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Selección Colombia: análisis del sol naciente de Lorenzo (Meluk le cuenta)
La remontada, sin James Rodríguez, se forjó con cinco llaves maestras. Todas, trascendentales.
Daniel Muñoz (21), en acción contra Japón, ante el acoso de Daichi Kamada. Foto:Efe/Jiji Press Japan
Primero, y partiendo de lo mínimo, porque Colombia, que no clasificó, vio a Japón por TV en el Mundial de Catar vencer 2-1 a Alemania y España, y caer por penaltis con Croacia, en octavos de final, tras empatar 1-1.
Segundo, porque con un 'gol de camerino', antes de los tres minutos, ya iba perdiendo el partido.
Tercero, porque durante los primeros 25 minutos, sin permitir más opciones de gol del rival, luchó el partido con temple y volvió a mostró coraje y temple para revertir la situación en contra.
Cuarto, porque con el 1-1 del ‘pelao’ Jhon Durán a los 33 minutos –¡con sus 19 añitos es nuestra gran esperanza de tener otro gran artillero!–, el equipo se adueñó del balón, jugó en campo rival, marcó el tiempo del partido y tuvo la personalidad para remontar y ganar el juego con un sensacional golazo de chilena de Rafael Santos Borré, a los 66.
Y quinto, y fundamental, porque maniató a este Japón mundialista y local en grandes pasajes del juego con un equipo con Carrascal, Arias, Durán, Castaño y Machado; con un equipo sin James (que, según versiones extraoficiales, no jugó por sentir una molestia en una de sus pantorrillas), sin Falcao, que entró al final del partido recibió el trofeo (una copa enorme) y posar para la marca de la cerveza patrocinadora del juego; y sin Quintero, protagonista de una crónica de una lesión confirmada.
¡Sin Luis Díaz, que esta por regresar, sin Sinisterra, otra ilusión!
Colombia le ganó a Japón en Osaka. Festejo de Rafael Santos Borré. Foto:Efe/Jiji Press Japan
Colombia se ubicó en el campo con un 4-3-3, con Castaño como volante central, Uribe a su derecha y Arias, a su izquierda. Y adelante, Durán a la diestra, borré a la siniestra y Carrascal en el centro, como falso nueve. Ellos, además, intercambiaron de manera permanente sus lugares.
Una idea para apretar a Japón en su cancha, para imponer el control, para tener la pelota, pero que se demoró media hora en funcionar por el apagón que provocó el cabezazo del gol en contra de entrada, y hasta el empate parcial.
Eso sí: en ese lapso, Japón no creó más riesgos a pesar de su iniciativa, pues Colombia luchó con orden. Y en el segundo tiempo ya jugó como quería desde el principio, con la bola, atacando, con dinámica y gol.
Si la capacidad de reacción fue quizás la gran virtud de Colombia, el empezar perdiendo como ya le ocurrió contra Corea del Sur, el viernes pasado, o contra México, hace seis meses, pues es el pecado. Esa es una flecha que apunta en doble vía.
Este martes, además, Colombia tuvo paro de controladores aéreos y le cabecearon con facilidad, por lo que el entrenador Néstor Lorenzo cerró el partido con un zaguero central más y un delantero menos, y organizó el equipo con 5 defensas, 4 volantes y un punta.
No es un triunfo menor el de Colombia ayer contra Japón. Cinco factores hicieron de esta, una victoria no menor, de más continuidad de buen juego, y que parece un sol naciente de la Selección con Carrascal, Arias, Durán, Castaño y Machado. Y sin James, Quintero y, en la práctica, también sin Falcao.