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Kiss y 'Monsters of Rock': así fue el último vuelo de 'Starchild' sobre Bogotá
Cinco conciertos en 12 horas fue una total prueba de resistencia y amor por bandas míticas del rock.
Paul Stanley, voz líder de Kiss, sobrevolando la gramilla del Estadio El Campín, en 2023. Foto: Cesar Melgarejo. EL TIEMPO
Este 15 de abril, el Estadio El Campín volvió a ser casa de un festival de largo aliento, como lo fue en su momento el primigenio Concierto de Conciertos, de los años 80. Pero esta vez, para recibir a cinco bandas que, cada una a su manera, representa un episodio brillante de la historia del rock mundial. Marcaba así la despedida de la banda estadounidense Kiss, pero también fue momento para volver a ver a Deep Purple, Scorpions, Helloween y Angra. Todo, en un mismo paquete en el que en un mismo día cada grupo tocaba el mismo número de canciones que sus conciertos propios.
Se trata de la franquicia 'Monsters of Rock', su primera edición en Colombia y serían 12 horas de espectáculos ¿Qué podría salir mal?
La tarde fue clara y soleada de principio a fin. Las puertas del estadio se abrieron hacia las 11 am y las bandas comenzaron a saltar a escena. Primero lo hizo la brasileña Angra, para la que aún no llegaba el grueso del público. Fundada en 1991, es decir, con más de 20 años, aún así representaba la cuota menos experimentada de la tarde.
Angra fue el primer paso hacia el 'power metal', tendencia que reconfirmó a las 3 p.m. la alemana Helloween. Con canciones como 'Tomorrow is a Mistery' o 'I Want Out', el grupo de la gran calabaza ha estado en el ruedo del metal alemán durante 40 años.
Michael Kiske (el cantante) en una de sus interpretaciones. La gente cantó con fuerza I Want Out. Foto:César Melgarejo.EL TIEMPO
Fue también una tarde para el 'air guitar' (guitarra de aire): centenares de espectadores se abrían espacio, al menos dos metros a la redonda para cabecear y mover las manos imitando los movimientos del guitarrista Kai Hansen mientras los vocalistas Andi Deris y Michael Kiske conducían el coro conjunto de 'I Want Out', un clásico de la banda que tiene hasta ondas de reggae y les pide a todos seguir cada frase.
Monsters of Rock, imágenes del concierto Foto:César Melgarejo.EL TIEMPO
Deep Purple: la sofisticación británica
Deep Purple en pleno éxtasis musical, con clásicos como 'Highway Star' y 'Lazy'. Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa
Luego, hacia las 5:30 p.m. fue el turno de la leyenda británica Deep Purple, liderada por el cantanteIan Gillan, considerado uno de los más relevantes y profesionales de la historia del rock. Un artista que no necesita correr por el escenario ni hacer trucos para conquistar a la audiencia.
El arranque de Deep Purple llegó con la canción 'Highway Star', una colección de notas altas que mostraban a Gillan en un excelente estado, aunque otras canciones lo retarían aún más.
El llamado "púrpura profundo" vino con tres de sus originales: Gillan en la voz, Ian Pace en la batería y Roger Glover en el bajo. En cambio, entre las novedades, Deep Purple presentó a Don Airey, quien reemplazó a Jon Lord (fallecido en 2012) en los teclados Hammond, una marca del sonido del grupo que fue visagra entre el rock de los años 60, el progresivo y el duro de los 70.
El puesto del guitarrista, que en Deep Purple siempre ha sido un gran dilema (el reto de reemplazar al problemático pero virtuoso Ritchie Blackmore, desde los mismos años 70), se lo ganó el año pasado Simon McBride, que acaba de hacer un solo de gran sofisticacion, comparable con el estilo de Joe Satriani (quien, de hecho, pasó por Deep Purple en alguna ocasión).
Roqueros de todo el país se dieron cita en el Monsters of Rock. Foto:César Melgarejo.EL TIEMPO
El momento de exhibición (y una muestra de muy buen humor) llegó para Airey con 'Lazy', en la que jugó con las notas sostenidas del Hammond en un solo mientras recibía a un mesero que le traía una copa de vino.
Pero terminaría robándose el espectáculo cuando en su solo, en un detalle muy especial con los colombianos, interpretó un fragmento de nuestro Himno Nacional, momentos antes de hacer la introducción en sintetizadores a la canción 'Perfect Strangers'.
Deep Purple nació en 1969, cuando aún no existía el llamado 'hard rock'. Sin embargo, dio una lección de bases de "rock pesado", bajo la batuta de Gillan.
Aunque la vio difícil cuando llegó el momento de la canción 'Space Truckin', una tan exigente por sus notas altas casi imposibles en su grabación original. Gillan decidió ir una escala más abajo pero entregó una gran versión en El Campín.
El clímax llegó con el título obvio: 'Smoke on the Water', que todo el estadio cantó al unísono. Su estribillo de siete notas tan característico estuvo esta vez en manos del guitarrista McBride, mientras en el fondo se proyectaban escenas de llamaradas.
Hacia las 7 p.m. culminó Deep Purple, y para ese momento ya había muestras de cansancio. El 'Monsters of Rock' es una prueba de resistencia: cada agrupación interpretaba su propio 'setlist' (listado de canciones a interpretar) de la misma extensión de un concierto propio.
Esto, sumado a los recesos, significó que el público buscara cómo entretenerse en un espacio en el que no contaba con los juegos propios de un festival Estéreo Picnic ni zonas especiales, solo la gramilla y las graderías.
Los baños fueron un lunar: en el sitio se habilitaron muy pocos para atender la demanda y se presentó un cuello de botella para movilizarse hacia ellos. Y la cerveza ya hacía sus efectos...
Hora de Scorpions
Klaus Meine, una estrella del rock que con los años brilla mucho más. Foto:Cesar Melgarejo. EL TIEMPO.COM
Sobre las 7:50 p.m. apareció en tarima la banda alemana Scorpions, cuyo trasegar es aún más extenso que el de Deep Purple: la banda nació en Hannover en 1965. El primer paso fue con la canción 'Gas in the Tank' y luego vino 'Make it Real'.
Scorpions presentó su alineación con tres históricos: Klaus Meine en la voz, Mathias Jabs y Rudolf Schenker en las guitarras. A ellos se sumaron el bajista Pawel Maciwoda, que está en la banda desde 2002, pero llamó mucho la atención el baterista: Mikkey Dee, quien fuera miembro de la extinta Mötorhead, en la batería.
Esta banda fue una fotografía detenida en el tiempo, con su precisión alemana: el mismo espectáculo sólido que hemos visto en varias ocasiones en Bogotá (2010 y 2019), sus líderes parecen no envejecer. Schenker (con el mismo sombrero vaquero), Jabs y Meine lucen idénticos y la voz del último se mantiene impecable.
Todas las bandas del Monsters of Rock ya habían actuado en Bogotá, varias veces, pero solo Kiss lo había hecho en El Campín. Para las demás, este es un escenario nuevo. Scorpions dejó ver esa alegría de estrenarse en el estadio.
Otras canciones se dejaron oír en esa presentación de hora y media, como 'Peacemaker', 'Seventh sun', 'Make It Real', 'The Zoo', entre otras. Vendría el turno de las llamadas 'power ballads' (baladas del hard rock): 'Send Me An Angel'. Y el estadio se cubrió de luces pequeñas que el público compartía con sus celulares.
El silbido de 'Wind of Change' encendió emociones. Esta canción histórica que Scorpions le entregó al mundo en 1991 enmarcó la caída de la Unión Soviética
Ya cerca del final llegó el turno de lucirse para Mikkey Dee, con un solo de batería extenso que recordó su pulso en Mötorhead, banda extinta desde la partida de Lemmy Kilmister. Dee protagonizó una escena particular en esta visita a Bogotá, al ser captado comprando zapatos en el establecimiento de San Andresito.
Pero fue cuando llegó el megaéxito 'Still Loving You' y Klaus Meine dijo "Still Loving You, Bogotá", que cantó el público emocionado. Pero al cierre del concierto de la alemana empezaron a manifestarse fallas de sonido que casi le impiden terminar 'Rock You Like a Hurricane'.
La despedida de Kiss
Para las 10 p.m. llegó el momento de la banda estadounidense Kiss, que salió al escenario tras proyectar en pantallas su recorrido desde los camerinos y llamar a su ejército, el Kiss Army, conformado por los mismos fanáticos. El arranque fue con 'Detroit Rock City'. Pero el sonido parecía disminuido y no jugó a su favor.
"No hablo bien el español" -dijo Paul Stanley en un español muy claro- "pero comprendo tus sentimientos, Bogotá", antes de comenzar 'Deuce'.
Esta era la cuarta vez de Kiss en Colombia; de hecho, es la segunda en esta gira de despedida, que los trajo en mayo de 2022, lo cual es una curiosidad y arrojó a la opinión pública la idea de que se ha despedido varias veces: 'End of the World Tour' fue una gira que se pospuso en pandemia, pues todo el proyecto comenzó en 2019.
La banda Kiss en la tarima del Monsters of Rock, 2023. Foto:Cesar Melgarejo. EL TIEMPO
Además de las estatuas con las figuras de Eric Singer, Tommy Thayer y los legendarios Gene Simmons y Paul Stanley, un elemento clave en esta despedida ha sido la proyección de imágenes de sus conciertos antiguos. A la vez que Gene Simmons "escupía" fuego en el escenario, en la parte posterior aparecía la misma escena pero de sus giras de los años 80 y 90.
Un momento muy especial de Kiss ha sido el solo de Tommy Thayer, o 'Spaceman', el guitarrista líder, que simulaba destruir con acordes las naves espaciales (luces del montaje en el escenario), como en un videojuego. Thayer es el miembro más joven de la banda, cuya gira actual promete su retiro.
Carajo (...) excelente (...) Por favor.
"Carajo (...) excelente (...) por favor" y más palabras en español hicieron parte de las interacciones de Gene Simmons con el público, antes de que Paul Stanley diera paso a 'Psycho Circus', una de esas canciones que no son habituales en el setlist de la banda pero fueron integradas a esta gira.
Mientras Kiss preparaba el remate y Gene Simmons hacía su acostumbrado show de regurgitación de sangre, el público empezaba a caer. Algunos se acostaban sobre las estibas protectoras de la grama a reposar, otros a empezar la resaca.
También sonaron 'War Machine', 'Shout it Out Loud', 'Say Yeah', 'Cold Gin', 'Lick it up', 'Makin Love', 'Love Gun', 'Black Diamond' y su éxito más comercial, 'I Was Made For Loving You'.
También vino otra de las rutinas de Kiss que están en la memoria del Kiss army: Paul Stanley sobrevuela el público, abordo de una especie de tarabita. Se supone que sería la última vez que lo haría en el "espacio aéreo" bogotano. Pero antes de hacerlo, habló con la gente. Explicó que esta era la gira de despedida y que amaba al público colombiano, así que si un día le insistían, seguro volvería.
El final llegó, como suele ser con Kiss, con llamaradas y rayos láser: 'Rock and Roll All Nite' (después de una sentida interpretación de la balada 'Beth', por Eric Singer).