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Noticia
'Medea': de la tragedia clásica a la mujer moderna
La obra se presenta en el Centro Nacional de las Artes en Bogotá, hasta el 28 de abril.
Juana del Río, protagonista de la obra. Foto: Héctor Collazos.
El frío atrapa al espectador en la silla, que empieza a escuchar con claridad el viento, las aves, el dolor. La oscuridad pone el foco en el paisaje sonoro, que es interrumpido por las pisadas fuertes y coordinadas de las bailarinas en escena: un suelo de cemento con pasto sobresaliendo. Al fondo se escucha el llanto de un bebé: la tragedia se repite.
Medea ha asesinado a sus hijos y a la amante de su marido. Ella es bruja, es de sangre real, es una madre herida, pero también es una mujer con ira. En medio de un grito ahogado, Jimmy Rangel presenta la tragedia desde una visión moderna: la furia y libertad de las mujeres y madres del siglo veintiuno. La adaptación de la tragedia de Eurípides se presenta en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, del 17 al 28 de abril.
"Cuando uno retoma una obra del clasicismo tiene todo el camino libre para las licencias creativas", dice Rangel, director de la obra, "lo emocionante de estas historias es que tratan un tema universal, en este caso es la maternidad, ser mujer. Entonces a partir de ese tema uno cuenta la historia como quiera. Esto es Medea, la historia clásica, pero a través de las experiencias de las mujeres actuales".
El equipo está compuesto, en su mayoría, por mujeres. Bailarinas, cantantes y actrices se toman el escenario para dar un espectáculo de teatro físico desgarrador. En el que, con monólogos cortos pero bastante uso del cuerpo muestran el viaje del personaje: sus contradicciones, amores, dolores y errores. "Quien asista a Medea tendrá un espacio de catarsis: el canto y el baile de los artistas en escena deja espacio al diálogo interno del espectador, incluso si no son madres ni mujeres".
Pero eso no significa que esta obra no es para mí o para los hombres, es para todos. A partir de esta historia pude simpatizar más con mi mamá, con su experiencia como mujer y como progenitora. Entendí a mi abuela, a mis amigas... Medea es eso, es un espacio para reflexionar
"Yo soy queer. Y cuando empecé a hacer esta obra creí que el hecho de ser queer me hacía entender a las mujeres, pero no. Hay cosas por las que ellas pasan que yo jamás voy a poder vivir ni entender", expresa Rangel. "Es un mundo que no es el mío, aunque me llevo bien con ellas, me siento cómodo con ellas y mi espacio seguro es con ellas, mi experiencia jamás será la misma. Pero eso no significa que esta obra no es para mí o para los hombres, es para todos. A partir de esta historia pude simpatizar más con mi mamá, con su experiencia como mujer y como progenitora. Entendí a mi abuela, a mis amigas... Medea es eso, es un espacio para reflexionar".
Aunque la dirección estuvo a cargo de Rangel, las bailarinas, cantantes y actrices tuvieron voz en el proceso de montaje. La obra está atravesada por las miradas diversas: feministas, no feministas, de todas las edades, disciplinas y lugares de origen. Mujeres que, además, acudieron a bibliografía literaria y sociológica para comprender el punto de vista de distintas madres y escritoras.
Juana del Río, protagonista. Foto:Héctor Collazos
Juanita Delgado, una de las voces principales, hizo énfasis en la creación orgánica de la presentación: se construyó sobre la marcha, pero con atención, cariño y cuidado. "La voz es rebelde, y todos acá somos creadores. No llegamos y nos dieron una música. Llegamos, nos dieron referentes y a partir de allí fuimos jugando con la rabia, con el desespero que un canto puede transmitir. Creamos un rompecabezas armonioso y precioso".
Delgado describió la característica principal de la obra: la colectividad. El trabajo de luces no pasa desapercibido, el sonido viaja de un lado a otro de la sala creando un ambiente tridimensional con el escenario, el canto, la música y el baile se mezclan y conviven en armonía. Es una muestra de jazz, de ballet, de danza contemporánea y movimientos clásicos del baile urbano. Todo girando en torno a la representación corporal de la maternidad, la libertad y el deseo femenino.
Las bailarinas, cantantes y actrices tuvieron voz en el proceso de montaje. La obra está atravesada por las miradas femeninas de mujeres diversas: feministas, no feministas, de todas las edades, disciplinas y lugares de origen
Para Juana del Río, la protagonista, fue un reto entrar a la obra. Llegó solamente un mes antes del estreno, y para poder encarnar a Medea tuvo que enfrentarse a sus propios miedos y dolores. "Medea no es una obra de ficción, Medea es una obra que pone en escena a las mujeres de ayer y de hoy. Para representarla solo tuve que mirarme, aceptar mis sombras y reconocerme en otras mujeres. Todo esto ha sido aterrador pero hermoso".
El guion resalta todos los puntos de vista del personaje: verá sus defectos: los celos, la envidia, la ira; pero también sus virtudes: la fragilidad, la inteligencia y la fuerza. Medea es una obra y un personaje que va más allá del impulso moral de diferenciar qué es lo bueno y qué es lo malo. En vez de eso ataca las zonas grises de los personajes y de quien la ve. Invita a la reflexión e introspección.
Termina el último ensayo, antes de la presentación inicial y, después de un silencio cómodo y reflexivo, los asistentes aplauden. 'Medea' es un trabajo de cuatro meses intensos en el que un equipo amplio de artistas y productores unieron fuerzas para crear un relato verosímil, conmovedor y sincero. Cada detalle está puesto en su lugar, y está abierto a la interpretación del espectador.
Aún hay entradas disponibles. La cita es en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, del 17 al 20, y del 24 al 27 de abril, a las 7:30 p.m; y el 21 y 28 de abril, a las 3:00 p.m. Las funciones son en la sala Fanny Mikey.