda en Teorama tras recibir amenazas de grupos armados.
Eliana Zafra, presidenta del Comité Permanente por los Derechos Humanos (DH) en Norte de Santander, señala que la ausencia de una estrategia clara por parte del Gobierno Nacional agrava la crisis.
Preocupa la falta de capacidad institucional para atender denuncias y gestionar la crisis. Foto:César Melgarejo. El Tiempo. @cesarmelgarejoa
"Lo grave de esto es que se va a descuidar el monitoreo de manera articulada con las instituciones. El PMU ayudó a dar respuestas efectivas, había mayor celeridad y, sobre todo, un escenario de caracterización de hechos. Al desmontarse el PMU, lo que habrá será una atención individualizada, y esto puede desencadenar un subregistro hasta llegar al punto de no seguir prestando atención a las víctimas”, advierte.
A esto se suma la preocupación por la falta de capacidad institucional para atender denuncias y gestionar la crisis. Zafra advierte que toda la carga podría recaer en el Ministerio Público, que no cuenta con los recursos suficientes. "Aquí la única oficina que realmente está atendiendo es la Defensoría del Pueblo, que está desbordada de trabajo. La Procuraduría, en cambio, ni siquiera sabemos si está recibiendo denuncias”, afirma.
Miles de desplazados del Catatumbo han llegado a Cúcuta a buscar refugio de la guerra. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
El a la justicia y la atención a los afectados es otro obstáculo. Las personerías municipales operan con demoras. "Funcionan como si fueran una EPS con agendas llenas y citas programadas a meses de distancia. En febrero estaban citando a la gente para marzo. Es posible que ya esté todo ocupado y quienes lleguen ahora tendrán que esperar semanas o meses para ser atendidos”, explica Zafra.
La líder insiste en que la falta de atención inmediata genera desmotivación en la población afectada. "Cuando el Estado impone barreras, la gente termina sustrayéndose, aburriéndose, y lo más grave es que esta situación podría dejar de denunciarse”, concluye.
Por ahora, las comunidades afectadas solo pueden esperar que la presión de los organismos internacionales y del Congreso obligue al Gobierno Nacional a tomar cartas en el asunto. "Esperemos que esos delegados definitivamente lleguen la próxima semana. Nosotros, desde la gobernación, seguimos trabajando para atender esta tragedia", concluye Niño, con la esperanza de que la situación no siga cayendo en el olvido.
Mientras tanto, el Catatumbo sigue siendo un territorio marcado por la violencia, la incertidumbre y el abandono estatal. Sus habitantes, atrapados entre el conflicto y la indiferencia, siguen esperando respuestas que no llegan.