Sebastián Montalva, autor del artículo 'Mitos y verdades de la mejor playa del mundo', nos sumerge en las aguas cristalinas de Praia do Sancho, "donde los cardúmenes de sardinas y los peces de colores se deslizan con gracia".
Praia do Sancho, una deslumbrante bahía de aguas tibias y cristalinas, ha sido nuevamente coronada como la mejor playa del mundo, según el ránking Traveler's Choice, basado en las opiniones de millones de s de TripAdvisor.
Este es un logro que ya ha obtenido en seis ocasiones, superando a icónicas playas como Eagle Beach en Aruba, Cable Beach en Australia y Grace Bay Beach en Turcos y Caicos.
El prestigioso título no sorprende, ya que durante décadas, esta playa ha sido considerada como la mejor de Brasil por diversos medios especializados, desde guías turísticas hasta Lonely Planet, que la describe como "el tramo de arena más impresionante de una isla con playas magníficas".
No obstante, surge la pregunta de si Praia do Sancho merece verdaderamente el título de la mejor playa del mundo o si es solo un mito amplificado por los medios y las redes sociales.
A lo largo de varios años visitando este lugar, Sebastián Montalva, incluyó estancias como miembro de una familia local, asegura que Praia do Sancho es, indudablemente, una playa excepcional en el mundo. Un lugar único y asombroso que combina la belleza natural con la preservación, pero que también ha experimentado cambios significativos con el paso del tiempo.
La primera visita de Sebastián Montalva al archipiélago, ubicado a 540 kilómetros de las costas de Recife en el noreste de Brasil, ocurrió hace 18 años, cuando escribió un artículo sobre uno de los destinos más exclusivos y emblemáticos de Brasil.
En ese entonces, era un lugar muy particular. Para acceder al archipiélago volcánico, habitado por alrededor de cinco mil personas, no solo se requería un vuelo de una hora, sino que también se debía pagar una Tarifa de Preservación Ambiental por cada día que se pasara en la isla.
Este cargo, que comenzaba en aproximadamente 18 dólares por día y aumentaba con el tiempo, tenía como objetivo principal evitar que las personas se establecieran permanentemente en la isla y contribuir al mantenimiento de la misma.
Esta tarifa se destinaba al estado de Pernambuco, al que pertenece Fernando de Noronha, y se utilizaba teóricamente para conservar la isla y su naturaleza. Sin embargo, en ocasiones, los resultados de esta inversión no eran evidentes, ya que algunas infraestructuras, como la pista del aeropuerto o las condiciones de las calles, no estaban a la altura de las expectativas.
A pesar de estos desafíos, en ese entonces, Praia do Sancho se destacaba como un modelo de ecoturismo para el mundo, con una abundante vida marina que incluía tortugas marinas, delfines rotadores, rayas, tiburones y una variedad de peces de colores.
En ese momento, no más de 500 personas ingresaban a la isla diariamente, y las playas permanecían en gran medida desiertas. Sin embargo, en 2022, se batió un récord de turistas que visitaron el archipiélago, con 149 mil personas, un 30 por ciento más que el año anterior, según un artículo reciente de la 'BBC'.
En 2005, Praia do Sancho aún se sentía como un destino por descubrir. La mayoría de las posadas eran casas locales convertidas en alojamientos turísticos, y solo había un par de hoteles de lujo. La oferta de restaurantes era limitada, y la circulación de automóviles, en su mayoría buggies importados del continente, era escasa debido a las difíciles condiciones de las carreteras de la isla. Sin embargo, en la actualidad, la isla ha experimentado importantes cambios.
Han surgido numerosas posadas boutique exclusivas que han reemplazado en gran medida a las posadas familiares. Celebridades, en particular estrellas de la televisión brasileña, han puesto los ojos en Praia do Sancho, anunciando sus visitas en sus cuentas de Instagram.
Además, algunos turistas ya no visitan la isla principalmente para explorar la vida marina y las actividades de ecoturismo, sino más bien para tomar fotos en las mismas piscinas naturales donde Neymar Jr., la estrella del fútbol brasileño, se ha fotografiado con su novia.
El auge del turismo ha llevado al surgimiento de numerosos restaurantes en la isla, con establecimientos en casi todas las esquinas, y ha aumentado la cantidad de vehículos en circulación.
De hecho, Praia do Sancho ha implementado un plan para que todos los automóviles en la isla sean eléctricos para 2030. Sin embargo, el desafío radica en eliminar gradualmente los vehículos de combustión existentes, ya que continúan acumulándose en la isla. A pesar de estos cambios, las playas y la belleza natural de Praia do Sancho siguen siendo incomparables.
En particular, Praia do Sancho, que ha experimentado ciertas mejoras en la forma de , sigue siendo un paraíso idílico.
Aunque la entrada a la playa ahora implica pagar una tarifa adicional como parte del al Parque Nacional Marino, que istra el mismo grupo empresarial que gestiona las Cataratas del Iguazú, las vistas desde la playa siguen siendo impresionantes.
Praia do Sancho cuenta con pasarelas de madera elevadas para preservar la flora nativa y miradores para los visitantes. Además, se han establecido horarios específicos para subir y bajar a la playa, lo que ayuda a controlar el flujo de turistas.
En resumen, Praia do Sancho sigue siendo un lugar de belleza indescriptible, aunque ha experimentado cambios significativos en términos de turismo y desarrollo. Los títulos y reconocimientos que ha recibido a lo largo de los años reflejan su esplendor natural, pero también señalan la importancia de preservar y gestionar cuidadosamente este tesoro de la naturaleza.
Información importante para viajar
¿Cómo llegar?: Hay vuelos diarios desde Recife, Natal y Fortaleza. La tarifa parte en los 340 dólares.
Tasas de entrada: Cada visitante que llegue a Noronha debe pagar una tasa de conservación que varía según la estada: 1 día cuesta 18 dólares; 5 días, 90. Se puede pagar online o en el aeropuerto de ingreso.
Además, es importante tener en cuenta el pago de la entrada al Parque Marino, que da a la mayoría de las playas, como Do Sancho y Do Sueste. Cuesta US$ 70 para extranjeros (vale por 10 días seguidos). Para ingresar en algunas playas, también es necesario reservar con anticipación.
*Este contenido fue hecho con asistencia e una inteligencia artificial basado en un artículo de La Nación y contó con la revisión de una periodista y un editor.
ALEJANDRA OSPINA CORDERO
REDACCIÓN ACANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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