La noticia dice: “Margarita Rosa de Francisco fue galardonada en el Festival de Cine de Venecia con el premio Horizonte como mejor actriz, por su interpretación en la película El Paraíso. Tras ir a recoger el galardón la actriz declaró: “Se lo agradezco a mi país, que me lo ha dado todo, profesional y personalmente”.
Margarita Rosa hace parte de otra estirpe de colombiches. Ella ha sido capaz de transformarse y no dejarse ser lo que todos quieren o mandan. Se resiste a ser otra chica bonita libreteada por el machismo y nuestra farándula. Siempre ha sido distinta.
Pudo haber sido la vedette colombiana. Tiene todo. Belleza, desparpajo, diversidad de actuaciones y provocaciones. Pero para hacer eso tenía que poner su vida privada en público y convertir su intimidad en escándalo. Y decidió no hacerlo.
Pudo quedarse solo en la protagonista que actúa bien en telenovelas. Siempre ha sido genial desde Gallito Ramírez, cuando se convirtió en nuestra novia colectiva, pasando por Café, que la hizo heroína popular y la imagen de la mujer guerrera, y Los pecados de Inés Hinojosa, cuando reventó la moral pacata de los besos peligrosos, y siguió por ese retrato homenaje a la protagonista más grande del país las mamás en La Madre y estuvo siendo maravillosa en más vainas como Paraíso Travel.
No solo actuó, también presentó noticias y el concurso El Desafío. Y lo hizo muy bien, pero no se quedó siendo lo mismo de siempre. Y fue a otros lados, al cine, al teatro, al stand up y la rompió destruyendo su glamour y apareciendo sin filtro y haciendo un personaje antifarándula y que dice todo sin filtro.
Escribió en EL TIEMPO y sus columnas demostraron que escribía con estilo propio y nos exponía a reflexiones muy desde adentro para que nos metiéramos con temáticas y asuntos que ignoraban las noticias.
Y de ahí se convirtió en tuitera controvertida. Y se metió en política. Y muchos colombiches dijeron que las actrices, que las reinas, que las bellas, que las farándulas “no deben meterse en política”. Y que ella se dedicara a las telenovelas.
Y terminó apoyando a Petro. Y ahí fue el escándalo. ¡Que cómo una bella puede apoyar a un feo e igualado!
Y ahora gana en cine y en Venecia.
Genia total. Belleza sublime.
Mujer siglo XXI que demuestra que en la actualidad cada cual debe hacerse cargo de su “privilegio” y hacerlo “político”. Ella testimonia que en el mundo de las redes digitales, las estrellas de la música, el cine, la televisión, el arte, la moda son actores políticos a los que se les exige decir “su política”. No esconderse en su “privilegio” y “comodidad”.
Margarita Rosa siempre me ha parecido la mujer que define la vitalidad, brillantez y poder de la mujer colombiana. Margarita Rosa, ¡gracias por existir y ser como sos!
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión