El futuro del ciclista boyacense Nairo Quintana sigue en el aire. Dijo que tenía equipo, que el mismo grupo se encargaría de revelar la contratación, pero eso no ha pasado.
Su paso por el Arkea fue bueno, en cuanto a resultados se refiere, pero malo porque en dos ocasiones tuvo inconvenientes con el tema de sustancias prohibidas.
En el 2020, su habitación en un hotel fue allanada por la gendarmería sa y el año pasado fue descalificado del Tour de Francia por el uso de tramadol, sustancia no itida en el reglamento de la Unión Ciclista Internacional (UCI) en competencia.
La UCI, por esa violación al reglamento, le quitó el sexto lugar de la general, y su equipo perdió los puntos UCI y los premios que se había ganado en la competencia.
Quintana apeló al Tribunal de Arbitramento del Deporte (TAS), quien confirmó el fallo de la UCI.
Nairo, hoy, no tiene equipo, no lo ha revelado. Cuando llegó al Arkea era la figura, la estrella y llevó a su hermano, Dáyer, y a su amigo, Wínner Anacona.
A él le consultaban todo y hasta tuvo la opción de proponer el cambio de bicicletas. El grupo, desde su llegada, montó la marca Canyon.
El tramadol no es una sustancia que esté prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), por lo que no se considera dopaje, pero sí es un gran inconveniente.
Nairo no salió en buenos términos del Arkea. Las partes llegaron a un acuerdo para no renovar el contrato que, en principio, se había pactado por más tiempo, pero no se firmó.
Debido al escándalo, Quintana, su hermano y Anacona, lo mismo que Miguel Flórez, terminaron su contrato, lo que indica que no quieren saben nada de los colombianos.
De igual manera, Arkea confirmó hace poco que cambiaría de proveedor de bicicletas y se inclinó por la Bianchi, como se indicó.
El final de Nairo Quintana con el Arkea no fue el mejor y estos cambios significativos indican que no quieren rastros de su presencia allí.
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