Citas: “Prepárate para las cyberofertas de ensueño”, “cyberlunes.com.co”. Comentario: el prefijo inglés cyber- tiene como adaptación española ciber-, que es la que se debió usar en los dos nombres citados, “ciberofertas” y “ciberlunes”. En el Diccionario de la lengua española, DLE, 2014, figura el prefijo ciber-, acortamiento de cibernético, para referirse a una 'relación con redes informáticas', y da como ejemplos ciberespacio y cibernauta.
Superjueves
Citas: “Se viene el Súperjueves: Alexis, Vidal, Real Madrid, Bielsa y vuelven los entrenamientos” (Redgol), “Un Súper Jueves para los argentinos en la Conmebol Libertadores” (ESPN). Comentario: Ni Súperjueves ni Súper Jueves. El prefijo super- es átono y, en consecuencia, no lleva tilde. Cuando se antepone a nombre pluriverbal (varias palabras) va separado, super buena persona; cuando se antepone a cifra, va con guion, super-8, y cuando se antepone a nombre univerbal (una palabra), va unido, superestructura, superventas, superbién, superjueves. Llevan tilde el sustantivo súper, acortamiento de ‘supermercado’, “hizo su compra en el súper del barrio”, y el adjetivo, “¡gasolina súper, por favor!”, pero no el prefijo. Además, en las dos citas sobran las mayúsculas del término en cuestión. Se escribe superjueves, con minúsculas.
Portavoz
Irene Montero, del PSOE, y otras lideresas de la política española han querido poner de moda términos como portavoza, jóvena y miembra, femeninos de portavoz, joven y miembro. La RAE les ha aclarado que son palabras de género común, el portavoz, la portavoz; el joven, la joven; el miembro, la miembro, pero ellas insisten y seguirán insistiendo en sus discursos en repetir esos vocablos que incumplen la norma morfológica del léxico español, pero a su parecer visibilizan a la mujer.
Hace apenas unos meses no aparecían en el DLE elefanta, rinoceronta, hipopótama, y era preciso decir elefante hembra, rinoceronte hembra, hipopótamo hembra, a pesar de que las elefantas, las rinocerontas y las hipopótamas existen desde hace miles de años. Un argumento que se suele dar para explicar la inexistencia de algunos femeninos es que no había ninguna mujer que actuara como árbitra en un juego, ni como pilota en una competencia automovilística, ni como presidenta o vicepresidenta en una nación, ni como jefa, ni como jueza, ni como concejala, ni como edila. Hoy todos esos femeninos tiene registro en el DLE. Son correctos y cada vez más usuales, así que no descartemos la posibilidad de que en próximas ediciones del DLE aparezcan portavoza, jóvena y miembra.
Al fin y al cabo, consultamos el diccionario normativo para asegurarnos de la licitud o ilicitud de uso de un término, pero los académicos dicen humildemente que el diccionario no impone, sino que registra el uso de los hablantes.
FERNANDO ÁVILA
*Experto en redacción y creación literaria
@fernandoav
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