Diogo Machado se enfrentó a una inusual consecuencia después de una noche de tragos. El hombre nunca consideró tener un caballo, pero los efectos del alcohol y un amigo lo llevaron a realizar una compra de la que se arrepiente.
Resulta que Diogo se encontraba tomando con sus amigos en una localidad de Dourados en Brasil. Uno de ellos le propuso que se uniera a un grupo de WhatsApp en el que había una subasta.
El hombre aceptó, pues no pensaba comprar nada. Sin embargo, los tragos le jugaron una mala pasada.
En la subasta encontraron un caballo, Diogo le quiso poner adrenalina a la puja y ofreció un valor más elevado para ver hasta qué punto llegaban los interesados.
"Estaba participando en la subasta en línea y recuerdo que una persona pujó R$ 100 por un caballo, pensé que era muy barato y comencé a pujar más", dijo en una entrevista para el medio ‘G1’.
Nadie hizo una oferta más alta y cuando me di cuenta ya me había comprado el caballo
Entre broma y broma, su valor fue incrementando y así mismo, los interesados por el animal fueron disminuyendo.
"Nadie hizo una oferta más alta y cuando me di cuenta ya me había comprado el caballo”, recordó.
Así terminó su noche del sábado; sin embargo, en la mañana del domingo, el hombre se despertó sin recordar la compra que había hecho.
Fue hasta que llegaron varias notificaciones de quienes le harían la valiosa entrega que volvieron a él imágenes de lo que había pasado: "Me desperté con mensajes que me hablaban del precio de la subasta. Estaba en estado de shock y mi madre me quería matar porque yo no recordaba lo que había pasado".
Sin saber qué hacer con el animal, el hombre recordó que le había comentado a su madre que quería un perro Golden Retriever, pero la mujer le negó la posibilidad.
"Ella me dijo que no podía porque no había espacio en casa y ahora yo me había comprado un caballo", mencionó.
No sé cuidar un perro, ¿cómo puedo cuidar un caballo?
Ya no era un can, sino algo más grande. "Cuando me di cuenta había comprado un caballo. No sé cuidar un perro, ¿cómo puedo cuidar un caballo?”, bromeó.
Así que tomó cartas en el asunto y decidió difundir su problema en redes sociales, pero solo tenía hasta el 12 de junio para efectuar una transferencia.
Hasta ese día era el plazo que le habían dado para llevarse al animal y su desplazamiento era un gasto que no podía costear. De hecho, para mover el equino debía cumplir unos requisitos que valían mucho dinero.
"El animal está en Novo Horizonte do Sul, pensé que solo era cuestión de ponerlo en la carreta y partir, pero necesita un documento y el transporte era más caro que el caballo", explicó.
Solo estuve tranquilo cuando vendieron el caballo, mi madre me quería matar. Mucha gente me ayudó
Su angustia por no saber qué hacer no paró hasta que logró vender de nuevo el equino.
Según relató al citado medio, encontró a un interesado en un crowdfunding solidario. Además, con la campaña de ayuda que hizo en redes cumplió con el pago de la subasta.
"Solo estuve tranquilo cuando vendieron el caballo, mi madre me quería matar. Mucha gente me ayudó", finalizó.
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