‘Imparable’, la inspiradora historia de superación que coprotagoniza Jennifer López

A los 16 años, Judy Robles dio a luz a su primer hijo. La gran sorpresa que se llevó ella y los médicos fue que Anthony nació sin su pierna derecha. En los controles no hubo indicios de que el bebé tuviera una malformación congénita.

Ella abrazó la condición de su hijo no como un castigo, sino como una bendición. “Dios te hizo así por una razón”, le repetía Judy a Anthony, quien hoy, a sus 36 años, es un ejemplo de superación.

El niño, que nunca aceptó llevar una prótesis, rápidamente encontró su vocación en el deporte. A sus 14 años, hizo su primera prueba en lucha libre y ahí se quedó. “No mucha gente creía que un niño pequeño, sin una pierna, iba a sobresalir en una disciplina tan exigente. Sin embargo, con el apoyo de mi familia y mis entrenadores, creí en mí y en que podía convertirme en campeón de lucha libre”, se lee en su biografía.

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Durante muchos años de trabajo, constancia y disciplina, en 2011, ganó el campeonato nacional individual de lucha libre de la Asociación Nacional de Atletas Colegiados (NCAA), en la categoría de 125 libras. En ese año, tuvo una temporada perfecta, coronándose campeón nacional. Alcanzó el estatus de “All-American” en tres ocasiones, ganando tres campeonatos de la Conferencia Pac-10.

Tras alcanzar la cima en 2012, escribió su libro Unstoppable, inspirando a miles con su mensaje de resiliencia y determinación. Robles se ha dedicado a motivar a otros como orador, llevando un mensaje de fortaleza y perseverancia frente a las adversidades. También se ha desempeñado como comentarista de lucha libre de la NCAA y, en 2018, estableció un récord mundial de dominadas (pull-ups) con 62 en un minuto.

Su historia de vida llegó a las pantallas de Amazon Prime bajo el título de su libro, Unstoppable (Imparable), en la que Jharrel Jerome le da vida a su personaje y Jennifer López a su mamá. En entrevista, López habla más sobre la película y la inspiración que representa Anthony y Judy.

Cuando leí la historia por primera vez, quedé completamente sorprendida e inspirada. La historia de Anthony es poderosa, llena de resiliencia y superación. Pensé inicialmente que el papel de su madre, Judy, era de apoyo a la narrativa de Anthony, pero pronto me di cuenta de que era mucho más que eso. Al conocerla a ella y a Anthony, entendí que esta historia era tanto de ella como de él. Anthony le atribuye una parte fundamental de quien es hoy, y el hecho de haberse convertido en un campeón, no solo en el ámbito deportivo, sino también en la vida.

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La profundidad de su relación y cómo Judy desempeñó un papel tan crucial en su vida, a pesar de los desafíos inmensos que enfrentaron. Como actriz y como mujer, pensé que era importante contar esta historia.

Más allá de que es una historia personal de lucha y éxito, es una historia latina que merece ser escuchada. Sentí que era mi responsabilidad contribuir a que llegara al público.

Fue un desafío emocionante. No solo es un personaje profundamente complejo, sino alguien con quien muchas mujeres pueden identificarse: una madre que sacrifica tanto por sus hijos, que lucha contra las adversidades con valentía y determinación. Me emocionó poder darle vida a una mujer así y honrar su legado.

Esta película, en particular, tocó fibras muy profundas. Me recordó que el amor, el esfuerzo y la presencia que les damos a nuestros hijos tienen un impacto más profundo de lo que a veces creemos. Judy no solo crio a un campeón en el sentido deportivo, también le dio las herramientas emocionales y mentales para enfrentar la vida con valentía, y eso me dejó una marca indeleble.

Lo que más me impactó fue la fuerza de Judy como madre. Muchas veces, como padres, sentimos que no somos suficientes para nuestros hijos. Queremos ofrecerles todo, y cuando no podemos hacerlo de la manera ideal, nos sentimos insuficientes. Judy, en su rol como madre, no solo enfrentó estas emociones, sino que también las superó. Su historia me enseñó que no se necesita una familia perfecta para criar a alguien extraordinario. Un solo padre, con amor, determinación y apoyo incondicional, puede formar a un campeón. Y eso es lo que ella hizo.

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Sabes, ya se lo he dicho muchas veces, pero lo repetiría todas las veces que sea necesario: fue un honor increíble poder interpretarla. Su historia es asombrosa. Lo que ha hecho, cómo ha vivido y lo que ha logrado, es un testimonio de lo que significa ser una madre, una mujer y una luchadora.

Siempre me dice: “No merezco nada de esto”. Pero yo estoy aquí para recordarle, y para gritarlo al mundo, si es necesario: “sí, lo mereces”. Crio a cinco hermosos hijos, cada uno de ellos es un campeón en su propio camino. Y no solo eso, también tuvo el coraje y la fuerza para cumplir sus propios sueños. Eso, para mí, es la definición de una vida plena, de una vida que merece ser celebrada. Es un ejemplo para muchas personas, y su historia tiene un impacto que va más allá de lo que puede imaginar.

Úrsula Levy 

Para EL TIEMPO 

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