Lecciones de responsabilidad... (Opinión)

Fue la escenificación de un bochorno: ¡robo! ¡ratas! ¡vergüenza! ¡atraco! ¡Persecución! Sin filtro acusaron a diestra y siniestra los hinchas armados de micrófonos que encendieron las redes sociales con insultos de las peores dimensiones, en el momento en que la sanción de un penalti a Falcao modificó de manera drástica el marcador del duelo Atlético Nacional vs. Millonarios.

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Sin pretender dar cátedra de ética -difícilmente, a estas alturas habría manera de iniciarlos en eso-, es urgente poner el acento en la responsabilidad que implica hablarle a una audiencia en un momento de alta tensión como el que se produce en un instante definitivo de un partido de fútbol… Porque sí, resulta que todavía es eso lo más importante entre las cosas menos importantes, como diría Valdano.

En un mundo al que cada vez le importa menos saber y solo le interesa coincidir, lo último que se puede permitir un comunicador (no digo periodista porque cada vez son menos en los medios) es ser un factor de desinformación. 

No se hagan los inocentes: así como tienen las agallas para decirle ladrón a un árbitro, sepan que tienen la obligación moral -y legal- de probarlo, so pena de ser co-partícipes en tragedias que se alimentan de represiones y frustraciones de esas que ustedes mismos, cara duras, después salen a juzgar.

La ola de calentura reveló la profunda ignorancia de los nuevos expertos que se enteraron apenas de los detalles del protocolo del VAR, de las triangulaciones, de cómo se trazan las líneas, de los desafíos de la tecnología en el fútbol. 

Muchos se limitaron a vociferar y hacerse tendencia y les supo a ‘misión cumplida’, cuando lo que realmente pasaba era que la realidad abofeteaba su desconocimiento.

Ha sido un mal día para reivindicar el derecho a la información. Ganó el juicio ligero, incendiario, fútil. Una vez más, la ignorancia caminando de la mano de la arrogancia. Y así nos va.

Opinión

JENNY GÁMEZ

Editora de Futbolred

@JennyGamezA