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Elsa y Elmar, una artista rebelde que resuena por su talento en México y Colombia
Tuvo claro que su pasión era la música. No obstante su gran crecimiento, no cree en la viralidad como termómetro del éxito.
Elsa y Elmar, artista santandereana reconocida por sus sencillos 'Ojos noche', 'Atravesao', 'Grecia', entre otros. Actualmente reside en México y la escuchan millones de personas. Foto: Cortesía de la artista
DIRECTOR DE NOTICIAS RCNActualizado:
Su nombre es Elsa Margarita Carvajal, pero cualquier joven de menos de 30 años le hablará de ella como Elsa y Elmar o le dirá que es la cantante de 'Ojos noche', 'Atravesao', 'Grecia' o 'Amantes y amigos'. No quería quedarse sola en su proyecto musical y por eso se bautizó así, pensando en "el mar" de gente que está a su alrededor, que construye con ella sueños y que nutre de contenido el género musical que también se inventó: el pop espiritual. (También: Jonathan Malagón: ‘Un ser humano es tan grande como el tamaño de sus sueños’).
Bucaramanga, la ciudad en la que nació, se le quedó chiquita prontamente y aunque la recuerda como un espacio ideal para estar unida a los lazos y raíces familiares, no duda en definirla como un lugar con poca oferta de cultura. No abandona su acento pese a que lleva varios años viviendo en México, donde ha tenido un éxito impresionante.
Es oída por millones y en las redes la siguen varios cientos de miles más. Sin embargo, como nos cuenta en esta entrevista, la viralidad no es la clave del éxito, aunque por momentos muchos artistas, especialmente los más jóvenes, confundan lo uno con lo otro.
Esta es la historia de una cantante de la que tal vez, algunos de ustedes, los mayores, leerán por primera vez, pero de la que se acordarán más adelante porque su pasión, arte y dedicación harán que su nombre resuene en la escena musical de los próximos años.
Es oída por millones y en las redes la siguen varios cientos de miles más. Sin embargo, como nos cuenta en esta entrevista, la viralidad no es la clave del éxito, aunque por momentos muchos artistas, especialmente los más jóvenes, confundan lo uno con lo otro.
Esta es la historia de una cantante de la que tal vez, algunos de ustedes, los mayores, leerán por primera vez, pero de la que se acordarán más adelante porque su pasión, arte y dedicación harán que su nombre resuene en la escena musical de los próximos años.
Tienes 30 años y origen santandereano. ¿Qué recuerdas de cuando eras más chiquita?
Ja, ja. Me encanta Bucaramanga, sin duda, pero eso no me impide decir que es una ciudad que lamentablemente no prioriza el tema musical y artístico. Cuando yo crecía, solo había Silvestre Dangond y el Binomio de Oro. Yo crecí encerrada en mi cuarto, en un mundo propio, en el internet, que era mi ventana al arte.
Fui un poco adelantada al boom musical en Colombia, que todavía está muy volcado al reguetón, pero, por ejemplo, el año pasado hice un concierto en Bogotá y, por primera vez, no me podía escuchar en mis audífonos por los gritos de la gente
¿Y qué música oías entonces? ¿Qué te gustaba?
Por un lado estaba totalmente volcada al pop, porque a mi mamá le encantaban Selena, Alejandro Sanz y, fíjate, me influenciaba mucho la música colombiana que escuchaba mi abuelo. Él tenía todos los discos y yo me metía a esculcar y ver, de todo eso, qué era lo que más me sonaba.
Y además de oírla, ¿tuviste claro desde siempre que a eso te dedicarías? A componer, a cantar, a interpretar…
Ponle que desde los 8 años a mí me preguntaban yo qué iba a hacer y desde entonces hasta hoy siempre he dicho que quiero ser cantante, pero a nivel social y familiar sí había una presión muy fuerte para hacer otra cosa. Sabía que algunas personas decían: "Ay, esta niña loca que quiere ser música", pero, la verdad, para mí, nunca fue una duda.
Ahora, ¿cuál es el momento en el que, de verdad, tu carrera musical despega?
Pienso que fue en el 2018, cuando decidí mudarme a México y meterle toda y trabajar este territorio. Saqué una canción que se llama 'Ojos noche' y justo esa canción resonó mucho acá y, si pegas acá, pegas en Latinoamérica y empiezas a entrar a circuitos de conciertos y eventos.
Nadie es profeta en su tierra, dicen por ahí. ¿Te fue mejor en México que en Colombia?
¡Doscientos por ciento! Fui un poco adelantada al boom musical en Colombia, que todavía está muy volcado al reguetón, pero, por ejemplo, el año pasado hice un concierto en Bogotá y, por primera vez, no me podía escuchar en mis audífonos por los gritos de la gente. Ahí va desatrasándose la tarea, pero en mis inicios a este país, México, la debo todo.
¿Qué es eso del pop espiritual, el nombre que le das al género musical del que hoy te sientes parte?
Me lo inventé yo hace nueve años, cuando comencé, porque me causaba mucho desespero no poder responder claramente a la pregunta de "¿a qué genero te dedicas?" Yo voy desde la guitarra y voz hasta que quiero experimentar con beats de cumbia, entonces para mí era frustrante tenerme que encasillar y, aunque eso del pop espiritual confunde, tiene una explicación: tenemos la ambición del pop, pero también la dimensión del mundo interno de las personas de mi generación. Ahí existe un componente espiritual.
Eso me lleva a preguntarte, ¿en quién o en qué crees?
Uf. Yo creo en la justicia, en la honestidad. Yo creo en hacer las cosas no solo por el bien propio, sino por el de la gente, y yo creo en que tarde o temprano vamos a empezar a cuidarnos unos a los otros y cuidar la vida en el planeta, en ese sentido más amplio.
Elsa, ¿qué tan difícil es ser joven hoy?, con tanto ruido alrededor, problemas, retos…
Uy, juemadre. Ser joven es no tener para nada claro el panorama de cómo se ve el futuro. Yo creo que antes los jóvenes, tipo nuestros papás, tenían un mapa en el que si seguían unas reglas, todo iba a estar bien. Hoy en día, sales del colegio y te das cuenta de que si yo no me invento mi propio ecosistema y mis propias formas de emprender o trabajar, esta vaina es muy jodida porque ya un título de istración o de ingeniería no te garantiza nada.
Agrégale el tema de las redes sociales…
El internet es un lugar complejo; es hermoso porque es una ventana al mundo, pero también es un lugar en el que las juventudes sufrimos mucho con la daga de la comparación no solo con el vecino, sino con una persona que está en Australia. Y eso es un peso grande.
Conozco muchos buenos jóvenes artistas que, sin embargo, se quedan en la mitad del camino. ¿Es tan difícil hacer música y triunfar?
Fíjate que ayer estaba rodeada de cables y micrófonos, moviéndolos, estresada y me volteo y le digo a mi amigo: "¿Sabes por qué creo que mucha gente simplemente se detiene en esta carrera?, porque hay un umbral en el arte en que es inminente comer mierda y enfrentarse a períodos de pararte en escenarios en los que no le importas a nadie y te toca aferrarte y aferrarte a lo que haces y con lo que sueñas". Esa parte de ese umbral es muy jodido. Hoy a mis 30 no sé de dónde sacaba la fuerza a mis 20 para hacerlo, porque todo alrededor te dice que no y tú te tienes que aferrar al sí. Esto requiere de suerte y de apoyo y de una serie de privilegios económicos, vamos a decirlo con la verdad. Así que sí. Es muy difícil.
Estamos desenfocados del propósito de construir carreras y proyectos que requieran tiempo, columnas fuertes, público fiel. Queremos todo rapidísimo.
En estas conversaciones traigo mucho el tema de la aceptación y la resistencia al fracaso por parte de estas nuevas generaciones. ¿Cómo es tu relación con el fracaso?
Habiendo ya atravesado por mucho, hoy en día se siente tan fácil que sacas algo en internet y al día siguiente te vuelves viral y viral equivale al 'éxito'. Estamos desenfocados del propósito de construir carreras y proyectos que requieran tiempo, columnas fuertes, público fiel. Queremos todo rapidísimo. No es culpa de esta generación que la llamen de cristal, sino que estamos en un ambiente en el que parece que es así, pero necesitamos instruir en lo importante que es la incomodidad para desarrollar 'callo' y en lo fundamental que es el esfuerzo. El otro día hablaba con una artista superviral en México y me decía: "Tiene su lado chévere ser viral, pero al día siguiente sientes que estás empezando desde cero". ¿Dónde queda la sustancia, lo de fondo, lo que te da las bases? Yo creo que el éxito es otra cosa.
Varias veces te han nominado a los premios Grammy, pero no te has ganado todavía uno. ¿Qué hace falta?
Ja, ja. Buena pregunta. Ja, ja. Musical y artísticamente siento que me sobra pa' ganarme un Grammy. Lo digo con mucho orgullo, pero creo que me hace falta jugar más el juego, porque esta es una industria con intereses y yo soy un poco rebelde y a los rebeldes no nos dan los gustitos tan rápido. Es la verdad. Je,je.
Esto suena muy 'pachamama', pero cuando pienso en Colombia pienso en el país más rico, diverso, en cuanto a la naturaleza y la riqueza de recursos.
¿A qué artistas iras?
En el ámbito latino, la tenacidad y temple de Karol G es espectacular. Ella significa lo que hemos hablado antes: años de trabajo y no una casualidad. En el ámbito global iro mucho a Sia; ella es mi ejemplo de una artista que puede llegar a los lugares del mainstream sin jugar al juego de la celebridad y del chisme o vender su vida personal. Eso es muy valioso.
¿Qué significa para ti este país, Colombia?
Esto suena muy 'pachamama', pero cuando pienso en Colombia pienso en el país más rico, diverso, en cuanto a la naturaleza y la riqueza de recursos. Lo sufro y lo amo al mismo tiempo. Siento una conexión muy grande con mi familia, con mi gente, con la comida. Es mi lugar seguro.
El momento más duro de tu carrera…
Uf, el último año y medio. En términos laborales, viví la emancipación del sistema disquero. Por muchos años soñé con tener una disquera que me hiciera famosa y lo viví y me di cuenta de que soy alguien a quien le gusta inventarse las reglas. No estoy para entrar a sistemas ya establecidos. A mí me encantan los sistemas que yo me invento y este último año fue uno de mucho 'puje'. Lo bueno es que ya lo atravesé.
La última: ¿cuál es el logro que te llena de más orgullo?
El proyecto que estoy gestando y que va a salir este año. Es ambiciosísimo. Cuando lo miramos con el equipo antiguo me dijeron que estaba loca y que no lo iba a lograr. Ahora lo hablo desde un lugar en el que todas las aristas se están ejecutando en su mayor expresión. A nivel personal esto es un voltaje duro, pero poder estar diciéndote que, en medio de la incertidumbre, he desarrollado temple para sacar adelante mis sueños, me hace pensar: 'guau, te felicito, Elsa'. Me felicito.
No te conocía hasta hoy, pero sí a tu música, y ahora entiendo de dónde salen tan buenas canciones. Termino por donde arranqué: de ti, los mayores, no sabrán mucho todavía, pero seguro que a tu música le hacen falta muchos escenarios y oídos por llegar y los cautivarás a todos. Gracias por esta entrevista.
A ti. La que habla como una lora soy yo. Es el problema de tener tanta pasión por lo que haces. Ja, ja.
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