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Joven fue al médico por dolor menstrual y descubrió que tenía cáncer de ovario
La mujer dice que hablar sobre sus afecciones podría salvarle la vida a muchas.
Hannah Catton quiere que la negligencia médica no sea un problema para más mujeres. Foto: iStock
La historia de Hannah Catton, una residente inglesa, se ha vuelto mundialmente famosa por promover el cuidado de la salud de las mujeres, especialmente de sus ovarios, pues fue diagnosticada con cáncer luego de que padeciera afecciones en un zona abdominal que le provocaba fuertes dolores e infecciones urinarias irregulares.
A medida que los dolores se iban incrementando, no tuvo más remedio que acudir a un centro asistencial. Allí, en un principio, no le diagnosticaron el problema y duró meses sin tratar la enfermedad.
De 2019 a 2020, duró con los dolores hasta que un parte médico dio con el punto y le manifestó que estaba en etapa 1 de cáncer de ovario: “Estaba muy enojada porque lógicamente estoy (físicamente) en forma. Soy talla 10 y tenía el abdomen inflamado, pero por lo demás no me consideraba con sobrepeso”, expresó al portal ‘Today’.
Su caso no ha sido motivo de decepción, sino de superación y si bien este es un padecimiento de alto riesgo, se mantiene positiva y en pro de ayudar a más mujeres a tener controles regulares para evitar todo tipo de enfermedades.
“La cantidad de mensajes que he recibido de mujeres con historias tan similares a la mía, donde los médicos las han ignorado y les han dicho que es sobrepeso, hormonas, menopausia, etcétera, es impactante”.
Antes de que Catton se mudará a Australia, comenzó a sufrir de constantes infecciones urinarias. Los médicos a menudo le recetaron antibióticos, pero estas seguían regresando. Una negligencia que, según comenta, no podrá olvidar jamás.
Hannah Catton quiere que se deje el tabú social al hablar de dolencias menstruales. Foto:Facebook: hannah Catton
En septiembre de 2020, sus periodos se volvieron irregulares y dolorosos. Hizo un seguimiento de sus síntomas para poder contarles todo a sus médicos.
“Alrededor de marzo, volví todavía con todos los síntomas anteriores que estaban asociando con mi periodo y este (médico) nuevamente me dijo que estaba estresada y que mi IMC (Índice de Masa Corporal) está en el rango de sobrepeso, por lo que debería vigilarlo de cerca y asegurarme de comer sano”, recordó Catton.
Salí de la cita sintiendo que me consideraban una pérdida de tiempo (...) Aprecio lo duro que trabaja el personal médico y para mí sentir que les hice perder el tiempo fue muy molesto”.
Su enfado la hizo consultar a un ginecólogo, quien atendió a sus dolores y le ordenó un ultrasonido que mostró el panorama desfavorable: un fibroma de 10 centímetros (3.9 pulgadas) dentro de su útero.
Inmediatamente fue puesta en lista de cirugía para extirpar el tumor, pero una cabalgata en 2021 empeoró sus síntomas: Cuando desmonté después del primer día montando, colapsé de dolor hasta el punto de casi vomitar. Fue insoportable (...) No quería hacerle perder el tiempo a nadie, así que tomé tantos analgésicos como pude y traté de dormir”.
“Fui ingresada con sospecha de embarazo ectópico y me hicieron ultrasonidos. Luego tomé una tomografía computarizada, una resonancia magnética y muchos análisis de sangre, ahí me dieron el diagnostico”, agregó.
Su mudanza a Australia la hizo soportar las afecciones de su enfermedad casi que en solitario. Dice que ha sido un proceso difícil, pero que siente el apoyo de su familia a la distancia gracias a su constante o a través de las redes sociales.
No hablar de experiencias como estas significa que les seguirán pasando a las mujeres. No deberían pasar.
"Siempre han sido mi mayor apoyo y no poder tenerlos cerca es muy difícil. También es difícil para ellos (...) Tengo una increíble red de apoyo de amigos en Australia, pero no tener a los amigos que he conocido la mayor parte de mi vida, la familiaridad de ellos, es duro”, pronunció.
“He aprendido a lidiar con los extremos, el miedo, la ira, la soledad y a sobrellevarlos y que aceptar la ayuda de las personas que te rodean no es una debilidad (...) Te quitan tantas cosas con un diagnóstico de cáncer tan rápido y navegar eso es difícil para mí”, exclamó.
Este proceso le ha ayudado a ser exigente con los especialistas que están al tanto de su salud, pues se arrepiente de no ser más incisiva con los médicos que la diagnosticaron mal en el pasado.
“He aprendido a decir más lo que pienso, a discutir con mis (médicos) y presionarlos con preguntas para que comprendan mejor por qué estoy recibiendo el tratamiento XYZ para no sentirme mal por eso (...) “Es su trabajo brindarme atención médica y que entiendan lo que está sucediendo con mi cuerpo”, dijo.
Catton quiere empoderar a las mujeres para que hablen sobre sus experiencias de salud con la esperanza de generar un cambio en el servicio de emergencia que se ofrece en los centros de salud del mundo. Un mal diagnostico, dice, puede generar una vía directa a la muerte.
“No hablar de experiencias como estas significa que les seguirán pasando a las mujeres. No deberían pasar. Me debieron haber ofrecido un ultrasonido y remisiones meses antes”, dijo.
“El estigma asociado a quejarse de dolor y problemas menstruales, y todos los síntomas que eso incluye debe detenerse. Tantas vidas se ven afectadas por eso”, concluyó.
Hannah Catton ha iniciado su proceso de recuperación n quimioterapia. Foto:Facebook: hannah Catton