Las sopas son un alimento común en muchas culturas y hogares, pero cuando se trata de la alimentación infantil, es importante reconsiderar su inclusión en la dieta de los más pequeños. ¿Por qué? Aquí se explica.
En primer lugar, las sopas no simulan adecuadamente las habilidades de masticación que los niños necesitan desarrollar. Al estar mayormente compuestas de agua y texturas blandas, no favorecen el fortalecimiento de los músculos de la mandíbula y la coordinación necesaria para masticar correctamente.
Además, las sopas suelen estar elaboradas con una cantidad considerable de agua, lo que puede llenar rápidamente a los niños sin ofrecerles la oportunidad de experimentar con diferentes texturas, colores y sabores naturales de los alimentos sólidos.
Esto puede llevar a una falta de exploración sensorial y a una limitada apreciación por la variedad alimenticia. Cuando los niños se acostumbran a consumir exclusivamente sopas o purés durante períodos prolongados sin hacer una transición gradual hacia alimentos más sólidos, es común que enfrenten dificultades para masticar y tragar texturas más complejas en el futuro. Esta falta de exposición temprana a la variedad de alimentos puede resultar en una alimentación monótona y limitada en el futuro.
Si los padres deciden ofrecer sopas en la dieta de sus hijos, es importante hacerlo de manera ocasional y preferiblemente al final de la comida, después de haber consumido alimentos sólidos nutritivos. Esto garantiza una ingesta adecuada de nutrientes y fomenta una relación saludable con la comida.
Es importante tener en cuenta que las sopas comerciales, especialmente las cremas en sobre, no son una opción ideal. Estas suelen contener altos niveles de sodio, conservantes como el glutamato monosódico y aceite de palma, que puede elevar los niveles de colesterol LDL "colesterol malo". Además, carecen de vegetales y proteínas, elementos esenciales para una dieta equilibrada. Preparar sopas caseras con ingredientes frescos y nutritivos es siempre la mejor opción, esto permite a los padres controlar los ingredientes y garantizar una alimentación más saludable para sus hijos.
Es importante desmitificar la creencia de que licuar los alimentos es la forma más segura y exitosa de alimentar a los bebés. Si bien puede parecer conveniente y ordenado, una alimentación exitosa va más allá de simplemente llenar el estómago del bebé.
Se trata de permitirles explorar los alimentos con todos sus sentidos, desarrollar su autonomía y aprender a autorregular su ingesta, mientras que las sopas pueden formar parte ocasional de la alimentación infantil, es importante que los padres ofrezcan una variedad de alimentos sólidos y nutritivos para garantizar un desarrollo saludable y una relación positiva con la comida desde una edad temprana, los invitamos a seguir las redes sociales de Valeria Quintero.