Periplo sinfónico: 'Hay pocos antecedentes de viajes internacionales de las agrupaciones sinfónicas colombianas' / columna de Óscar Acevedo

La Orquesta Sinfónica Nacional está presentando una gira de nueve conciertos en Brasil y Argentina que incluye salas y eventos de envergadura como el Festival de Campos do Jordao, el Teatro Colón de Buenos Aires y el Municipal de Rio. Su agenda también incluye conciertos en Sao Paulo, Rosario, Córdoba y otras ciudades de la extensa geografía suramericana.

En el programa van grandes obras del repertorio sinfónico escritas por Rimski-Korsakov, Grieg y Rachmaninoff, alternadas con obras colombianas como la Fanfarria Sinfónica del compositor Blas Emilio Atehortúa y la Obertura Mestiza, un estreno de Victoriano Valencia. Estas dos piezas son la impronta mas clara del quehacer musical contemporáneo de nuestro país en el campo orquestal. Me causó sorpresa no encontrar en redes una versión de la fanfarria de Atehortúa, ¿será que este consagrado músico no merece estar en el principal sitio musical de consulta?

El programa también incluye la consabida Colombia tierra querida, del compositor Lucho Bermúdez y La Pollera Colorá, del recientemente fallecido maestro Juan Madera, temas representativos de nuestra personalidad que por lo general se ejecutan al final del concierto como himnos populares para cerrar la noche con un ambiente festivo y guapachoso.

Un repertorio que combina los clásicos con los nacionales habla bien de la versatilidad y nivel musical de la orquesta, asumir esos riesgos artísticos en en el extranjero es muestra de madurez y aplomo. Así lo hacen los grandes solistas y agrupaciones en sus giras por el mundo.

En la dirección actual de la Asociación Sinfónica Nacional están el argentino Yeruham Scharovsky en la parte musical y Antonio Suárez en la dirección ejecutiva. Ellos representan bien la nueva etapa de la orquesta, en la que juegan un papel clave el respaldo del viceministro de cultura Jorge Zorro y el notorio incremento presupuestal que Petro le ha asignado a la Cultura.

Hay pocos antecedentes de viajes internacionales de las agrupaciones sinfónicas colombianas a pesar de la importancia que representan por la proyección cultural de nuestro país ante el mundo. Es comprensible que estos conciertos en el extranjero no se hagan con frecuencia dado su alto costo, pero la retribución es muchísimo más rentable que lo invertido en financiarlas. Solo menciono las puertas que se nos abren en diferentes escenarios cuando nuestro músicos presentan su arte ante audiencias que poco saben de Colombia. Llevar nuestras agrupaciones hasta los escenarios emblemáticos del mundo genera un acercamiento a Colombia que dará sus frutos de varias formas, es ganancia dede todo punto de vista.

ÓSCAR ACEVEDO

Crítico musical