Todavía aparecen varias versiones sobre las dos masacres ocurridas en Landázuri, Santander, que suman ocho muertos, cuatro de una sola familia y otros cuatro que fueron linchados y asesinados por la comunidad al ser presuntamente los homicidas del docente Álvaro Díaz, esposa e hijos.
EL TIEMPO pudo conocer el reclamo que hace un familiar ante la forma de morir de Reinel Marín Carvajal. Un hombre de 36 años de edad, oriundo de Santa Marta y que dejó dos hijas huérfanas.
Marín fue 'linchado' por la comunidad y posteriormente asesinado. Sin embargo, se conocieron imágenes aterradoras en el que se evidencia dos tiros con arma de fuego, una en su cabeza y la otra cerca al hombro, este último tiene un orificio gigantesco.
La familiar de Reinel Marín cuestiona por qué su cuerpo no tiene golpes, ni ningún rastro de maltrato, teniendo en cuenta que si la comunidad lo linchó debió tener indicios de tortura.
Mi hermano tiene tiros de gracia, tiene uno en la frente. La comunidad está armada, no sé con qué lo mataron. No sé si la comunidad de allá mata así, quiero que me expliquen
"He preguntado, a mí me dicen que la comunidad lo linchó, mi hermano no aparece con golpes de ningún lado, él no está revolcado. Mi hermano tiene tiros de gracia, tiene uno en la frente. La comunidad está armada, no sé con qué lo mataron. No sé si la comunidad de allá mata así, quiero que me expliquen", dijo la persona.
Explicó que otra de las cosas que le generan dudas en todo este macabro asesinato fue que a Medicina Legal en Bucaramanga el cuerpo de Reinel Marín llegó sin documentos, quizá para involucrarlo como uno de los asesinos de la familia del docente Álvaro Díaz.
"Mi hermano estaba sin papeles, pero él era detallista con la billetera, siempre los cargaba. A mi hermano tuvieron que quitarle los papeles para hacerlo pasar por lo que están diciendo", señala.
Finalmente, esta persona -que por seguridad no dio su nombre- indicó que Reinel Marín no es el asesino de esa familia, ya que era la mano derecha de Álvaro Díaz.
"Que se encargue la justicia de eso, pero mi hermano no es el asesino. Tampoco es venezolano, él es nacido y criado en Santa Marta. Él era solo un trabajador y no tiene deudas con ninguno, ni préstamos; si algo él me llamaba y me pedía prestado. Lo que les mandaba a mis sobrinas era lo mínimo como para tener una deuda con el señor Díaz, como dicen", concluyó el familiar.
MELISSA MÚNERA
Corresponsal de EL TIEMPO
BUCARAMANGA