Violeta y las otras muertes más absurdas en la historia del deporte

La futbolista de 26 años murió al caer por un acantilado.

Violeta, futbolista fallecida. Foto: Archivo particular

PERIODISTA10.09.2023 16:59 Actualizado: 10.09.2023 17:09

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El fútbol femenino y el deporte mundial en general están de luto por la muerte de Violeta Mitul, jugadora de fútbol en el club islandés Einherji Vopnafjörður. La futbolista de 26 años cayó por un acantilado cuando hacía una ruta por una montaña con sus compañeras de equipo.

El trágico accidente ocurrió el pasado 4 de septiembre, pero el equipo en mención solo dio a conocer la noticia este domingo.

Violeta Mitul tenía 26 años. Foto:Instagram

Muertes absurdas

Aurelio Rodríguez, el tercera base que jugó 17 temporadas, 9 de ellas con los Tigres de Detroit con quienes ganó un Guante de Oro, murió a los 52 años cuando al salir del Estadio Tigre caminaba por la calle y una mujer sufrió un infarto al volante y lo atropelló.

Nelson Barrera, jonronero de los Diablos Rojos y leyenda de la Liga Mexicana de Beisbol encontró una absurda muerte.

Ya retirado y en labores de manager se encontraba en su casa y cuando quiso mover un toldo atorado en unos cables falleció por una descarga eléctrica, a los 44 años.

José Luis Cicciufo, futbolista argentino campeón de la Copa del Mundo de 1986, falleció cuando, al salir de cacería, una escopeta lo mató, a los 43 años de edad.

Cucciufo recibió un impacto de bala de su propia arma al dispararse esta accidentalmente mientras viajaba en una camioneta. Traía la escopeta entre las piernas y recargada en el abdomen.

Ramón Bravo, oceanógrafo y nadador mexicano que participó en Panamericanos y Olímpicos de Londres 1948, recibió heridas graves de los escualos y varias veces tento la muerte, pero lse lo llevó electrocutado cuando cambiaba un foco en su casa. Tenía 72 años.

El boxeador Pernell Whitaker encontró la muerte en una bocacalle de Norflok, Virginia, al ser arrollado. Tenía 55 años.

Denny Hulme, el neozelandés campeón de F1 en 1967, logró salir vivo a la era más peligrosa del automovilismo.

A los 56 años, ya retirado, corría los 1,000 kilómetros de Bathurst en Australia cuando su auto se salió bruscamente de la pista. Había sufrido un infarto fulminante.

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