Lo que empezó hace 25 días (10 de noviembre) como el anuncio de una importante jugada empresarial en Colombia, la intención de compra del Grupo Nutresa por parte de la familia Gilinski en asocio con el Royal Group de Abu Dabi, de Emiratos Árabes Unidos, ha venido escalando al punto de que hoy tiene en una intensa puja a dos poderosos grupos económicos que un par de décadas atrás ya habían medido sus fuerzas en el negocio de compra y venta del entonces Banco de Colombia, llegando incluso a los estrados judiciales.
El tema se avivó más cuando, luego de dos semanas de lanzada la oferta pública de adquisición (opa) hasta por el 62,62 por ciento de Nutresa, los inversionistas vallecaucanos, esta vez sin su socio árabe, sorprendieron con una nueva jugada (30 de noviembre) para hacerse con el control de máximo el 31,68 por ciento de las acciones del Grupo Sura. Ambas compañías hacen parte del llamado Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).
Para ello dijeron estar dispuestos a pagar por cada acción 8,01 dólares, que representan una prima de 27,2 por ciento si se tienen en cuenta los 25.150 pesos en que se situó el precio de la acción al momento de su suspensión en la BVC debido a la opa.
Conocedores del mercado de valores interpretan que con los anuncios de las dos opas se mete al congelador a todo el GEA y este queda bloqueado para defender sus posiciones, así tuviera el músculo financiero para hacerlo.
La razón es que el decreto 2555 establece que una corporación objeto de una opa no puede hacer nada distinto a las actividades normales de sus negocios. De esta manera, las dos opas ya lanzadas, y otras que eventualmente se presenten impiden que las matrices u otras empresas del GEA lancen opas competidoras.
Las reacciones de las directivas de Nutresa y Sura tuvieron tonos diferentes, y en paralelo las ofertas presentadas por el Grupo Gilinski han impulsado el mercado bursátil, generando también mucha expectativa en los círculos empresariales.
Dos días después de conocida la opa, que obligó a la suspensión de la acción de Nutresa en la Bolsa de Valores (BVC), su junta directiva, tras una reunión extraordinaria, señaló que, sin contar con más información de la que tenía el mercado, cumplirían con las normas previstas para estas circunstancias y que seguirían operando la compañía y todas sus subsidiarias con los mismos estándares de gestión y manteniendo sus objetivos.
Sin embargo, la posición del Grupo Sura fue mucho más contundente. Sus directivos revelaron el 26 de noviembre estar abiertos a la llegada de nuevos socios estratégicos no controlantes, proceso en el que, dijeron, ya venían avanzando.
En comunicación enviada por las directivas de Sura a la Superintendencia Financiera ese viernes dijeron que la junta directiva del holding le daba carta blanca a Gonzalo Alberto Pérez, su presidente, para que contrate asesores (banca de inversión, asesoría legal y otros) y continúe “en la búsqueda de posibles socios estratégicos interesados en tener una participación no controlante en Grupo Sura”.
Fuentes de la entidad señalaron que el nuevo proceso no tiene relación con la reciente oferta del Grupo Gilinski sobre Nutresa. Y en entrevista con EL TIEMPO, Pérez recalcó que el objetivo no es buscar financiación ni capitalizaciones, porque no es necesario, sino que llegue un socio experto que aportaría conocimiento del negocio. Y que varios inversionistas ya han mostrado interés en entrar al grupo.
“La solicitud de opa presentada el día de ayer (30 de noviembre) es un elemento nuevo, sustancial y determinante, que obstaculiza nuestro debido análisis ordenado y riguroso frente a la oferta pública de adquisición de acciones (opa) presentada sobre Grupo Nutresa”, señalaron las directivas de Sura, al tiempo que resaltaron que su junta directiva, acompañada por asesores externos expertos en diferentes materias, evaluaría los posibles escenarios que podrían darse, dependiendo del concepto de la Superfinanciera.
Lo cierto es que a estas alturas, en el carrito de compras de los empresarios vallecaucanos ya hay dos de las joyas más preciadas del GEA por las que están dispuestos a pagar unos 14 billones de pesos, mientras que cada día cobra mayor fuerza la posibilidad de que sigan sumando otras compañías, entre las que figura el Grupo Argos, que a su vez tiene inversiones en Sura (27,72 por ciento) y Nutresa (9,8 por ciento).
De concretarse solo la opa de Nutresa por la máxima oferta, esto les daría , de manera indirecta, al 13 por ciento que esa compañía tiene en Sura, con lo cual los Gilinski quedarían con más del 44,6 por ciento del holding financiero. Pero además, les daría a otras inversiones, como el Grupo Argos, en el que Nutresa tiene el 12,37 por ciento.
En este punto, un aspecto clave es que los actuales accionistas de Nutresa no están obligados a vender y por eso la decisión que tomen este fin de semana los independientes de la junta del Grupo Argos, como segundo accionista más grande, marcará la pauta sobre lo que puedan hacer los demás socios, como por ejemplo los fondos de pensiones, cuya participación sumada en Nutresa es cercana al 20 por ciento.
Además, según expertos, al haber tomado el Grupo Sura la decisión de buscar nuevos socios, un punto crucial del análisis es que esto podría implicarles a los inversionistas de Nutresa, a mediano plazo, una prima mayor a la que plantea la oferta del Grupo Gilinski.
No obstante, en el aviso de la opa de Nutresa se señala que la sociedad Nugil, como oferente, está dispuesta a comprar un porcentaje inferior al mínimo, o mayor que el máximo planteado en la oferta.
Dudas sin resolver
Los movimientos hasta ahora realizados por los Gilinski y la posibilidad de una tercera jugada que apunte a bloquear otra de las empresas claves del GEA, como señalan algunos analistas, llevaron a las directivas de Sura y Argos a pedirle a la Superfinanciera revisar la legalidad e implicaciones que tendría la autorización de estas operaciones para las firmas, el mercado y el país.
Gonzalo Pérez, presidente de Sura, dijo el martes que evaluarían los posibles escenarios que puedan darse, según la decisión que tome el regulador, análisis que harán acompañados de asesores externos expertos en diferentes materias.
También lo dijo Jorge Mario Velásquez, presidente del Grupo Argos, compañía que controla el 27,7 por ciento de Sura. El directivo, además, llamó la atención sobre la incertidumbre, dudas y bloqueos que generan dos opas simultáneas de un mismo oferente.
Si bien los dos grupos no dieron más detalles sobre este aspecto, abogados expertos en opas manifiestan que el artículo 88 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero dice que nadie puede comprar directa o indirectamente una entidad financiera sin permiso previo de la Superintendencia Financiera.
El apunte hace referencia a que al ir por Grupo Sura, los Gilinski irían indirectamente por Bancolombia y otras entidades financieras vigiladas.
También señalan que las normas dicen que se debe tener un patrimonio de 1,3 veces lo que se va a invertir, pero, además, que el artículo 335 de la Constitución obliga a que para ejercer actividades financieras haya autorización previa del Estado.
Una fuente recuerda que, en operaciones anteriores, como la de Citibank, la Superfinanciera verificó estos puntos, pero en el caso actual no se ha hecho un procedimiento equivalente.
Otros consultados dicen además que hasta la fecha nadie en Colombia ha comprado más del 10 por ciento de una entidad financiera sin antes solicitar permiso a la autoridad, la cual, para dar su visto bueno, debe iniciar un proceso de averiguaciones sobre la idoneidad de quien compra, su capacidad económica, análisis de información tributaria y hasta chequeos en Interpol, y eso toma meses.
Además del permiso, que no tendría sentido que se tramite si la venta se concreta, también está la obligación de hacer un proceso ordenado que implica, una vez haya unos preacuerdos entre las partes, el análisis detallado de las implicaciones que tendrá una operación de estas para el mercado y la empresa, entre otros, antes de autorizar la opa, precisó el experto.
Sin embargo, otros analistas consideran que los Gilinski tienen el camino despejado para ir por dichas compañías, en la medida que han demostrado que cuentan con los recursos para ello y que Sura no tiene en este momento los recursos suficientes para una ‘contra opa’ que les demandaría unos 14 billones de pesos.
Otra semana crucial para la opa de Nutresa
Mientras la Superintendencia Financiera emite un concepto esta semana frente a la opa que la familia Gilinski hizo a finales de noviembre por Grupo Sura, claro está si no hay nuevos requerimientos de información a los oferentes, los tiempos de la oferta hecha para la toma de control de Nutresa siguen corriendo.
Este fin de semana, la junta directiva de Grupo Argos dará a conocer si acepta o no dicha operación. Esa misma decisión la tendrá que tomar la junta de Grupo Sura, el mayor accionista de Nutresa, con el 35,4 por ciento de la propiedad de la empresa de alimentos.
El martes de la semana que viene (7 de diciembre) también se vence el plazo para que otros inversionistas interesados en Nutresa presenten sus ofertas, a través de una opa competidora.
Sin embargo, las posibilidades de que esto suceda son bajas, según lo expresado por algunos analistas, quienes consideran que esto le despeja aún más el camino a los inversionistas vallecaucanos para avanzar en su intención de compra de la compañía procesadora de alimentos del GEA.
Pero hasta el viernes anterior, la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) solo había reportado la recepción de 282 aceptaciones de ventas por 358.668 acciones, que representan apenas el 0,13 por ciento del porcentaje máximo que los Gilinski buscan adquirir.
Según lo establecido por los inversionistas, tendrán plazo hasta el próximo viernes 17 de diciembre para decidir si venden o no sus participaciones. Como se recuerda, la oferta apunta a la adquisición de mínimo el 50,1 por ciento, que les daría el control de Nutresa, y hasta un máximo de 62,62 por ciento.
En caso de que alcancen esas participaciones accionarias, los eventuales nuevos dueños de la compañía tendrían el poder para potenciar los distintos negocios que atiende Nutresa en más de siete frentes del sector de alimentos, a través una estrategia de focalización de sus operaciones, como ha venido ocurriendo en otras grandes compañías de alimentos del mundo.
El negocio impulsa la Bolsa
La búsqueda y eventual llegada de nuevos socios a Nutresa sin duda incidirán en la decisión de venta de algunos de sus accionistas, que ante esa posibilidad preferirán esperar una mayor valorización de sus acciones, sobre las cuales los Gilinski ofrecen hoy 7,71 dólares.
El título de la compañía ha estado en niveles de 21.000 pesos en la última década, según la Bolsa de Valores de Colombia, un precio muy bajo para el valor real de la empresa, que tiene un ebitda cercano a 1,5 billones de pesos.
Y si bien en la opa se está ofreciendo un valor cercano a 9 veces el ebitda, hay quienes creen este debería ser mucho mayor, si se tiene en cuenta que compañías de alimentos similares se transan bastante por encima, entre 13 y 16 veces el ebitda, sin que esto implique una prima de control.
Mientras este proceso surte su trámite, las recientes ganancias del mercado de renta variable han llevado al índice MSCI Colcap a registrar un crecimiento del 10,31 % en los últimos doce meses y en las últimas semanas, impulsado por un crecimiento acelerado en los activos del GEA.
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