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La música y la teatralidad: la combinación perfecta que se tomó Bogotá durante el concierto del icónico dúo argentino Pimpinela

Cantaron grandes éxitos como ‘A esa’, ‘Olvídame y pega la vuelta’, ‘Traición’, ‘La familia’ y ‘Valiente’.

Pimpinela, en el Movistar Arena, en Bogotá. Foto: Néstor Gómez. EL TIEMPO

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Stefanía León Arroyave

PERIODISTA DE NACIÓN20.05.2024 17:20 Actualizado: 17.05.2024 15:15

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Miles de personas se reunieron este jueves en el Movistar Arena para conmemorar los 42 años de carrera de Pimpinela, el dúo de hermanos de origen español y nacido en Argentina que en la década de los años ochenta revolucionó la industria de la música latinoamericana, principalmente la ‘de plancha’, con una innovadora propuesta que mezcló a la perfección la música y el teatro. Así se vivió el tour ‘Siempre juntos’ en Bogotá.

(Le puede interesar: Pimpinela, los icónicos hermanos de la música 'de plancha' que le cantan a la infidelidad y al desamor).

La presentación íntima y emotiva de Laura Pérez

La artista encargada de abrir el concierto fue Laura Pérez, quien se mostró muy emocionada por cantar en uno de los escenarios más representativos de la capital colombiana, experiencia que describió como “un sueño hecho realidad”.

Algunas de sus composiciones, que interpretó en una presentación entrañable en compañía de su guitarra, fueron ‘Azulado’ y ‘Me sabes a miel’. La canción de cierre fue una reinterpretación muy íntima de ‘Amor eterno’, del cantautor mexicano Juan Gabriel, que fue una transición acorde para dar paso a los protagonistas de la velada.

Un inicio de alto contraste: la añorada infancia y el principio de siglo

Tras una espera que se hizo eterna para los fanáticos, se reprodujo un video, cuya banda sonora fueron canciones como ‘Familia’ (1997) y ‘En lo bueno y en lo malo’ (1981), que hizo homenaje al camino artístico y personal que han recorrido juntos los hermanos Galán.

Pero la energía del recinto se transformó por completo cuando resonó desde el escenario la estruendosa y poderosa voz de Lucía Galán, que, junto con su hermano Joaquín, adornaron de teatralidad la noche bogotana. El inicio vino por cuenta de los temas exitosos del dúo durante los años 2000, como ‘Nunca más’ (2001), ‘Esto no es amor’ (2005) y ‘Yo qué soy’ (2005).

Los éxitos de la década de los años ochenta llenaron de nostalgia al público más veterano

Luego vinieron clásicos de los años ochenta que marcaron la época más exitosa del dúo, como ‘Vivir sin ti no puedo’ (1982), ‘Me hace falta una flor’ (1986), ‘Dímelo delante de ella’ (1982) y ‘Ahora decide’ (1984). Con los videos originales de fondo, Pimpinela personificó a una pareja en plena discusión y logró avivar la melancolía entre los presentes.

Algunas de las canciones con las que ‘se robaron el show’ fueron ‘Ese estúpido que llama’ (1987), que generó un estruendo en la revelación final: “Ese estúpido que llama con quien te ibas a ir mañana fui yo”, y ‘Valiente’ (1987), durante la cual el público le gritó con fuerza una de las frases más icónicas del dúo a Joaquín: “Valiente, y te tiemblan las piernas cuando una mujer te pide lo que no tienes”.

Pero el momento cumbre de esta fase de la presentación llegó con ‘A esa’ (1983), durante la cual las mujeres del público, contundente mayoría, se desahogaron en contra de la infidelidad, y ‘Ese hombre’ (1985), que tiene uno de los giros narrativos, característica imprescindible en los temas más exitosos de Pimpinela, más sorpresivos de su carrera. Así, el público vociferó, se conmocionó, aclamó, se sobresaltó, aplaudió y expresó sorpresa cuando se escuchó la fuerte voz del cantante español Dyango, quien, en la distancia geográfica y temporal, reveló: “Ese hombre soy yo”.

El homenaje a la familia y la unión fraternal que originó a Pimpinela

El momento más emocional del show se dio cuando los hermanos Galán recordaron a sus padres, migrantes españoles en Argentina y amantes de la música, fallecidos años atrás, que les inculcaron el amor por las artes. Se reprodujo un video de su madre en el que contó que fue ella quien los convenció de cantar juntos y en el que dijo: “No me equivoqué”. Joaquín le respondió con un tono apesadumbrado: “No te equivocaste” y procedió a interpretar ‘El amor no se puede olvidar’ (1993), dedicada a su madre tras su fallecimiento, y ‘La familia’ (2001).

La ‘dueña de la noche’ mostró su increíble capacidad vocal y actoral

Tras saludar a los músicos y a las personas que hicieron parte de la realización del concierto, Joaquín, el ‘dramaturgo’ detrás de la composición de las canciones de Pimpinela, que ellos mismos han denominado como ‘culebrones’ o telenovelas, aseguró que sus temas suelen ser casos de la vida real, como con ‘Yo, dueña de la noche’ (1985), basada en la historia de una vecina de su infancia.

Así, Lucía salió con un vestido blanco como indumentaria y ‘se comió’ el escenario con su actuación e interpretación de una mujer presa de los celos que asesina a su esposo, pero termina descubriendo que él no le era infiel. Los vítores del público se hicieron sentir en todo el escenario cuando ella cayó de manera dramática sobre el suelo al terminar el último verso de la canción: “Y al encontrarme me abrazó y me dijo: ‘Tranquila, amor, tranquila’”.

Pimpinela no es solo tradición y familia, también es adaptación y vigencia

Las canciones más actuales de Pimpinela recordaron lo vigente que es a día de hoy y su compromiso con las transformaciones que ha afrontado la sociedad con respecto a muchos temas que eran tabú cuando el dúo nació, a principios de los años ochenta. ‘Traición’ (2023), que retrata una amistad entre dos matrimonios que se ve trincada por una infidelidad, la cual no se esperaba que fuera entre los dos hombres, produjo varios resuellos de asombro durante su verso final: “No es a ella a quien amo, esa persona es mi amigo”.

También interpretaron ‘Cuando lo veo’ y ‘Lloro’, videos en los que Lucía interpreta a una mujer mayor que se enamora de un hombre más joven, a pesar de tener una familia, cuya disyuntiva es escoger entre la felicidad y la estabilidad.

Finalmente, Pimpinela cantó el tema más conocido, no solo por quienes estuvieron presentes en su lanzamiento, sino también por generaciones más contemporáneas, y el más esperado por el público: ‘Olvídame y pega la vuelta’ (1982), que puso de pie a gran parte de los espectadores y cuyo coro resonó en todo el recinto. El cierre llegó por cuenta de ‘En lo bueno y en lo malo’, también conocida como ‘Hermanos’, y ‘Cuánto te quiero’.

Stefanía León Arroyave
ELTIEMPO.COM

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