En estos tiempos de series cortas y ritmos rápidos aparece como un contraste el libro En busca del tiempo perdido, del francés Marcel Proust. La obra fundacional para quienes aman la literatura de largo aliento se escribió entre 1913 y 1927 y tiene un récord Guinnes impresionante.
Una historia de amor contada con el escenario la sociedad sa del siglo XIX revela los conflictos y experiencias de un joven que termina abrazando la idea de escribir una novela. Pero no sería cualquier producción literaria, pues En busca del tiempo perdido se convirtió en el libro más largo del mundo.
En sus siete partes de una misma trama (algunos podrían decir hoy que sería como las temporadas de una serie) reúne 3.031 páginas y más de un millón 200 mil palabras.
Pero más allá de esas cifras, se trata de un tesoro invaluable para la cultura literaria en el mundo, De hecho, en marzo del 2021 la Biblioteca Nacional sa (BnF) adquirió por 350.000 euros (más de 1.500 millones de pesos) una edición original de ‘Por el camino de Swann’, el primer tomo de ‘En busca del tiempo perdido’, que Marcel Proust le dedicó a una amiga.
El autor hace una profunda reflexión acerca del imparable paso del tiempo y el valor de las experiencias, el pasado y sobre todo la memoria y los recuerdos como motor de la existencia.
El integrará la colección de libros raros de la BnF, como resultado de una serie de donaciones de seguidores de la obra.
"La generosidad que ha acompañado este llamamiento a las donaciones muestra el vínculo de los ses con su patrimonio y con la literatura. La cultura es uno de los valores fundamentales compartidos por nuestros ciudadanos", reflexionó en su momento la presidenta de la BnF, Laurence Engel.
El regalo de Proust a Marie Scheikévitch en 1915, fue contarle el destino de unos de los personajes de En busca del tiempo perdido, mucho antes de que se publicaran los otros tomos que conformaban la obra en su totalidad.
En esta producción literaria, el autor hace una profunda reflexión acerca del imparable paso del tiempo y el valor de las experiencias, el pasado y sobre todo la memoria y los recuerdos como motor de la existencia.
Con información de EFE