Una mujer de 38 años de edad fue humillada en un aeropuerto de Qatar por “ser demasiado grande” para sentarse en las sillas del avión. El hecho se registró cuando iba a hacer una conexión con destino a Brasil.
Se trata de la modelo de talla grande e 'influencer' brasileña Juliana Neheme, a quien un funcionario de la aerolínea Qatar Airways le dijo que, si quería viajar en el avión, debía comprar un vuelo de primera clase, ya que en el que había comprado no había espacio para ella. Para ese momento, estaba en compañía de su madre, una hermana y su sobrino.
“Compré un boleto de regreso a Brasil a través de Qatar Airways y al llegar a la hora del check-in, una azafata del país árabe llamó a mi madre, mientras otro miembro del personal me dijo que no podía abordar. Porque estoy gorda”, explicó la mujer en su cuenta de Instagram.
Con tal de pasar un periodo vacacional, la mujer viajó a Líbano (Medio Oriente). La aerolínea en la que compró su vuelo no le puso ningún problema a su peso. Sin embargo, al regreso, se molestó con Qatar Airways, ya que no encontraba justificación alguna para lo que calificó como una humillación.
De hecho, confesó en sus redes sociales que, en lugar de ofrecerle el reembolso de las 830 libras esterlinas (más de cuatro millones y medio de pesos colombianos que había pagado por un asiento), le dijeron que tenía que desembolsar 2.480 libras esterlinas adicionales (más de 14 millones de pesos) por un boleto en primera clase, los cuales son más grandes.
Por su parte, la aerolínea Qatar Airways señaló que Juliana y su familia no contaban con el carnet del covid-19 que se necesitaba para volar.
“La pasajera en cuestión en el aeropuerto de Beirut inicialmente fue extremadamente grosera y agresiva con el personal de facturación cuando uno de los de su grupo de viaje no presentó la documentación requerida para ingresar a Brasil”, expresó la empresa al diario ‘Daily Mail’.
Para la mamá de la modelo, lo que vivieron fue una terrible y dolorosa experiencia.
“Era como si yo no fuera un ser humano para ellos. Yo era un monstruo gordo que no podía subir a bordo. Me duele ahora recordar cuánto me culpé, porque me culpé mucho, incluso le pedí perdón a mi madre varias veces”, expresó la mujer a medios locales.
Sin embargo, después de lo que consideraron discriminación y gordofobia, Juliana regresó a Brasil. Tras ello, agradeció a los abogados, periodistas y seguidores que la apoyaron, dado que lograron que la compañía les pagará una terapia psicológica.
“¡Quiero dar las gracias de corazón a todos los que están aquí conmigo en toda esta situación! Sigamos luchando por un mundo más justo, libre de gordofobia y toda forma de prejuicio”, concluyó en Instagram.
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LAURA ALMECIGA AVELLANEDA
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