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‘No todas son explotadas': pareja que se dedica a la prostitución
Piikara y Hache luchan en contra de la iniciativa para la abolición del trabajo sexual.
La pareja quiere que la prostitución sea un trabajo respetado y válido en el margen de lo voluntario. Foto: iStock
Piikara y Hache son una pareja de novios que se dedica a la prostitución. La mujer es trabajadora sexual desde hace seis meses. Y Hache, por su parte, es quien consigue las citas y clientes.
Los dos luchan en contra de la abolición de la prostitución, un movimiento iniciado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que quiere invalidar el trabajo sexual y sancionar a los clientes.
España empieza la iniciativa para la abolición de la prostitución. Foto:iStock
Piikara, más conocida como Pica, es trabajadora sexual en distintas formas.
“Soy actriz porno, webcamer, creo contenido para Onlyfans, vendo contenido de manera privada, soy striper, gogó, dominatrix”, afirmó la mujer al diario español ‘El Mundo’.
Ella cuenta con el apoyo de su pareja sentimental, quien también es su ‘manager’.
Hache también se dedicaba a la prostitución cuando tenía 18 años. Sin embargo, después de conocer a Piikara, se encargó de temas istrativos como realizar las citas, contabilizar los tiempos y planear itinerarios.
Según sus funciones, es identificado como proxeneta, pero él defiende a toda costa su 'trabajo': "¿Explotada ella? Solo tiene que poner su cuerpo. A ver quién explota a quién. Yo me encargo de todo. Hasta limpio la casa".
¿Cómo manejan su relación profesional y sentimental?
Hace dos años, Piikara y Hache se conocieron en una discoteca en un pueblo de Toledo. Entablaron una relación y empezaron a subir contenido sexual de sus propias relaciones sexuales.
Con el paso del tiempo se enamoraron.
Luego, Hache encontró bastantes os para que Piikara pudiera trabajar y eso le permitió a la mujer lanzar su propia Webcam.
Piikara y Hache han aprendido a vivir con su profesión. Foto:iStock
El trabajo de la mujer implica tener relaciones sexuales con otros hombres, Hache se siente cómodo con eso y describe su noviazgo como sano.
“Todo lo que se vaya a hacer se comunica antes. Intentamos tener una relación sana. A veces es tenso. A veces nos afecta a uno, a veces a otro. Nuestras discusiones son más llamativas que las del resto de parejas”, aseguró la mujer.
Su casa es muchas veces el lugar de encuentro, así que Hache espera que Piikara y el cliente terminen su encuentro sexual para salir.
"Intento ser lo más discreto. Si tenemos confianza abro la puerta. Hay un par de clientes suyos que me caen muy bien, con los que puedo hablar de política”, contó Hache al citado medio.
La opinión de sus familiares
A mí casi me matan cuando lo conté. Mi madre ya me compra juguetes sexuales
Una de las preguntas que realizó el diario fue: “¿Qué piensan vuestras familias?”.
La familia de Piikara no lo tomó bien al principio y señaló que casi la matan. Sin embargo, con el tiempo sus padres se fueron acostumbrando.
“A mí casi me matan cuando lo conté. Mi madre ya me compra juguetes sexuales. Mi padre no pregunta. Sigue enviándome ofertas de trabajo”, recordó Piikara.
La familia de Hache, por su parte, tiene un pensamiento más "liberal" y apoya al chico desde sus inicios.
“Mi padre está contento si me gano la vida con el bolo, como él dice”, contó Hache.
La pareja defiende su proyecto de vida
El Partido Socialista Obrero Español promueve en la actualidad una iniciativa para abolir la prostitución.
“La propuesta que ha sido acordada en el congreso socialista se compromete, además, a sancionar a quienes acudan a la prostitución y quienes se lucren de ella”, publicó ‘El Mundo’.
Además, se tiene como prioridad proteger y atender a las víctimas que han sido maltratadas y obligadas a ejercer trabajos sexuales.
Por eso, la pareja aseguró que cruza los dedos no solo para que se derribe la iniciativa de la abolición, sino también para que la prostitución sea un trabajo respetado y válido en el margen de lo voluntario.
Piikara y Hache es una pareja que se dedica al trabajo sexual hace seis meses. Foto:iStock
Ni por el porno ni por prostituirnos puedes culparnos del machismo. No es nuestro trabajo educar a nadie
Además, defienden su profesión porque dicen que su trabajo no es culpable del machismo.
"Ni por el porno ni por prostituirnos puedes culparnos del machismo. No es nuestro trabajo educar a nadie. Aquí vienen señores adorables. Ositos de peluche. Tíos machistas los hay en todos los trabajos. A los camareros a veces les toca un cliente maleducado", dijo Piikara.
La pareja también contó que en sus planes está la compra de una vivienda. Sin embargo, por la forma en que adquieren el dinero les ha sido muy difícil conseguirla, por lo que defienden la dignificación de su profesión.
"Llevo cinco años de alquiler tirando el dinero. Pero a ver, cómo voy al banco diciendo hola, quiero una casa, soy prostituta. Queremos ahorrar. Y que Hache lleve más tiempo trabajando para pedir una hipoteca", contó Pica.