En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

La culpa fue la telenovela / Columna El otro lado

Lo de Nicolás Petro, Daysuris Vásquez y Laura Ojeda es un melodrama telenovelero espectacular.

Ómar Rincón, Crítico de televisión.

Ómar Rincón, Crítico de televisión. Foto: César Sánchez Carreño

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Cada país y cultura tienen su género y formato favorito. Los colombiches somos género melodrama y formato telenovela. Y esas marcas determinan la comprensión de todo: la política, el éxito, la sociedad.
Los gringos no han podido abandonar el western, se creen pistoleros justicieros que conquistan y colonizan tierras inhóspitas, sean estas empresas, recursos, el espacio, la naturaleza, las ciudades, las justicias, los bárbaros (latinos, asiáticos, árabes, africanos) y los imaginarios de éxito. Imponen su orden, ley, justicia, democracia. Son los policías del mundo y realizadores del sueño capitalista que luchan contra criminales terroristas.
Los europeos siguen en su deseo civilizatorio blanco y masculino en nombre de ser los herederos de la tradición del pensamiento y ética occidental. Miran a los otros como bárbaros, incultos e ignorantes. Su parque temático no es Disney sino la universidad y el museo.
América Latina es territorio del melodrama o cuando los sentimientos y el destino mandan y la fórmula del éxito es el amor. Y su mejor expresión audiovisual es la telenovela, donde el destino nos depara la felicidad amorosa y de clase, y la justicia del ojo por ojo y diente por diente.
Estados Unidos define la pop cultura y el cielo del entretenimiento, Europa construye la cultura ilustrada y el cielo letrado, América Latina expresa lo popular y el cielo del amor pasional. Y en los tres sistemas Dios y la religión están en las conciencias para generar culpas, pecados y perdones.
Todo esto para decir que lo de Nicolás, Daysuris y Laura es un melodrama telenovelero espectacular. Esta es la historia de una pareja muy singular, Day y Nico, que eran muy felices, triunfaban en casas, carros y joyas, y se dedicaban al negocio de enriquecerse en nombre de su suegro y padre.
Pero un día Laura aparece y le quita a Nico, y Day entra en furia y sin medir consecuencias expresa su despecho denunciando lo que habían hecho: Si no es mío ese hombre, no es de nadie. Y ahí entra la bufona que cuenta morbosa este escándalo y el justiciero payaso que se cree Dios.
La historia es patética, pero involucra a un presidente de este país de melodrama que suele reír con la tragedia. Los ciudadanos satisfacen su morbo. Y luego se indignan y dicen que cómo puede ser, que cómo Laura le iba a quitar al marido, que esa Day como no tiene compasión con una embarazada, que ese Nico tenía despecho amoroso por el abandono de su padre.
La trama se diluye cuando la bufona pega todo con babas, el payaso justiciero no tiene máscara, y todo luce como otro guion patrio sin destino.
Este melodramón no tiene pierde, sobre todo porque es de la clase popular en el poder. De lo popular vienen los protagonistas, la bufona y el payaso justiciero. ¡Ay, qué falta de clase! Gustavo Bolívar debería escribirla y la llamaría ‘Sin Petro no hay paraíso’. Todo fue culpa de la telenovela.
ÓMAR RINCÓN*
*Crítico de televisión

Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.

Mis portales