Infusión de diente de león: cómo prepararla para proteger y regenerar el hígado de forma natural

La infusión de diente de león es una bebida ancestralmente utilizada por sus propiedades depurativas y protectoras del hígado. Su elaboración incluye diversas partes de la planta, como raíces, hojas y flores, cada una con características específicas que favorecen la salud hepática y digestiva.

Las hojas del diente de león destacan por su alto contenido en vitaminas A, C y K, además de minerales esenciales como calcio, potasio, hierro y magnesio. La raíz, en cambio, tiene un efecto más pronunciado en el cuidado del hígado, lo que favorece a la producción de bilis y apoyando la desintoxicación hepática. 

Según Nancy Geib, dietista registrada de la Clínica Cleveland, “el té de diente de león elaborado con la raíz tiene una acción desintoxicante más fuerte sobre el hígado que las hojas”. Esta acción no solo contribuye a la salud hepática, sino que también puede aliviar problemas como el hígado graso, digestiones lentas o estreñimiento.

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Además, Geib señala: “La raíz es un gran aliado para el hígado, ya que ayuda a eliminar el acné u otras alteraciones de la piel cuya causa principal es el estancamiento del hígado”. Adicionalmente, sus propiedades antioxidantes protegen las células del daño causado por los radicales libres y el envejecimiento prematuro.

En el ámbito renal, su efecto diurético promueve la eliminación de toxinas y puede prevenir la formación de cálculos, mientras que en el ámbito cardiovascular, investigaciones sugieren que el consumo de diente de león ayuda a reducir triglicéridos, contribuyendo a mantener un perfil lipídico saludable.

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El proceso para preparar esta infusión es sencillo y rápido. Solo necesita mezclar una o dos cucharaditas de raíz y hojas de diente de león en 150 ml de agua caliente. Lleve la mezcla a ebullición, retírela del fuego y déjela reposar durante 15 minutos. Posteriormente, filtre el líquido y, si lo desea, puede añadir unas gotas de extracto de malvavisco para contrarrestar posibles molestias, como la acidez estomacal.

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Aunque esta infusión ofrece múltiples beneficios, es fundamental consumirla de manera responsable. Según Geib, “se recomienda tomarlo dos o tres veces al día. Empieza el día con una taza de té de raíz de diente de león y ve aumentando la dosis poco a poco. Sus propiedades diuréticas pueden aumentar la micción, así que tómatelo con calma y deja que tu cuerpo se adapte primero”.

Sin embargo, las personas con condiciones biliares o estomacales deben ser especialmente cautelosas, ya que la estimulación de jugos gástricos puede exacerbar problemas como la acidez. Además, puede interactuar con ciertos medicamentos, incluyendo diuréticos y anticoagulantes, por lo que es recomendable consultar a un médico antes de incorporarlo a la dieta.

El País (Uruguay) / GDA.