Colombia enfrenta una amenaza creciente que se suma a los desafíos de salud pública ya existentes. El dengue, una infección vírica transmitida por mosquitos infectados, está experimentando un aumento alarmante en el país. A pesar de las medidas tomadas, el virus ha alcanzado cifras preocupantes, poniendo de manifiesto la necesidad de una conciencia más profunda sobre su gravedad y la urgencia de implementar medidas preventivas efectivas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que esta particular situación afecta
actualmente a casi la mitad de la población mundial, con entre 100 y 400 millones de
infecciones anuales. Aunque muchos infectados no muestran síntomas, la aparición de casos graves, e incluso mortales, destaca la seriedad de esta enfermedad, que se presenta en climas tropicales y subtropicales, principalmente en zonas urbanas y semiurbanas.
Según datos recientes del Instituto Nacional de Salud, con corte a la semana epidemiológica 46 de 2023, se han notificado 107.308 casos de dengue en Colombia. De estos, el 54,4% (58.356) no presenta signos de alarma, el 44,2% (47.478) muestra signos de alarma, y el 1,4% (1.474) se clasifica como dengue grave.
La distribución geográfica revela que el 75,3% de los casos provienen de regiones críticas como Meta, Tolima, Santander, Cali, Cesar, Bolívar, Antioquia, Sucre, Cundinamarca, Córdoba, Norte de Santander, Huila y Valle del Cauca.
Su incidencia a nivel nacional ha alcanzado niveles críticos, con 324,2 casos por cada
100.000 habitantes en riesgo, en comparación con los 167,5 casos por 100.000 habitantes en el mismo periodo de 2022. De las 38 entidades territoriales departamentales y distritales de Colombia, Bogotá es la única entidad sin población a riesgo para el evento. Las entidades territoriales de Vaupés, Amazonas, Meta, Guaviare, Tolima, Caquetá, Vichada, Cundinamarca, Sucre, Bolívar, Arauca, Putumayo, Casanare, Cali y Santander persisten con tasas superiores a 400 casos por 100.000 habitantes.
A pesar de los esfuerzos, el evento a nivel nacional, según el canal endémico, se mantiene por encima de lo esperado históricamente. A la semana epidemiológica 46 de 2023, se han notificado 312 muertes probables por dengue.
Importancia de la vacunación
En este año, clasificado como un año de pico y brote, se destaca la necesidad imperativa de implementar medidas preventivas, y en medio de la preocupación por las proporciones alarmantes que ha alcanzado esta enfermedad, la vacunación emerge como una luz de esperanza. Estudios revelan que la inmunización no solo reduce las complicaciones del dengue, sino que también desempeña un papel crucial en la protección individual y colectiva, creando una barrera comunitaria que ha demostrado ser efectiva.
En sintonía con la situación del covid-19, donde la vacunación ha sido clave para reducir la gravedad de la enfermedad, el dengue también puede ser enfrentado con esta herramienta preventiva. El Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE) de la OMS respalda esta estrategia y emitió una recomendación el pasado 25 de septiembre de 2023 para utilizar la vacunación contra el dengue, especialmente en países con más del 60% de seroprevalencia, es decir el número de personas que ya han tenido la enfermedad en algún momento de su vida.
En este escenario, la vacuna tetravalente contra el dengue con virus vivos atenuados (TAK003), ha demostrado su eficacia en estudios, siendo capaz de combatir los cuatro serotipos del virus en niños de 4-16 años, en países endémicos. Es importante resaltar que esta vacuna ha sido estudiada en población colombiana desde las primeras fases de su desarrollo.
SAGE recomienda considerar el uso de esta vacuna en lugares con una alta carga y transmisión de dengue. Específicamente, se sugiere la vacunación de niños de 6 a 16 años, con una istración entre uno y dos años antes del pico de incidencia, utilizando un esquema de dos dosis separadas por un intervalo de tres meses.
Las medidas preventivas también son clave
Con más del 82% de la población viviendo en zonas endémicas, se estima que Colombia experimenta un aumento considerable en los casos de personas infectadas. La urgencia de la prevención se destaca, enfatizando la importancia de programas recomendados en el control de vectores, como la limpieza y eliminación de recipientes y lugares que acumulen agua, el uso de repelente y toldillos, además de la vacunación.
Sin duda, la vacunación representa un cambio significativo en la historia natural de la
enfermedad, que ha mostrado un aumento constante desde 1970. Optar por su uso no solo reduce el riesgo de formas graves de la enfermedad, sino que también disminuye las hospitalizaciones y la mortalidad, especialmente en grupos vulnerables como niños y adultos mayores.
Con la evidencia de su eficacia respaldada por SAGE, Colombia enfrenta la oportunidad de fortalecer su respuesta ante el dengue, protegiendo no solo a individuos, sino a toda la población, construyendo un futuro más saludable y resistente contra esta amenaza persistente.