Edwin Garrido, con un acento caribeño marcado y una alegría, fue uno de los integrantes del reality 'Protagonistas de Nuestra Tele' 2012. Es recordado porque en su paso por la denominada casa estudio sostuvo un noviazgo con la controvertida concursante Manuela Gómez y una amistad con Óscar Naranjo, otra de las figuras polémicas de aquella temporada.
Además de la actuación, Garrido tenía una pasión por el fisicoculturismo. La forjó siendo licenciado en educación física, entrenador personal certificado y propietario de un gimnasio. De hecho, con sus dotes logró ser Míster Colombia.
El objetivo: competir
Me decía 'Edwin, ¿qué te pasa? ¿Por qué te estás transformando?'
Pero en ese camino por el cuerpo perfecto cayó en un delicado tema de salud: acudió a los esteroides. Los efectos fueron complejos.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, son para “tratar algunos problemas hormonales en los hombres, retraso de la pubertad y pérdida muscular por algunas enfermedades. Pero algunas personas hacen un mal uso de los esteroides anabólicos”.
Los atletas de alto rendimiento y los fisicoculturistas consideran que mediante ellos pueden desarrollar sus músculos y, por ende, adquirir volumen. Los consumen vía oral o se los inyectan en dosis que pueden ser “de 10 a veces más altas que las utilizadas para tratar afecciones médicas”, según menciona la literatura médica.
“Cuando había formado una carrera y un cuerpo, me sometí a esteroides. Fue a nivel competitivo y supervisado con médicos”, aclaró Garrido en charla con el programa ‘La Red’.
Así que, en un principio, los consideró útiles por el nivel de exigencia que tenían las pruebas de fisicoculturismo: “Para que uno llegue al nivel de que lo califiquen unos jurados, se tienen que romper niveles. Y hay veces en donde están cosas como los esteroides y hormonas. Cuando uno está en competencia, uno expone su cuerpo irresponsablemente”.
Tan pronto se sumergió en el tema, su mamá notó los cambios y buscó contenerlo. “Me decía ‘Edwin, ¿qué te pasa? ¿Por qué te estás transformando? Ese no es el hijo que yo tuve’”, recordó el barranquillero.
Él mismo calificó la transformación como impresionante, pues cuando hacía las poses (levantaba sus brazos, entre otras) las venas se veían bastante rígidas.
‘¿Qué está pasando?’
La maravilla de lucir bien le sacó factura. Los efectos colaterales lo atacaron y le hicieron reconsiderar el tratamiento que estaba desarrollando.
“Me levantaba y sentía que se me iba el mundo. Decía ‘¿qué está pasando?’. Sí, con el cuerpo bien, pero me daba mareo, sentía que perdía el equilibrio, me desmayaba. Tenía problemas de ansiedad, sueño, malhumorado. Mi mamá me tenía miedo”, agregó en ‘La Red’.
Ahí tomó una decisión radical: dejar las competencias de fisicoculturismo con el objetivo de regalarse “más años de vida saludable”.
Ya no entrenaba para competencias. Garrido hace ejercicio para mejorar su salud, ya no para posar frente a una cámara o unos jueces. “Soy sincero, no me dedico a ser atleta, soy actor”, sentenció.
¿Cuáles son los efectos de los esteroides anabólicos?
Pueden llevar, en cuanto al sistema hormonal de los hombres, a la producción reducida de espermatozoides, encogimiento de testículos, calvicie y desarrollo de senos, como explica el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, de EE. UU.
“El abuso de los esteroides ha sido asociado con enfermedades cardiovasculares, incluyendo ataques al corazón y al cerebro, incluso en atletas menores de 30 años”, señaló la entidad médica. Por ejemplo, se forman coágulos de sangre en los vasos que evitan el correcto bombeo.
Otras consecuencias radican en afectaciones al hígado con cáncer o tumores e incluso efectos psiquiátricos reflejados en la furia, agresión, manías y delirios.
“La mayoría de estos efectos son reversibles si el abusador deja de tomarlos, pero algunos son permanentes”, concluyen.
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