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¿Grita frente a sus hijos? Así afecta su estrés a las emociones y al desarrollo integral de los niños
Si los padres están siempre estresados, los niños pueden imitar estos comportamientos, resultando en agresividad, timidez o aislamiento.
El estrés parental puede afectar la atención, memoria, lenguaje y habilidades para resolver problemas de los niños. Foto: iStock
En el ajetreo constante de la vida moderna, los padres se encuentran en un constante malabarismo para equilibrar múltiples roles y responsabilidades, incluyendo su carrera profesional, las labores del hogar, la crianza de los hijos y la gestión de la economía familiar.
A pesar de sus esfuerzos por mantener una apariencia de calma y eficiencia, a menudo enfrentan un enemigo silencioso y persistente: el estrés parental. Este fenómeno, aunque común y en muchos casos inevitable, tiene profundas repercusiones tanto en la salud mental y emocional de los padres como en el desarrollo integral de sus hijos.
Desde los primeros días de vida hasta la adolescencia, los niños son extremadamente sensibles al estado emocional de sus cuidadores. Absorben y reflejan las emociones de sus padres como pequeñas esponjas, lo que influye significativamente en su comprensión del mundo y en su desarrollo emocional.
Willie Hupiu, psicólogo y docente del Instituto San Ignacio de Loyola (ISIL), explica que el estrés es una respuesta natural a demandas internas o externas que requieren acción. Aunque puede motivar respuestas adecuadas a desafíos, como atender el llanto de un bebé, también puede desbordar a los padres, afectando su capacidad para manejar las presiones diarias.
Fernando Percy Ramírez Farias, psicólogo y miembro del comité de psicología educativa del Colegio de Psicólogos del Perú, describe el estrés parental como la carga emocional resultante de las demandas y responsabilidades de la crianza. Señala que "el estrés parental es un proceso complejo en el que los progenitores se sienten desbordados ante las demandas que deben afrontar en su papel como padres o madres".
Dicho tipo de estrés puede ser provocado por diversos factores, entre los cuales destacan las dificultades económicas, las exigencias laborales, los problemas de pareja, las enfermedades y las demandas de tiempo, entre otros.
El estrés parental afecta el desarrollo emocional y psicológico de los niños. Foto:Keralty
Los síntomas del estrés parental pueden ser emocionales, físicos y conductuales. Entre los emocionales, se encuentran la irritabilidad, tristeza, ansiedad y depresión. En el aspecto físico, el estrés puede causar fatiga, dificultades para dormir, dolores físicos y problemas digestivos. Conductualmente, puede llevar a dificultades para concentrarse y cambios en el comportamiento.
El estrés parental afecta el desarrollo emocional y psicológico de los niños. Aquellos que crecen en ambientes de alto estrés tienen mayor riesgo de desarrollar problemas emocionales como ansiedad, depresión y baja autoestima. También pueden mostrar comportamientos agresivos y disruptivos.
Ramírez destaca que "el estrés crónico puede afectar la capacidad de los padres para responder de manera sensible y cálida a las necesidades emocionales de sus hijos", lo que puede generar problemas de apego.
En términos de desarrollo cognitivo, el estrés parental puede afectar la atención, memoria, lenguaje y habilidades para resolver problemas de los niños. Hupiu subraya que el cerebro humano se desarrolla significativamente antes del nacimiento y continúa hasta la adultez, por lo que un ambiente positivo es crucial para un desarrollo cognitivo saludable.
El rendimiento académico también se ve afectado por el estrés parental. Los niños que viven en hogares con altos niveles de estrés tienden a tener un desempeño escolar más bajo, afectando sus calificaciones, asistencia y motivación. Ramírez explica que "el estrés puede crear un ambiente familiar caótico, dificultando la concentración y el estudio de los niños".
Socialmente, los niños aprenden a relacionarse observando a sus padres. Si los padres están constantemente estresados, los niños pueden adoptar comportamientos similares, lo que puede llevar a problemas de comportamiento como agresividad, timidez o aislamiento.
Hupiu señala que "los niños que crecen en entornos de alto estrés pueden sentir que no cuentan con el apoyo emocional necesario", afectando su autoestima y capacidad para establecer relaciones saludables.
Los niños que viven en hogares con altos niveles de estrés tienden a tener un desempeño escolar más bajo. Foto:iStock
Estrategias para manejar el estrés parental
Para proteger a los hijos del impacto negativo del estrés parental, es esencial que los padres aprendan a gestionarlo adecuadamente. Algunas estrategias recomendadas incluyen:
Cuidado personal: priorizar el sueño, mantener una alimentación saludable, realizar actividad física, practicar técnicas de relajación y dedicar tiempo a actividades agradables.
Mejorar la comunicación familiar: establecer un diálogo abierto, escuchar atentamente, expresar afecto, establecer límites claros y resolver conflictos de manera positiva.
Buscar apoyo social: hablar con amigos o familiares, unirse a grupos de apoyo y buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
Organizar la vida familiar: crear un horario regular, delegar tareas, simplificar la vida y pedir ayuda cuando sea necesario.
Ramírez Farias destaca la importancia de estas estrategias para mantener un ambiente familiar saludable y equilibrado, beneficiando tanto a los padres como a los hijos.
Los padres deben estar atentos a señales de que su estrés está afectando a sus hijos, como aumento de la irritabilidad, dificultades para concentrarse, problemas de sueño, cambios en el apetito, aislamiento social y ansiedad. Identificar y abordar estas señales a tiempo es crucial para mitigar el impacto negativo del estrés en el desarrollo integral de los niños.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.