Si el poeta nicaragüense Ruben Darío (1867-1916), considerado la máxima expresión del modernismo en la lengua española, reviviera, muy seguramente volvería a morirse, tras conocer la noticia del cierre de la Academia de la Lengua de su país, que tiene revolucionado el mundo del español.
La Asociación Colegial de Escritores de España (ACEscritores) expresó este viernes su “más absoluto rechazo” a la “insólita e intolerable” decisión del Gobierno de Nicaragua de retirar la personalidad jurídica a la Academia Nicaragüense de la Lengua.
Esta asociación publicó un comunicado tras la decisión tomada el pasado 31 de mayo por la Asamblea Nacional de Nicaragua de disolver la Academia Nicaragüense de la Lengua (ANL), institución que existe desde 1928 y a la que han pertenecido nombres tan relevantes como Rubén Darío, Gioconda Belli, Rosario Aguilar y Ernesto Cardenal.
Desde ACE recordaron que el lema inscrito en el escudo de la Academia Nicaragüense de la Lengua es un verso de Rubén Darío, procedente de Salutación del optimista: “En espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua”.
“Unida en espíritu, ansias y lengua” a la Academia Nicaragüense, la asociación expresa su condena contra este “atentado a la libertad de expresión y a la lengua” que compartimos, y exigió al Gobierno de Nicaragua que “desista” de su propósito.
Asimismo, ACE manifestó su adhesión al comunicado de la Real Academia Española de la Lengua que “respalda y reivindica enérgicamente” el legítimo derecho de la Academia Nicaragüense de la Lengua a “servir a sus conciudadanos” y a hacer posible la participación de Nicaragua, en “términos de igualdad”, en la “preservación del bien cultural superior” que comparten la misma lengua.
A su turno, la Real Academia Española (RAE) había expresado su “profunda preocupación” por el posible cierre de su homóloga nicaragüense, “que priva de personalidad jurídica a la corporación centroamericana y causará su desaparición después de 94 años”.
La RAE destacó además cómo la academia nicaragüense “desarrolla una labor incansable en beneficio directo del pueblo, que es el dueño del idioma”.
La Asamblea Nacional (Parlamento) de Nicaragua, de mayoría oficialista, canceló el jueves pasado las personalidades jurídicas de otras 96 ONG nicaragüenses por no registrarse como “agentes extranjeros”, con lo que suman 440 las organizaciones civiles sin fines de lucro ilegalizadas desde diciembre de 2018.
La disolución de las 96 organizaciones no gubernamentales (ONG), a petición del gobierno del presidente Daniel Ortega, fue aprobada con carácter urgente por los 75 diputados sandinistas y sus aliados.
Efe / Madrid