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OMD: una banda que no murió en los 80 y acaba de sacar un disco espectacular
Junto a Depeche Mode o Gary Numan, la banda no ha dejado de reinventarse. Mirada a su nuevo disco.
OMD, lanzó su más reciente disco Bauhaus Staircase. El álbum nació del encierro y de una muestra de amor y amistad. Andy Mclusey y Paul Humphreys Foto: Fotos: cortesía de la banda y Ed Miles
En 1980 la radio aullaba sin parar Enola Gay, una canción de synth pop, que se convirtió en un hit monumental.
En discotecas de Estados Unidos y el Reino Unido la gente bailaba ante un teclado pegajoso, mientras Andy Mclusey cantaba con su banda OMD (Orchestral Manoeuvres in the Dark) las estrofas de este himno antibelicista que recordaba y criticaba el primer bombardeo de Estados Unidos a Hiroshima (Japón) el 6 de agosto de 1945. Enola Gay fue bautizado el avión de guerra que lanzó las bombas y el nombre de la madre del piloto Paul Tibbets, quien hizo parte de una masacre.
Todo indicaba que el impresionante éxito de la pegajosa melodía podía terminar abrazada por la sombra de lo que se conoce como los One Hit Wonder (canciones que explotaban fuertemente en las listas, dando una ráfaga de fama a sus creadores, pero luego se difuminaban o desaparecían de sin dejar rastro y viviendo solo del recuerdo de un golpe de suerte).
La letra de su gran canción activaba los músculos y las sonrisas, pero su mensaje era más sombrío o, mejor, crítico. En realidad Tibbets nunca mostró ningún remordimiento por su participación en el proyecto Manhattan, tan famoso ahora por la películaOppenheimer, de Christopher Nolan. Pero ahí estaba OMD para recordar el episodio con una capa de ironía y ternura familiar.
“Enola gay, Tendrías que haberte quedado ayer en casa / Oh, oh, no puede describirse el sentimiento y la forma en que mentiste/ Esos juegos a los que juegas,Algún día terminarán en lágrimas (...).Tenemos tu mensaje en la radio,Las condiciones son normales y vuelves a casa”.
Fue un sencillo poderoso con más de cinco millones de copias vendidas en Europa y, a pesar de un miedo inicial al fracaso-parecido si se quiere, al temor de una hecatombe nuclear en esa época. Es indiscutible que le dio un empujón de proyectil furioso en la carrera de la banda.
Pero OMD no se durmió en los laureles ni vivió de su pasado, tanto McClusey como Paul Humphreys (sintetizadores) quienes han sido la dupla artífice del grupo, siguieron grabando discos (ya van 13) y experimentando con los sonidos. Ya habían probado antes las mieles del éxito antes de Enola Gay con el sencillo de su primer álbum homónimo-Electricity- y lo siguieron haciendo después con Souvenir, Generic Engineering, If You Leave o Sailing on the seven seas, solo por nombrar algunos.
De hecho If You Leaveacarició el brillo del éxito en Estados Unidos y fue parte de la banda sonora del filme Pretty in Pink, una comedia juvenil con una base de melodrama existencial que también logró una gran tajada de reconocimiento. OMD era algo más que un destello estrenduoso de corta duración.
Es cierto que tuvo altibajos, desapareció y hasta se acabó alguna vez, pero no por mucho tiempo. Hoy ya tiene un nuevo disco y un sonido poderosamente electrónico, con una dosis de crítica social y mucha experimentación, pero con un sonido pegajoso. Hay trucos que no se deben olvidar o esconder.
Un abrazo al arte
Imparables y con su nueva propuesta musical llamada Bauhaus Staircase, OMD da una cátedra de relevancia con ambientes de tecno y texturas pop en la que hace referencia a la libertad creativa (como en la canción homónima y primer sencillo).
OMD, lanzó su más reciente disco Bauhaus Staircase. El álbum nació del encierro y de una muestra de amor y amistad. Andy Mclusey y Paul Humphreys Foto:Fotos: cortesía de la banda y Ed Miles
El nombre del nuevo disco está inspirado en el trabajo de Oscar Schlemmer, quien fuera el artífice de una pieza conocida como El ballet triádico con trajes geométricos y futuristas en 1922.
Pero no es un disco que rinde solo homenaje a un autor o escuela artística, en realidad entre beats, samplers y densos ritmos de bajo, OMD quiere reflexionar sobre el poder del artista en momentos críticos (que mejor escenario que este tiempo no tienen) o la evidencia de la mano autodestructiva del hombre en Anthropocene, una de las composiciones que explora su sensibilidad más electrónica.
“Diez mil años antes la población humana mundial es de cinco millones /Hace mil años la población humana mundial es de doscientos millones/ Caminando sobre la banda de carbono/ Evidencia de mano humana/ Mancha en la estratigrafía/Memoria sedimentaria/ Sólo otra línea KT. Inicio y fin de nuestro tiempo”, revela parte de esa composición, robótica y compleja.
Pero el propio Andy Mclusey reconoce que Bauhaus Staircase está ligado a una motivación más sencilla y mundana.
Regalos y encierros
OMD, lanzó su más reciente disco Bauhaus Staircase. El álbum nació del encierro y de una muestra de amor y amistad. Andy Mclusey y Paul Humphreys Foto:Fotos: cortesía de la banda y Ed Miles
“Este álbum no es un álbum conceptual. No había ninguna teoría predominante; no estaba tratando de hacer nada específico. Solo estaba tratando de hacer algo de música porque estábamos en pleno Covid y no podía salir. Paul (Humphreys) estaba atrapado en Francia. No pudo venir aquí. Así que le rogué que me diera algunos fragmentos para componer algunas canciones y ahí surgieron algunas conceptuales (como las ya descritas antes), pero también hay otras que escribí para mis amigos como una especie de abrazos musicales en las que les decía: la vida es una mierda, pero los quiero mucho, vengan aquí”, recuerda Mclusey en una charla vía zoom con EL TIEMPO.
“En realidad fueron regalos para tres personas que amaba, pero luego tuve que volver y decirles ¿recuerdas la canción que te compuse, podría recuperarla para el disco de OMD?”
“En realidad fueron regalos para tres personas que amaba, pero luego tuve que volver y decirles ¿recuerdas la canción que te compuse, podría recuperarla para el disco de OMD?”,Y luego estaban las del medio en los que simplemente intentaba hacer música loca y las palabras salían de mi boca. No sé de dónde vinieron las palabras, pero me inspiré”, responde el músico de 64 años que parece tener 30 menos y no deja de sonreír durante el encuentro virtual.
Pero el reto de hacer un disco es algo más que un elixir para no dejarse arrastrar por las huellas del tiempo para su cocreador.
“Este álbum fue escrito durante un largo período de tiempo. Me senté en mi habitación como un escultor, cincelando. Luego agregando partes y cambiando otras para hacerlo funcionar. No todo lo que haces es mágico, no todo es oro. Nueve de cada diez cosas que haces y la vuelves a ver no funcionan, así que las revisitas y analizas para sacar algo bueno de eso, algunas ideas que parecieran haber salido de tu alma”, reconoce.
OMD, lanzó su más reciente disco Bauhaus Staircase. El álbum nació del encierro y de una muestra de amor y amistad. Andy Mclusey y Paul Humphreys Foto:Fotos: cortesía de la banda y Ed Miles
“Escribir música es tener una conversación contigo mismo, con partes de ti mismo que no puedes explicar simplemente hablando con alguien. Por eso tenemos música. Por eso tenemos arte. Por eso tenemos ballet y danza”, reflexiona.
Luego viene el mejor momento de esa conversación que el desarrolla con su testimonio: “Cuando uno dice ¡Dios mío!, esto realmente está funcionando; Me está hablando mi idioma. No está roto, no está dañado, no está idioma que no entiendo. Me está respondiendo. Luego ves si está hablando con alguien más, con el público”.
El viaje sigue
Hace poco tocaron en el Amphi Festival en Alemania, el punto de encuentro de góticos, bandas industriales; de power metal; New Wave, pop, Neofolk y la electrónica más underground del mundo. OMD se sintió como en casa.
Nos esforzamos en hacer letras interesantes. No es simplemente como: 'Oh, cariño, te amo, Bla, Bla, Bla…
"La música electrónica ha emprendido un viaje. Hubo música experimental y luego música pop ocasional, luego estaban los alemanes, y luego los británicos, y luego pasó al techno, el house, el dub, el chill out, el EDM y el darkwave. Lo electrónico gótico proviene de ese linaje. Ellos conocen su historia. Esta gente es inteligente. Es posible que solo vistan de negro y usen mucho maquillaje en los ojos, pero muchos de ellos crecieron con el synth pop inglés de los 80, ese es su secreto cursi y les encanta.
Los más jóvenes del Amphi también saben que antes estábamos nosotros, Depeche Mode, Gary Numan (…) Al tocar ahí sabíamos que nos amarían y así pasó”, recalca el músico que una vez que escuchó a la banda Kraftwerk, de Düsseldorf, supo que tenía que acercarse a esa tonalidad sintética de sus ídolos alemanes.
No era tan fácil, así que fue en ese momento en el que añadió un poco de tonos de pop y new wave que hicieron historia. Ahora esas nuevas generaciones están buscando a OMD en Spotify, les interesa.
“Nos esforzamos en hacer letras interesantes. No es simplemente como: ‘Oh, cariño, te amo, bla, bla, bla…’. Algunos pueden decir: ‘crecimos con OMD’. Pero ahora la gente nos sigue descubriendo y es impresionante con las giras, con la gente de 50 y 60 años saltando y cantando viejas canciones y recibiendo este nuevo disco (45 años después), junto a jóvenes sintiendo a un OMD nuevo, con la misma energía que cuando teníamos 21 años, diciéndome: ‘Suena a OMD, pero muy fresco, muy electrónico, muy lleno de pasión’. Yo solo pienso: ‘Genial, eso era lo que quería’”.