Encontraron una concesionaria abandonada hace 75 años con joyas ocultas y carros de colección que ahora saldrán a la venta

En el mundo empresarial, no todos los cierres se realizan con un inventario completamente liquidado. Muchas veces, tras el fin de una actividad comercial, quedan productos y activos que terminan olvidados, sin ser vendidos o reclamados. 

Estos bienes, aunque inicialmente perdieron valor por el fracaso del negocio, pueden adquirir con el tiempo un significado distinto y convertirse en verdaderas rarezas para coleccionistas y entusiastas.

Recientemente, en Suecia, un 'youtuber' especializado en automóviles descubrió un concesionario cerrado desde hace más de dos décadas con su interior casi intacto. 

Daniel Kolkowski, quien documentó el hallazgo en su canal Un canal libre de PK, quedó sorprendido al encontrar en la sala de exposición decenas de vehículos sin entregar, pertenecientes a marcas como BMW, Alfa Romeo, Fiat, Citroën y Volvo.

“Hablé con un concesionario cercano y me contó que este negocio funcionaba desde los años 80. Es fascinante cómo se ha quedado todo tal cual”, comentó Daniel Kolkowski al medio sueco CarUp.

El establecimiento, conocido como Kjellströms, fue fundado hace casi un siglo por Sven Kjellström, un mecánico emprendedor que inició con un pequeño taller de fabricación de implementos agrícolas. 

En la década de 1950, la familia decidió reconvertir el negocio hacia la importación y venta de autos europeos, aprovechando el auge del sector automotor en Suecia.

Kent Grahn, empresario local, describió así la evolución del lugar: “La sala de coches se construyó en 1957 y reflejaba el estilo de la época. Empezaron vendiendo coches ingleses, y con el tiempo se convirtieron en un referente de la zona”.

En su momento de mayor esplendor, Kjellströms atrajo clientes de municipios vecinos y representó importantes marcas como Fiat y Alfa Romeo. Sin embargo, con la llegada del nuevo milenio y el cambio generacional en la gestión, las dificultades financieras comenzaron a aparecer.

El hijo del fundador intentó mantener el negocio, pero “no era fácil continuar solo. Al final, decidió vender la empresa y buscar empleo”, explicó Tomas Malmström, actual propietario del inmueble y encargado de su cuidado desde hace veinte años. 

Los nuevos dueños no lograron revertir la caída en las ventas y la concesionaria cerró sin liquidar su stock, dejando todo sellado en el tiempo.

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Para la comunidad local, el sitio es un símbolo de otra época. “Pasar por allí y ver cómo era antes te hace recordar. Es una lástima que todo haya quedado así”, señaló Kent Grahn.

Pese a los años de inactividad, Tomas Malmström anunció que en 2025 evaluará cuáles autos aún pueden circular y contempla restaurar algunos modelos. 

“Podría decirse que es un pequeño museo. Tengo planes de arreglarlo y quizá vender los coches en algún momento”, afirmó.

Entre los vehículos almacenados se encuentran piezas consideradas clásicas, que permanecieron protegidas bajo techo durante más de veinte años. 

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Para Malmström, este inventario representa una oportunidad para coleccionistas y aficionados: “Tengo coches que quedaron cuando la empresa quebró, de todo tipo de marcas".

Además, agregó: "También conservo el taller y otras cosas que venían con la propiedad. Mi intención es empezar a venderlos esta primavera, quizá para el verano ya tenga algo definido”.

La Nación (Argentina) / GDA.