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¿Por qué alguien se pone un saco?
Santiago Cárdenas presenta una potente exposición en la Galería El Museo. Hizo un Autorretrato.
Santiago Cárdenas es, sin ninguna duda, uno de los grandes monstruos del arte colombiano de todos los tiempos. Su exposición en la Galería El Museo es un acontecimiento total; es una muestra que solo por su nombre y por la cantidad de obras en las paredes debería tener filas desesperadas en la entrada, ¿cómo perderse sus pizarras y sus paraguas y sus preciosos dibujos eróticos? Cárdenas ha llevado el hiperrealismo a sus últimas consecuencias: alguna vez —hace muchos años— el hijo de la asistente de su casa decidió tomar una tiza y rayar encima de uno de sus cuadros. Y su propio hermano —Juan Cárdenas, otro artista de leyenda— cayó en la trampa con el primer tablero que pintó.
Cárdenas recuerda que se quedó hasta tarde en su oficina de profesor en la Universidad Nacional. Había regresado de los Estados Unidos —luego de haber estudiado en Yale y de haber compartido salones de clase y trabajo extra en la cafetería de la universidad con Richard Serra y Chuck Close para recibir tres comidas diarias— y vio el tablero que tenía al frente. Algo lo sedujo en el verde y en el blanco de la tiza y se puso manos a la obra con sus óleos y su pinceles. Su primera pizarra engañó al ojo de su hermano y, sin dudarlo, coincidió con él en que había encontrado “algo”.
Un “algo” que es un placer para los ojos; las pizarras de Cárdenas no tienen mensajes, solo la sensación del polvo de la tiza y algunas ideas sueltas que quedan borrosas. “En los días en que pinté este —me dice señalando un avión— estaba repasando la historia de los hermanos Wright”. La historia de los paraguas y sus ganchos de ropa está enlazada a su llegada a Bogotá, “en la 7.ª, en el centro, el paraguas era un símbolo de estatus en los años 60. Y todos lo llevaban orgullosos en el brazo”. Esos objetos vulgares o insignificantes le dicen cosas, el gancho de ropa, el mismo en el que se cuelga un traje, “tiene la forma de un signo de interrogación. Y esa pregunta se la quiero trasladar a los que ven la pintura, ¿por qué alguien se pone un saco?”.
La exposición tiene también sus cartones y una seductora nueva serie en la que la figura femenina queda resuelta en unas pocas líneas. El maestro habló con EL TIEMPO e hizo su Autorretrato.
¿A qué artista vivo o muerto le encargaría que pintara su retrato?
A Franz Halls.
¿Cuál es, hasta ahora, su obra maestra?
Creo que tal vez son las pizarras.
¿Duchamp o Picasso?
Ambos: Duchamp y Picasso.
¿Recuerda quién compró su primera obra?
Un tío mío en Nueva York por un dólar.
¿Qué significa tener una obra pública?
Un gran aporte a la cultura si está expuesta al público, como un mural.
Obras de Santiago Cárdenas Foto:Galeria El Museo
¿Cuál fue la primera obra de arte que vio en su vida?
Las pinturas de mi tía Marina Cárdenas Nanetti.
¿Por qué decidió convertirse en artista?
Porque quería ser yo mismo.
¿Conserva sus dibujos de niño?
No.
¿Cuántos años lleva de carrera?
Tal vez 60.
¿Cuál es la crítica que más lo ha molestado?
La de las personas que no entienden mi trabajo.
¿Y la qué más lo ha hecho feliz?
Cuando la gente piensa frente a mis cuadros.
¿Cuál es la colección a la que pertenece que más lo hace sentirse orgulloso?