En 1998 aparecen los canales privados en Colombia. Técnicamente son RCN y CARACOL. Y también City TV. Y Canal Uno que es como público, pero istrado por privados.
La gente de Derecho de las Telecomunicaciones e Informático y Comunicación Social de la Universidad Externado de Colombia se acordaron de esta fecha e hicieron un evento donde se resaltó que la televisión es el mecanismo por excelencia de formación política de las personas y el medio de comunicación que unía a las familias.
Se valoró que con los canales privados se independizó a la televisión del color político y el control estatal. Lo cual en teoría es cierto, pero en la práctica se ve que los canales son actores políticos y operadores en favor de las empresas de sus dueños.
La crisis de la televisión privada está en que hace 25 años los ingresos por pauta publicitaria eran una mina de oro, pero ahora han decaído por la competencia de redes, Google, Facebook y las plataformas.
Por eso, se necesita que Colombia tenga un sistema regulatorio que comprenda todo el sistema de televisiones. Se requiere que los gobiernos dejen de jugar a premiar y castigar y establezcan una normativa que incluya a las plataformas como Netflix y empresas como Google y Facebook. Se necesita una legislación adecuada para el entorno digital.
Mis comentarios fueron que la tele privada “todo bien, todo bien” en la ficción ya que está demostrado que somos el país que produce las historias populares para el mundo y, además, los canales y las productoras han demostrado un saber hacer industrial de telenovelas y series. Tenemos el talento escritural, actoral y de realización. Somos potencia en tv popular de ficción.
“Todo mal, muy mal” en noticias y periodismo ya que abandonamos la crónica, los reportajes y los documentales, producimos noticias sensacionalistas sobre cómo nos matamos, robamos y violamos en las calles de cada ciudad. Y además, apostamos más que por una opinión pública diversa por los negocios del patrón político y empresarial.
Muy mal en trabajo para actores y libretistas ya que como hay mas concursos como El Desafío y esos de música, hemos perdido una hora de ficciones en la pantalla.
Pésimo en los gobiernos que en lugar de ayudar a la tele a vivir con dignidad, la matan de tonterías: Santos acabó con la CNTV e Inravisión para crear algo peor, Duque acabó con la ANTV y ferió el canal Uno para expulsar a Noticias UNO, Petro dice que está en la batalla cultural.
CANAL UNO no compite con calidad porque su programación es como sin ganas. Ellos dicen que es porque Caracol y RCN han creado unas cláusulas de exclusividad en la pauta publicitaria: si anuncias en el UNO, te cuesta más caro o no anuncias aquí.
Seremos más que canales privados, productoras para plataformas. Y ojalá nos reinventemos en noticias y soberanía cultural. Obvio si no lo hacemos, la tele privada desaparece. Y eso estaría fatal.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
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