Las últimas horas de vida de Esperanza Jerez Duarte transcurrieron en una ambulancia en Santander, tras registrar complicaciones respiratorias producto de diferentes afecciones de salud que presentaba esta mujer de 71 años.
Según denuncian familiares de Jerez Duarte, todo se inició el pasado jueves, en Lebrija, cuando, tras realizarse una diálisis, la adulta mayor registró complicaciones respiratorias.
Mi abuela sufría de varias patologías previas y enfermedad renal. El viernes hablamos con un médico que vio en una radiografía el estado de sus pulmones y dijo que podría tratarse de covid-19
"Mi abuela sufría de varias patologías previas y enfermedad renal crónica. El viernes hablamos con un médico particular que vio en una radiografía el estado de sus pulmones y dijo que podría tratarse de un caso de covid-19 y que era necesario intubarla", señaló Diana Vergara, nieta de Esperanza.
De inmediato, la familia se trasladó hacia Bucaramanga para solicitar la atención médica de la paciente.
Primero llegaron al Hospital Universitario Los Comunera, de la capital santandereana, donde se les dijo que la paciente no podía ser recibida porque la EPS Comparta no tenía convenio con el centro hospitalario.
Luego fueron al Hospital Universitario de Santander, donde el personal médico indicó que no había camas UCI para atender a la paciente.
"Después de eso llegamos a la clínica Foscal, donde un médico nos dijo que había una cama para atenderla, pero que se esperaban tres pacientes más con covid-19 y que por eso era riesgoso para ella", aseveró Diana.
Tras realizar ese recorrido, la familia de Esperanza Jerez regresó a Lebrija, donde le brindaron atención médica, pero les pidieron firmar un consentimiento para llevarla a casa, a lo que se negaron y decidieron pedir una ambulancia para ir nuevamente hasta el Hospital Universitario de Santander.
No obstante, la paciente tampoco fue recibida ahí ni en el Hospital Local del Norte, así que fueron hasta Piedecuesta, donde tampoco había disponibilidad para la atención.
Todo esto ocurrió en la noche del viernes, tras cinco horas en la ambulancia, finalmente Esperanza fue llevada hasta Lebrija, donde falleció sobre las 10 de la mañana del sábado.
"A ella nunca se le tuvieron en cuenta esas patologías previas asociadas, siempre se vio como un posible caso de covid. Ese era el cuadro, nunca le tomaron la prueba, en el hospital de Lebrija no se podía, entonces requería que se le hicieran en Bucaramanga y nunca le hicieron la prueba sino hasta que murió", expresó su nieta.
Familiares denuncian, además del ‘paseo de la muerte’ al que fue sometida la adulta mayor, la poca atención recibida por parte de las autoridades en Santander, pues al tratarse de un posible caso de covid-19, en ningún centro médico se cumplió con los protocolos de bioseguridad.
"Mi tía estaba con ella cuando murió. Tuvo que esperar con el cuerpo unas seis horas porque iba directo a cremación. Y en todo ese tiempo no aislaron a mi tía, ni le practicaron una prueba a mi abuela cuando aún estaba con vida", aseguró Diana.
Tras la muerte de Esperanza Jerez, familiares se encuentran a la espera del resultado de la prueba para determinar si la mujer tuvo o no el virus.
NACIÓN