La revolución de los corridos tumbados

A unas horas del primer concierto agotado de Fuerza Regida en el estadio BMO, Jimmy Humilde, dueño de Rancho Humilde Records, arriba en una camioneta polarizada y blindada al complejo de la disquera independiente que pegó los corridos tumbados en el mundo entero. Humilde, nombre de pila Jaime Alejandro, extiende su mano generosamente a una comitiva global de Sony Music.

Detrás de Humilde, un taquero de calle prestidigita con habilidad de relojero suizo una tortilla de maíz y la rellena con carne asada frente a una plancha de acero hirviendo como el calor en Compton, California. Este es el barrio donde comenzó el gangsta rap, pero también es el hogar de los corridos tumbados, que estallaron luego de que Humilde y sus socios, JB Becerra y Rocky Venegas, convirtieran su canal de YouTube en una plataforma de artistas mexicanos y californianos tan poderosa hoy como lo fue el sello Death Row Records para el rap cuando lanzó The Chronic de Dr. Dre hace 30 años.

En el complejo hay murales que celebran la cultura mexicana, pero destaca uno en la cancha de baloncesto, dedicado al ‘Rey del corrido’, Rosalino ‘Chalino’ Sánchez. El forajido de Sinaloa, asesinado misteriosamente después de un concierto, es el actual ícono de la cultura del corrido tumbado, una cultura marginal y forajida en sí misma, que redefine el pop latino en una oleada moderna de la música regional mexicana.

Según la firma de análisis de datos musicales Chartmetric, tres artistas han sido los responsables de esa explosión: Natanael Cano, Junior H y Fuerza Regida, quienes sumaron un aumento total combinado de oyentes mensuales de 1,6 millones a principios de 2019 a 54,1 millones en 2023, a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 142 %.

Con la llegada del artista Peso Pluma a la cima de los listados globales gracias a su colaboración con el grupo de ‘Sad Sierreño’ Eslabón Armado en la canción Ella baila sola, el joven de Zapopan suma, junto a las primeras cinco canciones más escuchadas en su canal de Spotify, 1.881 millones 601 mil 31 reproducciones.

Y aunque “la Doble P” es de Jalisco, y el creador de los “tumbados”, Natanael, es de Hermosillo, la influencia de la diáspora mexicana hacia los Estados Unidos y su convivencia con el hip hop son innegables.

“Esto es como un sueño hecho realidad. Nosotros los mexicanos, en la música, nunca hemos tenido un respaldo. La música urbana latina se hizo internacional mucho más rápido”, explica Jimmy Humilde. Y agrega: “Tenemos echando goles desde Vicente Fernández y desde muchos años atrás, pero no sé qué pasó, en qué momento se desvió la música mexicana, que se dio un bajón. Pero gracias a Dios el mundo nos está abriendo las puertas. Qué chulada”.

Aunque Humilde reflexiona sobre el auge del reguetón y el desvanecimiento de la música mexicana como hegemonía cultural, fue Bad Bunny el encargado de poner los corridos en el radar de nuevas generaciones. Al “montarse” en el remix de Soy El Diablo de Natanael Cano, el género alcanzó una visibilidad grande a través de redes sociales más allá de las fronteras entre México y los Estados Unidos. Cano, cuyo álbum Corridos Tumbados le da su nombre al género, es el responsable en gran parte del éxito de Rancho Humilde.

El espíritu colaborativo de los corridos ha sido esencial en la ampliación de las fanaticadas, que según Chartmetric, han ido creciendo gracias a las participaciones de artistas urbanos como Becky G, Maluma, Ryan Castro, C Tangana y Blessd, entre otros. 

Según la firma de análisis, el 44 por ciento de los oyentes de Natanael son mexicanos, un 18 por ciento de oyentes están Estados Unidos y el resto continúa creciendo en Guatemala, Colombia y España.

“Los corridos empezaron hablando de la revolución en México, y los conocimos también por las historias de los Tigres del Norte, sobre el personaje que brincaba a Estados Unidos, por buscar nuevas oportunidades. A los chavos de 14 a 22 años, quienes deciden qué les gusta y qué no, les ha gustado ver cómo estos nuevos artistas se deshicieron de la bota y el sombrero y los vemos como raperos, con cadenas y ropa de moda. A la chaviza le gusta ver a Fuerza Regida con sus cadenas y a Junior H con sus bermudas”, comenta Andrés Salazar, el ‘Topo’, director de la emisora La Mejor de Ciudad de México.

Txema Rosique, vicepresidente de A&R para Sony Music US Latin ha sido un juicioso observador de la explosión comercial de la nueva música mexicana. “Básicamente es una búsqueda de identidad de la segunda y tercera generación de mexicanos en los Estados Unidos”, explica.

“Hoy en día en el mundo de redes sociales, la búsqueda de esa identidad se agarra de las cosas que escuchaban sus padres. Las antiguas generaciones no utilizaban tanto el español para comunicarse, sino al contrario, lo escondían. Ahora son jóvenes que hablan en inglés pero comunican sus emociones en español. El corrido es el canvas que utilizan, un género que es como un diario que sirve para contar cosas”, dice.

Para Carlos Quintero, reconocido promotor colombiano en Los Ángeles de música regional mexicana, el estilo de las letras y el impacto de las plataformas como Spotify, Deezer y Apple Music, ha marcado una gran diferencia en cómo el corrido se ha ido tomando al mundo.

“La transición hacia el consumo de música en TikTok ha permitido generalizar el contexto de una canción en pocos segundos”, afirma. “Probablemente mucha gente hace unos años no oía un corrido entero, probablemente porque había términos que no se entendían. Pero con los segundos de una canción como Ella baila sola o TQM de Fuerza Regida, es suficiente para entenderlo”, afirma.

Agrega además que esta “sofisticación” del corrido viene acompañada de la curiosidad de productores claves de pop y música urbana, como Édgar Barrera, productor de Unx100 de Bad Bunny junto al Grupo Frontera. “Cuando el corrido se vuelve tumbado al juntarse con el trap, se deja atrás el estilo tradicional”, agrega Quintero. “Ya no solamente se habla de narcos: ahora se habla de moda, de la calle, de morras (chicas), de pasarla bien con los amigos en un fin de semana”, asegura.

La cultura del hip hop de California ha tenido mucho que ver con esta nueva adopción de la tendencia del corrido. “Una canción como Qué maldición de Banda MS junto a Snoop Dogg fue transformadora para el género”, enseña Quintero. “Fue con esa canción –música regional mexicana con una base y un tiempo que empatan beats de hip hop– que se logró que estas canciones empezaran a abrirse en playlists en Francia, en Rusia y en Inglaterra”, dice.

Snoop, cuya presencia en el hip hop en The Chronic de Dr. Dre de 1992 transformó para siempre la cultura del hip hop, ha estado presente en otras colaboraciones de carácter urbano con Natanael Cano y varios artistas de Rancho Humilde, y sigue siendo un legitimador de la nueva cultura de los corridos.

Hace un mes, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador condenó a los corridos tumbados por su glorificación de la violencia, el narcotráfico y vinculó el auge de esta nueva tendencia a la epidemia del fentanilo que afecta a Norteamérica. Y aunque aseguró que en su gobierno “está prohibido prohibir y censurar”, los narco-corridos han sido prácticamente ilegales en México durante muchos años, por su cercanía a las mafias de ese país.

Rosique asegura que una de las razones por las que el fenómeno se gesta en los Estados Unidos es esa prohibición: “Esto empujó el género hacia los Estados Unidos. El corrido ha sido durante mucho tiempo un diario de la vida en la calle. Y por eso este nuevo regional mexicano tiene mucha parte estadounidense. Al ser un fenómeno que se genera en California, una powerhouse de entretenimiento, tiene que verse un desborde en el resto de los países. Si a eso le agregas la cantidad de reproducciones y generación de tendencias que es el mercado mexicano, tienes la tendencia de los corridos de ahora”.

‘El Rey del corrido’ está en varias paredes de Rancho Humilde y también aerografiado en varios carros de lujo clásicos del complejo discográfico. Su presencia en el género y en los actuales representantes del género es clave por los mitos y un escabroso video viral de su última presentación en vivo. Luego de tomar la justicia por sus propias manos al asesinar al violador de una hermana, Chalino huyó hacia California, donde se hizo a una reputación como un cantante de corridos encargados, algunos de ellos por narcos de la época.

Luego de cobrar algo de fama, Sánchez regresó a cantar a Sinaloa y en el video, abre una nota en la mitad del concierto, donde le dicen que lo van a matar. Sánchez murió en su misma ley, cantando corridos en Culiacán, probablemente para el “patrón equivocado”, que le puso dos tiros en la nuca y lo dejó tirado en una canaleta de aguas negras en 1992.

Chalino es para estos nuevos músicos su propio Tupac Shakur: un héroe mítico, criminal, poco talentoso según muchas fuentes, pero apasionado por esta música peligrosa, para muchos básica y vulgar, representativa de la lucha campesina, subversiva, panfletaria de las guerras de ayer, de hoy y de siempre.

Horas después de la visita a Rancho Humilde, 22 mil personas agotan el aforo del estadio BMO para ver a Fuerza Regida. Jesús Ortiz Paz, su líder, sale a tarima vestido de negro. A la mitad del show enciende un “blunt” y destapa la primera de tequila.

A la salida, agentes del FBI los encañonarán a él y a su séquito, pero no presionarán cargos. Jimmy Humilde luego descargará su furia contra los medios que registran la noticia del intento fallido de arrestar a una de sus bandas consentidas.

Una semana después, JOP publicará un video bajándose de un avión privado en Puerto Rico, para asistir a los Premios Juventud, para seguir contando esta historia de las calles, a través de estos corridos para narcos y mujeres prohibidas, para hombres que se mueren de amor y codicia, corridos para los “acostados” a bala en pequeñas y grandes batallas por territorios y esquinas, corridos tumbados que se van tomando al mundo como una gran revancha, la revancha de los desatendidos, de los ajusticiados y de los humildes.

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ALEJANDRO MARÍN

Para EL TIEMPO

CALIFORNIA

En Twitter; @themusiimp