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Crónica Gráfica: las películas más espeluznantes de la historia
BOCAS presenta una selección de afiches de las películas más representativas del género del terror.
Crónica Gráfica: las películas más espeluznantes de la historia Foto: Revista BOCAS
El demonio apareció por primera vez, en la pantalla grande, en 1896. Hizo su debut transfigurado en un murciélago. Con hechizos de stop-motion, sacaba mujeres de sombríos calderos y se enfrentaba a caballeros incautos armados de crucifijos. Así fue la primera película de terror que vio la luz durante tres minutos en la historia del cine: Le Manoir du Diable (1896) por Georges Méliès.
La edición #122 está en circulación desde el domingo 30 de octubre de 2022 Foto:Revista BOCAS
Las películas de terror son como un campo de entrenamiento para la mente.
Aquella pieza icónica, que aterrorizó a los asistentes, parecía basada en referentes de la literatura y el imaginario gótico: Goethe, Allan Poe, Mary Shelley. Incluso, gracias al poder mágico de la novedad, casi todo el inicio del cine produjo asombro, angustia y horror. No es de extrañar que los primeros espectadores de cine –durante la presentación de los hermanos Lumière en París– huyeran despavoridos al creer que un tren proyectado saldría de la pantalla y los arrollaría.
Desde entonces, jugar con los miedos y los traumas más profundos del ser humano –como la muerte– y su posibilidad de hacerse realidad fueron la clave para crear un género aclamado y evitado por muchos. Fue la época de la primera adaptación de Frankenstein (1910) por J. Searle Dawley, y Shinin No Sosei (1898) –traducido como Resurrección de un cadáver– por el japonés Shiro Asano. El expresionismo alemán penetró en el séptimo arte en cintas mudas como El gabinete del Dr. Caligari (1920) de Robert Wiene, o Nosferatu (1922) de Friedrich Murnau, la primera cinta de vampiros, la cual dejó algunas de las imágenes más icónicas del cine de terror.
No fue hasta los años 30 que se consolidó como género cinematográfico cuando un desfile de monstruos literarios tomaron vida y fama en la pantalla: Drácula (1931), Frankenstein (1931), La momia (1932), El hombre invisible (1933), El hombre lobo (1941). Pero el espectador enloqueció cuando el mal dejó de ser una criatura poderosa para tomar posesión de la mayor de sus pesadillas: el mismo ser humano.
Película Halloween de 1978 Foto:Archivo. EL TIEMPO
Así, el terror psicológico y el suspenso entraron en las salas y el género quedó consumado con maestros como Alfred Hitchcock, Michael Powell o Roman Polanski. Por su parte, John Carpenter, David Cronenberg y Wes Craven se consolidaron como los tres maestros del terror en las décadas de los 70, 80 y 90, una época dorada que dejó en libertad a varias de las grandes pesadillas de nuestros días.
La razón: las perversiones se agudizaron y los asesinos perturbaron las salas –Halloween (1978) y Pesadilla en la calle Elm (1984)–; las figuras infantiles se corrompieron –It (1986) y Chucky (1988)– y las disputas entre el bien y el mal alcanzaron sombrías batallas entre lo sobrenatural.
Pero el espectador seguía pasmado con los límites de sus miedos, incluso cuando en las salas ocurrían desmayos y vómitos durante sus proyecciones: la fascinación por El exorcista (1973) de William Friedkin, por ejemplo, la convirtió en una de las cintas más taquilleras de la historia del cine. Años después se descubrió que ocurrieron hechos paranormales durante la grabación, lo cual aumentó profundamente el interés por esta.
En los últimos 20 años, los clásicos se han consolidado, los remakes siguen emocionando a la audiencia y surgen nuevas sagas como Saw (2004), Insidious (2011), Expediente Warren (2013). ¿Pero por qué el miedo resulta tan atractivo? La intriga por lo prohibido, la perplejidad ante lo inexplicable pueden ser algunas de las razones. Las nuevas plataformas de streaming siguen abriendo la puerta a más espectadores intrépidos con ansias de más.
Según el famoso director Wes Craven –Scream, Pesadilla en Elm Street y Viernes 13–, “las películas de terror son como un campo de entrenamiento para la mente. La forma narrativa pone estos miedos en una serie de eventos manipulables y nos ofrece una forma de pensar de manera racional sobre nuestros temores”. Para despedir este mes de octubre, en BOCAS hacemos una selección de las cintas más aterradoras y memorables de todos los tiempos.