Thomas Randele era conocido por sus allegados como un hombre ejemplar, alguien irable y con un buen comportamiento. Sin embargo, en realidad llevaba medio siglo ocultando su verdadera identidad y huyendo de un crimen que cometió en su juventud.
Randele, que vivía en Boston, Estados Unidos, era un esposo y un padre devoto, jugador de golf que siempre cumplía las reglas y un hombre amable. Nadie dudaba de él y mucho menos creían que alguna vez hubiese cometido un delito, hasta que fue él mismo quien lo confesó en su lecho de muerte.
En 2021, el hombre falleció por un cáncer avanzado en los pulmones a la edad de 71 años, pero no quería ir a la tumba con su gran secreto, por lo que justo antes de morir decidió contar a su familia y a personas cercanas que 50 años atrás había robado dinero de un banco y que su verdadero nombre era Ted Conrad.
Por supuesto, al inicio nadie le creyó, hasta que decidieron confirmar la información y, tras su muerte, dar aviso a las autoridades para al fin poder cerrar el caso.
Robo en Cleveland
En el verano de 1969, más precisamente el viernes 11 de julio, sucedió uno de los robos bancarios más grandes en la ciudad de Cleveland, en el estado de Ohio. Un joven llamado Ted Conrad, trabajador de la entidad, había huido con 215.000 dólares, una suma cercana a 1,6 millones en la actualidad, es decir, más de 6 mil millones en pesos colombianos.
Conrad habría notado que la seguridad del Society National Bank no era muy buena y que podría sacar el dinero de la cámara acorazada fácilmente sin llamar la atención, por lo que le contó a sus amigos de aquella época que tenía planeado robar el lugar, según confirmó uno de ellos a la cadena 'Fox News'.
El joven, de apenas 20 años, comenzó a ser buscado por la Policía, aunque nunca se supo nada más de él y jamás fue encontrado. Simplemente desapareció. Incluso, su familia llegó a creer que había muerto, debido a que no se conoció información acerca de su paradero.
Alrededor de medio siglo después, en mayo de 2021, se logró finalizar el caso y descubrir que aquel fugitivo se había mudado a Boston y había cambiado su identidad para despistar a las autoridades.
Una nueva vida
Al parecer, la idea era robar el banco y tiempo después buscar la manera de volver a tener o con su familia y amigos para reunirse.
Sin embargo, al darse cuenta de la eficacia de la investigación y de la gravedad de los delitos por los que era buscado por las autoridades, decidió dejar su vida como Ted Conrad atrás e iniciar una nueva para no ser encontrado por las autoridades.
El hombre habría tomado un avión esa misma noche, horas después del crimen, y no fue hasta el día siguiente que se supo del robo, por lo que pudo escapar tranquilamente.
Se cree que llegó a Boston en 1970, aunque no se logró determinar el momento exacto en el que cambió su identidad..
El fugitivo se dedicó al golf e incluso enseñó este deporte en un club local.
Dejó a un lado por completo el estilo de vida que llevaba y cualquier detalle que lo vinculara con su pasado, por lo que no había forma de seguirle la pista.
En 1982, se casó con una mujer de nombre Kathy y tuvieron una única hija. El hombre las amaba inmensamente, por lo que muchos lo veían como un padre y esposo devoto. A su vez, tenía un comportamiento ejemplar, digno de irar por las personas que lo conocían.
Durante los últimos 40 años de su vida, se dedicó a trabajar en un concesionario de autos, en el cual tenía muy buenas referencias e hizo una gran cantidad de amigos.
Vivió en los suburbios de la ciudad hasta su fallecimiento.
La noticia sobre el ladrón del banco era ampliamente conocida, incluso fue protagonista en historias de crímenes sin resolver y programas de televisión, por lo que su captura, 52 años después, fue titular en todos los periódicos del país.
Al respecto, quienes habían sido sus amigos en la época del robo comentaron que el delito que cometió no fue más que un simple error de juventud y que lo recordaban como una gran persona.
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