Ahora que está en la lista de películas que podrán representar a España en los premios Óscar y que está disponible para el público a través de Netflix, la película del director Juan Antonio ‘J.A.’ Bayona, sigue llamando la atención.
Esta vez, más allá de su conmovedora historia, basada en los hechos reales vividos por un grupo de sobrevivientes de un accidente aéreo, la película impresiona por sus “efectos especiales invisibles”.
Esto hace de ella una rareza, en una época en la que todos son efectos especiales. En una charla con sus productores Laura Pedro y Flélix Bergés, que hicieron equipo con Bayona en esta producción, ellos explicaron que querían que el rodaje se hiciera de manera tradicional, es decir: sin recrear escenarios por computador. Si los hechos ocurrieron en una fría montaña, los actores deberían grabar en una locación así.
No se podía hacer en el peligroso Valle de las Lágrimas, lugar donde se estrelló el vuelo 571, con 40 pasajeros y 5 tripulantes (sobrevivieron 16 personas), EN 1972. Pero la idea de recrear el escenario por computador quedó descartada desde el comienzo.
El equipo viajó en 2020 al Valle de las Lagrimas para estudiar el escenario real, con la ayuda de Google Earth se elaboró la topografía. Tomaron montones de fotos que sirvieron después como base.
La locación elegida para la filmación fue Sierra Nevada, en Granada (España), en espacios ubicados a 2.000 y 3.000 metros de altura. Fue en tierra española donde terminaron grabando escenas como un impactante alud.
Ahora bien, ¿qué son los efectos visuales invisibles? Aquellos que no se descubren a simple vista, pero sí dan un valor a la imagen.
“Había una capa de nieve ficticia y otra de nieve real -explicó Félix Bergés, a Infobae-, así que los actores pasaron muchísimo frío. Jota (Bayona) quería que las reacciones fueran reales. Estuvieron seguros, claro, pero pasaron frío, eso está claro. Lo importante es que la experiencia fuera 100% real, tanto para ellos como para el espectador”.
Esta nieve falsa mencionada estaba hecha a partir de polímero y celulosa, distribuida en un escenario de unos 90 metros cuadrados.
La película, que ha recibido buenos comentarios, está nominada al Globo de Oro como mejor película de habla no inglesa que se celebrará el domingo 7 de enero.
REDACCIÓN DE CULTURA
@CulturaET