En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Jim Amaral: la espectacular retrospectiva del ‘último surrealista’
El Mambo celebra sus 60 años con una retrospectiva de 260 obras en el piso 30 del edificio Atrio.
Jim Amaral es un artista desbordado y exagerado y —tal vez— la única manera de narrarlo y explicarlo era un piso entero del edificio más alto de Bogotá; la directora del Mambo, Claudia Hakim, y su curador, Eugenio Viola, dieron un golpe de autoridad con un capítulo memorable del ‘Mambo Extramuros’. La exposición, Etcéteras, celebra 60 años del museo y los 90 años de Amaral, son más de 260 piezas de todas las etapas del artista, y hasta ahora ha roto todas las expectivas: cerca de 10.000 espectadores.
Solo pueden entrar 600 personas diarias y hay filas desesperadas para subir al piso 30 de la Torre Atrio. El ruido de la sala principal es emocionante. El chinc, chinc, chinc, del bronce inunda cada rincón. Las esculturas de Jim pueden y deben tocarse. El espectador tiene que activarlas y mover los engranajes secretos de sus máquinas; cada escultura —con elementos como esferas, pirámides y alfabetos desconocidos— parece sacada de Dune o de uno de los comics más famosos de todos los tiempos: El Incal.
Las obras de Amaral son un reto para las manos y la imaginación. “¡Es el último surrealista vivo!”, dice Eugenio Viola. Y, para comprobarlo, pasamos por sus muebles inútiles de los años 70 de los que salen pies o tienen incrustados unos rostros de madera en el espaldar; sus monumentales esculturas que recogen el arte griego primitivo y esconden referencias mitológicas o sus acuarelas de flores que mezclan la naturaleza con el erotismo y tienen, por ejemplo, pétalos en forma de pene.
Jim nació en Pleasanton, Estados Unidos, cerca de la bahía de San Francisco. Se crio en California, sus padres querían que fuera abogado, pero terminó atrapado por el arte. En los años 50 vivió la efervescencia de la generación beat en San Francisco y, de hecho, su primera exposición fue a solo unos pasos de la librería City Lights en donde Kerouac, Ginsberg y sus indomables compinches revolucionaron la literatura y la contracultura. Estudió en Berkeley en la Universidad de Washington en Seattle. En su posgrado, en la Academia de Arte de Cranbrook, conoció al amor de su vida: una colombiana bajita y tímida llamada Olga Ceballos.
Retrospectiva del artista Jim Amaral Foto:Mambo
Olga Ceballos se convirtió en Olga de Amaral y son, tal vez, la pareja de artistas más exitosa de todos los tiempos en Colombia. Las obras de ambos están despertigadas en museos de medio mundo. Se conocieron en 1955, tuvieron que separarse dos años mientras él prestaba servicio militar en Filipinas, pero desde entonces, con dos hijos a cuestas, Diego y Andrea, han sido inseparables e insuperables.
La exposición —me cuenta su hijo Diego— lo tiene simplemente anonadado, “¡nadie esperaba tantas personas!”. Las 260 obras se transportaron en cuatro camiones durante dos días, se pidieron prestadas dos esculturas al Museo Nacional y una más salió de la colección del Mambo, “una retrospectiva suya tenía que ser así: abundante; él ha trabajado todos los medios, pintura, escultura, mesas… su dimensión imaginativa es de ese tamaño. La otra gran retrospectiva que tuvo en 2005, en el Banco de la República, tenía 96 obras”.
Esta sábado 21 de enero se inaugura una parte más de la muestra: sus pinturas de los años 80. Jim, entre tanto, aceptó hacer este ‘autorretrato’.
Retrospectiva del artista Jim Amaral Foto:Mambo
¿Se siente colombiano o todavía es un estadounidense en otro país?
Yo soy ciudadano ni fu ni fa en ninguna parte. Yo soy Jim Amaral.
¿Qué le dijo su esposa cuando vio la exposición?
Me dijo: Hola Jim, no me acuerdo haberte visto pintando tanto tiempo para tener tanta obra.
¿Cuál es, hasta ahora, su obra maestra?
Eso es como preguntar a la mamá de doce hijos cuál es el hijo preferido.
¿Cuál ha sido su peor crisis creativa?
Vivir.
¿Por qué decidió convertirse en artista?
Yo no resolví volverme artista. Es una cosa... es como tener una cucaracha en la cabeza que da vueltas y te lleva a un camino y a otro.
Retrospectiva del artista Jim Amaral Foto:Mambo
¿Conserva sus dibujos de niño?
No. No tengo idea si hice dibujos de niño. No creo.
¿Colecciona obras de otros artistas?
No. Colecciono antigüedades, pero no de pintura.
¿Magritte o Dalí?
Morandi.
¿Cuál es su etapa favorita?
Me está haciendo calificar y juzgar la calidad de cada obra, ¿y qué hago? Cada una es importante.
¿Qué significa tener una obra pública?
Pues está la referencia de las tres guerreras que tengo en la avenida Chile con carrera séptima. No sé qué significa, me gusta pasar y verlas allá. Me hubiera gustado en vez de tres hacer siete, pero no tenían plata para financiarlo. ¡Es muy grato!
¿Cuál fue la primera obra de arte que vio en su vida?
¿Qué medio disfruta más en la cotidianidad: el dibujo, la pintura, la fundición de una escultura…?
Todas. Depende cómo está mi cabeza, mi ánimo, mi energía, el hambre o el frío. No tengo ni uno preferido. Me gustan todas.
¿Recuerda quién compró su primera obra?
Claro que no.
¿A qué artista vivo o muerto le encargaría que pintara su retrato?
No quiero que nadie me haga un retrato, ni una foto.
¿Ha llorado frente a alguna obra de arte?
No.
¿Cuál es el artista que más lo ha inspirado y el que más ha estudiado?
Ninguno.
Retrospectiva del artista Jim Amaral Foto:Mambo
¿El arte digital es el futuro? ¿Ya tiene NFT?
No tengo idea, yo hago mis obras, pero no soy parte del mundo digital.
¿Por qué vale la pena comprar una obra suya?
No sé. Según entiendo la gente compra para hacer una inversión. No es porque le guste la obra… le gusta que va a aumentar el valor de su plata.
¿Cuál es el artista que más ira en Colombia?
Realmente vivo tan encerrado que no conozco mucho de los artistas en Colombia.
¿Qué obra del arte universal le gustaría tener en la sala de su casa?
Ninguna.
¿Se imaginó tanto público en esta retrospectiva? ¡Hay 200 personas diarias haciendo fila!
No, no. No porque no tengo idea de cuánta gente va a los museos para ver exposiciones. Me sorprendió que haya tanta gente. Me da lástima de todos por el frío de Bogotá.
¿Cuánto tiempo se demoró planeando la muestra?
Pues… lo que yo estoy haciendo hoy en día es gracias a los 90 años que voy a cumplir acumulando experiencias.