Imagine poder comer cristales, madera, metal, hasta aviones y carros enteros, sin morir o siquiera desarrollar algún problema de salud. Aunque parezca imposible, este es el caso de Michel Lotito, más conocido como ‘Monsieur Mangetout' (señor comelotodo), y su historia real supera la ficción.
La peculiar historia de Lotito se consigna en los ‘Guinness World Records’ como ‘La dieta más extraña’. La gastronomía de este hombre tiene una trayectoria bastante interesante, aunque perturbadora para muchos.
¿Quién es ‘Monsieur Mangetout’?
El hombre nació en 1950 en Grenoble, Francia. Su gusto por comer objetos surgió de una bizarra experiencia que tuvo cuando apenas tenía 9 años.
Según informa ‘Guinness World Records’, a Lotito se le rompió un vaso de vidrio en el que estaba bebiendo agua. En ese momento, inconscientemente ingirió esquirlas de cristal, algo que asustaría a muchos niños a esa edad. Sin embargo, a este pequeño le agradó el sabor.
Para el momento en que fue galardonado con ‘La dieta más extraña’, en 1966, en el estómago de este hombre ya habían siete televisores, dos camas, seis candelabros, un ordenador, una pareja de esquís, 15 carritos de supermercado y 18 bicicletas.
En ese momento descubrió que tenía una rara habilidad para comer objetos tóxicos y comenzó a usarlo a su favor. A sus 16 años, ya era reconocido por ingerir madera, metal, cristales y plásticos. Incluso, ya en su adultez, empezó a ganar dinero por ello.
En una edición del periódico ‘The Madison Courier’ de 1980 se reportó que ‘Monsieur Mangetout’ se dedicaba a realizar shows en vivo ingiriendo partes de bicicletas y carros, por lo que llegaba a cobrar hasta mil dólares (más de tres millones de pesos).
Además, mientras el sujeto comía este tipo de materiales tóxicos, sus espectadores subían a la tarima para pellizcarle con alicates, clavar dardos en su espalda e incluso quemar las yemas de sus dedos con fósforos.
Al ver el bizarro talento que este sujeto tenía, los médicos le hicieron una radiografía de su sistema digestivo en la que se demostró que Lotito era capaz de comer hasta 900 gramos de metal al día y, sorprendentemente, no había dañado ninguno de sus órganos.
¿Realmente se comió una avioneta entera?
Lo cierto es que no hay ningún medio oficial que confirme esta historia, pero varias personas coinciden en haberlo visto ingiriendo la avioneta parte por parte. Incluso el mismo ‘Monsieur Mangetout’ relató, en varias ocasiones, su gran hazaña.
Al escritor Ben Sherwood le fascinó tanto el caso de Lotito que estableció o con él, le hizo un par de entrevistas en las que le contó acerca de su dieta y, finalmente, le dedicó un libro: ‘El hombre que se comió un 747’.
Según el testimonio de ‘Monsieur Mangetout’, empezó a comer parte por parte de una avioneta Cessna 150 en el año 1978, tomando el tiempo suficiente para saborear muy bien su platillo. Terminó de ingerirlo completamente en 1980.
También aseguró que la parte que más le costó comerse fueron los neumáticos, pero continuó hasta cumplir su objetivo.
¿Cómo cuidaba su organismo?
Tal como lo documentó en ese entonces el periódico canadiense ‘The Leader- Post’, cuando consumía bicicletas u otros vehículos, Lotito evitaba ingerir las partes ‘no comestibles’ como los pedales, la cadena y la manivela.
Adicionalmente, el hombre restringía su alimentación procurando hacer estas peligrosas dietas solo dos veces o máximo tres veces por año.
El secreto de ‘Monsieur Mangetout’ para evitar que los trozos de metal, vidrio o plástico se alojaran en alguno de sus órganos era beber grandes cantidades de agua y aceite mineral antes de comer sus bizarras cenas.
Lo curioso de este caso es que él asegura que los huevos duros, los plátanos y los alimentos de consistencia blanda lo indigestaban y lo hacían sentir enfermo, por lo que prefería comer cuchillas de afeitar y avionetas.
Lotito falleció en el año 2007, a sus 57 años, por causas naturales. Sin embargo, se cree que su alimentación influyó en su muerte, lo cual no tendría nada de raro.
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