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'Era toda la poesía': 20 años de la partida de María Mercedes Carranza

Veinte años atrás, la cultura colombiana se sumió en luto por la inesperada muerte de la poeta.

María Mercedes Carranza, poeta colombiana (1945-2003), fundadora y directora de la Casa de Poesía Silva.

María Mercedes Carranza, poeta colombiana (1945-2003), fundadora y directora de la Casa de Poesía Silva. Foto: Claudia Rubio. Archivo. EL TIEMPO

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“Era toda poesía. Lo que tocaba lo convertía en poema”, con estas palabras el expresidente Belisario Betancur describió a la poeta María Mercedes Carranza (1945-2003), poco después de su fallecimiento, el viernes 11 de julio de 2003, hace 20 años.
“Y ese poema la retrataba como si ella en vez de escribirlo, hubiera pasado por delante de un espejo. La poesía era su arma en el combate por la paz contra la guerra. Ella era toda paz, la cual buscaba con ahínco y con denuedo”, continuaban las palabras escritas por el fallecido expresidente colombiano que compartió con ella amistad y vocación poética.
Han pasado 20 años desde que la noticia de su fallecimiento removió los cimientos del medio cultural colombiano.
A María Mercedes Carranza la identificaban como una de las grandes gestoras culturales de finales del siglo XX. Al frente de la Casa de Poesía Silva, en el barrio La Candelaria, de Bogotá, había convertido la histórica casa del poeta José Asunción Silva en punto de encuentro de intelectuales y también en un semillero de escritores.
Pero, como resaltó Belisario Betancur en su texto de despedida en EL TIEMPO, no solo se había dedicado a escribir de amor, sino de paz y de la guerra que tanto la agobiaba. “Diríase que esa alta instancia de su ser era transpiración de su alma: cuerpo y alma combatían con las armas del verso y las armas de la razón, por una paz que ella entendía no solo como ausencia de guerra sino, sobretodo, como digna presencia del ser humano -escribió Betancur-. Sabía que luchaba así por la patria, por la del amor y la del desamor, por la de la pesadumbre y la de la esperanza, por la de su propia hija y por la de sus hermanos. Sabía que combatía por ella misma y por cada colombiano, estuviera donde estuviera. Su padre había escrito que si le cortaran las venas, el nombre de Colombia saltaría a borbotones. No le gustaban a ella esos arrebatos líricos de su progenitor, pero le complacía que los amigos los repitieran”.
María Mercedes Carranza, nacida el 24 de mayo de 1945, hija de uno de los grandes poetas colombianos, de cuya obra se convirtió en la mayor autoridad, pasó parte de su niñez y adolescencia en España. A su regreso hizo la carrera universitaria de Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes.
Fue periodista -trabajó en El Siglo y El Pueblo, de Cali-. Además, fue directora de diferentes suplementos literarios como Vanguardia y fundadora de revistas como Estravagario. Fue jefe de redacción de la revista Nueva Frontera. En materia literaria había creado una voz propia: no era “la hija de”… sino, “además, la hija de Eduardo Carranza”. Y había sido constitucionalista en 1991, como representante del movimiento político del M-19.
En su misión de engrandecer y difundir la poesía colombiana adoptó la Casa de Poesía Silva, histórica casa del poeta José Asunción Silva, y la convirtió en un centro cultural que fundó el 24 de mayo de 1986, como el escenario desde el que se irradiaría su amor por las letras colombianas. Estuvo al frente de este espacio hasta su último día de vida.
En artículos y editoriales posteriores a su fallecimiento, sus amigos dieron cuenta de su carácter. El poeta Darío Jaramillo Agudelo recordó haberla oído decir muchas veces que tenía “dolor de patria”. Y no era un dolor surgido de historias de terceros, era un dolor que en el momento de su muerte, a los 58 años, seguía viviendo en carne propia: Su hermano Ramiro había sido secuestrado por las Farc desde septiembre del 2001, poco más de año y medio antes.
María Mercedes se había convertido en una de las voces más potentes que se levantaban en contra del secuestro, incluso con eventos poéticos como el recordado: 'Que descanse en paz la guerra', que invitó al público a escribir y recibió cerca de 25 mil poemas pidiendo la paz de Colombia.
En el último día, el jueves 10 de julio, rezan los recuentos del momento: María Mercedes Carranza le dejó un texto a la periodista María del Rosario Ortiz, similar a un prólogo para una compilación de poesía erótica colombiana en la que estaban trabajando.
El día finalizó en el lanzamiento del libro Amazonía, del colombiano Juan Carlos Galeano, en la Casa de Poesía Silva. Carranza estuvo presente, su amigo, el poeta Juan Manuel Roca relató que alcanzó a compartir con ella esa noche, antes de que la directora partiera rumbo a su apartamento, donde fallecería horas después.
“Estaba muy serena -dijo el poeta hace 20 años-. Hablamos de poesía y de política, con ese desborde de lucidez, de claridad, de contundencia, que la caracterizó. Siempre era muy divertido y estimulante hablar con ella, por sus posiciones críticas abiertas y sinceras, igual cuando hablaba de estética que de política”.
De este aspecto, Roca afirmaba que desde que Carranza había participado en la elaboración de la Constitución de 1991, había crecido su interés por la política. “Lo que más me llamaba la atención de su personalidad era su estado de vigilancia crítica frente al medio y sus mezquindades. Aunque el secuestro de su hermano fue un golpe muy duro, la angustiaba pensar en la idea de que quien está realmente secuestrado es Colombia”, relató el poeta.
María Mercedes Carranza fue una lectora incansable de su tradición, pero también leyó con pasión a poetas latinoamericanos.

María Mercedes Carranza fue una lectora incansable de su tradición, pero también leyó con pasión a poetas latinoamericanos. Foto:Archivo EL TIEMPO

En materia literaria, María Mercedes Carranza tenía varios libros: Vainas y otros poemas (1972), Estravagari (1976), Tengo miedo (1983), Hola, soledad y Maneras del desamor (1993), entre otros. También trabajó en diferentes antologías de poesía colombiana, publicó libros de cuentos y el famoso Carranza por Carranza, texto crítico sobre la obra de su padre.
Acerca del último de los libros de María Mercedes Carranza, Daniel Samper Pizano escribió: “El canto de las moscas no es ya un recorrido interior sobre los apremios del amor y la existencia, sino un canto funeral a Colombia. Un canto estremecedor y desolado, cuya música emerge de los nombres de las aldeas remotas donde la violencia ha dejado su huella. Quiso contarnos que en esas masacres, emboscadas y ejecuciones ya no había dignidad ni ideales: solo sinrazón y muerte, muerte, muerte”.
Carranza murió pocos días antes del homenaje que estaba preparando por los 90 años del natalicio de su padre, programado para el 23 de julio de ese año en la Casa de Poesía Silva. Fue allí, en el mismo lugar donde tanto trabajó por hacer un país mejor desde las letras, donde sus amigos se congregaron para darle la despedida.

Homenajes a María Mercedes Carranza

Luz Eugenia Sierra, fundadora de la editorial de poesía Letra a letras fue amiga cercana de María Mercedes Carranza y la recuerda en este aniversario diciendo que "ha sido y sigue siendo un faro que ilumina y llega lejos. Su coherencia y su rectitud son ejemplo de gestión cultural. Como editorial le hacemos homenaje desde el año pasado con la segunda edición de un libro que ella publicó en 1982: Poemas colombianos para niños, con ilustraciones de Carolina Rendón".
LILIANA MARTÍNEZ POLO
REDACCIÓN DE CULTURA
@Lilangmartin

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