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Quería vender un sillón y fue víctima de una estafa en la que pidieron un préstamo de más de $ 20 millones a su nombre
Expertos aconsejan no ingresar claves en sitios web que no sean del banco, especialmente si el enlace proviene de un tercero.
Los delincuentes tramitaron un crédito a nombre de la mujer. Foto: iStock
Una mujer, identificada solo como Ana, intentaba vender su antiguo sillón a través de Marketplace en Facebook de Uruguay. Había puesto el mueble en venta por 2.500 pesos uruguayos (casi 250 mil pesos colombianos) y rápidamente encontró un comprador interesado que le escribió: “¡Lo quiero!”.
Con la transacción en marcha, Ana solicitó que le transfirieran el dinero antes de compartir su dirección para la entrega. El comprador accedió sin problema, y ella proporcionó su cuenta bancaria para recibir el pago.
Pocos minutos después, Ana recibió otro mensaje del supuesto comprador: “Hola, Ana, cometí un error y, en lugar de girarte $ 2.500, te pasé $ 250.000 (casi 25 millones de pesos colombianos). Necesito por favor que me devuelvas ese dinero”.
Ana, sospechando que algo no estaba bien, revisó su cuenta y no encontró ninguna transacción, ni por $ 2.500 ni por los $ 250.000 mencionados. El comprador insistió, enviándole un recibo falso de la supuesta transferencia. A pesar de sus dudas, Ana decidió esperar a que el dinero apareciera antes de actuar, y el comprador le prometió ar al banco para resolver el error.
Más tarde, Ana recibió una llamada de alguien que se hizo pasar por un funcionario del banco, informándole sobre la queja del comprador por el supuesto error en la transferencia. Le indicaron que debía ingresar a un enlace para solucionar el problema.
Siguiendo las instrucciones, Ana ingresó sus datos bancarios en un sitio web que parecía legítimo. Poco después, el falso funcionario la llamó nuevamente, afirmando que el dinero ya estaba en su cuenta y que debía devolverlo por otro medio, sin involucrar al banco.
Al revisar su cuenta nuevamente, efectivamente aparecían 250.000 pesos uruguayos. Confundida, Ana se comunicó con el comprador, quien le sugirió retirar el dinero y realizar la devolución a través de una agencia de pagos para evitar comisiones bancarias. Ana accedió, retiró el dinero y se dirigió a una agencia. Sin embargo, en el lugar le informaron que no era posible enviar esa cantidad a Argentina desde Uruguay.
Alarmada, Ana compartió lo sucedido con sus compañeros de trabajo, quienes sospecharon que podría estar siendo víctima de una estafa. A pesar de que inicialmente ella estaba convencida de que el dinero era legítimo, sus colegas la persuadieron de ar al banco.
Los delincuentes le indicaron que debía ingresar a un enlace para solucionar el problema. Foto:iStock
La estafa fue desenmascarada
Cuando Ana habló con su banco, le explicaron que el dinero que había aparecido en su cuenta no era una transferencia del comprador, sino un préstamo que los estafadores habían gestionado utilizando los datos que ella proporcionó en el sitio web falso.
Con dichos datos, los delincuentes tramitaron un crédito a su nombre. Afortunadamente, el banco intervino y canceló el préstamo sin que Ana tuviera que asumir costos adicionales.
La gerente general del banco explicó que este tipo de estafa sigue un patrón común: “Siempre volvemos a lo mismo, disfrazado de distintas formas”. La víctima ingresa sus datos confidenciales en un sitio web falso, engañada por una supuesta necesidad urgente o una oportunidad. En este caso, los estafadores solicitaron un préstamo en lugar de robar el dinero directamente, lo que habría requerido una segunda verificación a la que no tenían .
Finalmente, la recomendación es clara: “Nunca ingrese sus claves en un sitio web que no sea del banco, especialmente si proviene de un enlace enviado por un tercero”.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El País, y contó con la revisión de un periodista y un editor.