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Justo & Bueno, sin cómo responder por deudas si se liquida: habla fundador
Michel Olmi dice que riesgos del año electoral, entre otros, impidieron el ingreso de los recursos.
Después de tener más de 1.300 tiendas, Justo & Bueno cuenta hoy con unas 1.000. Foto: El Tiempo / cortesía
Michel Olmi, artífice de renombrados negocios en Colombia, como las cadenas de tiendas de grandes descuentos D1 (2009), Tostao, Café & Pan (2014) y Justo & Bueno (2016) rompió de nuevo su silencio y aceptó responderle a EL TIEMPO un cuestionario por escrito, luego de la fallida venta de HD Colombia S. A., matriz de Mercadería, al fondo chino JF Capital International Ltd.
Este hecho puso en curso de liquidación a su organización en Colombia, según lo determinó la Superintendencia de Sociedades el jueves de esta semana, aunque la entidad dio un compás de espera de 30 días, por petición directa de un grupo de acreedores, para que presentaran un último plan de salvamento de la compañía.
Olmi confía en que esa alternativa funcione en aras de preservar la empresa y salvaguardar los intereses de los empleados, los proveedores y sus familias, más aún cuando reconoce que Justo & Bueno “no tiene una base significativa de activos fijos que respalden acreencias ante un escenario de liquidación”.
Michel Olmi, fundador de compañías como D1, Tostao, Café & Pan, así como de Justo & Bueno. Foto:El Tiempo / cortesía
Los constantes anuncios que nunca se concretaron minaron la confianza de muchos en la compañía. ¿Qué decir ante eso?
No dejamos de trabajar para encontrar la mejor opción para todos. Con nuestro esfuerzo logramos un inversionista que garantizaba la sostenibilidad del canal, pero no se cumplieron los tiempos. Entendemos la posición y la frustración que hoy todos experimentamos.
A pesar de que no obtuvimos el resultado esperado, durante la reactivación encontramos interés de múltiples inversores quienes validaron nuestro esfuerzo, pero encontraban barreras en el cierre de la operación.
Recibimos ofertas, pero en virtud de la dilación en la entrada de los recursos y el alto riesgo percibido para esta transacción, no logramos satisfacer las necesidades inmediatas. Lamentablemente, asegurar inversión dentro del marco de un proceso de reorganización, con los intereses políticos y riesgos propios de un año electoral dentro de un segmento clave para la economía, no es tarea fácil.
A pesar de los embargos a nuestras cuentas bancarias, la restricción insospechada a las cuentas de inversores, los temores de inversionistas existentes y otras dificultades, avanzamos hasta la consecución de un capital de mayor calibre. Creímos que la venta de HD Colombia S. A. a JF Capital era la respuesta, pero no entendemos por qué, pese a su voluntad y sus diferentes acercamientos con autoridades locales, el dinero no pudo ser nacionalizado.
¿De cuánto dinero se estaba hablando?
JF Capital International presentó una oferta en marzo, que no solo cubría este saldo corriente antes del 10 de mayo, unos 35 millones de dólares, sino que asumía también los gastos operativos en el futuro, el costo estimado de la reorganización de las acreencias en Ley 1116 y la estabilización de la firma para una nueva etapa de crecimiento.
Ellos demostraron diligencia y celeridad en el avance de la transacción, no me queda duda de su genuino interés por ayudar a salvar la empresa y por sus habilidades para concretar un plan de expansión regional como el que propusieron. Lamentablemente, no se qué pudo pasar.
Pero tampoco se cumplió el plazo para dar a conocer la estructura del negocio con dicho fondo...
Como lo mencionó públicamente JF Capital en días pasados, la firma del acuerdo de venta de HD Colombia S. A., matriz de Mercadería, a JF Capital International Ltd. se dio el pasado 29 de marzo. En el acuerdo, el comprador asumía todas las deudas acumuladas desde enero, un plan de pagos para las acreencias en reorganización y un ambicioso plan de expansión en otros países de Latinoamérica.
El 2 de mayo se radicó en el expediente de la Superintendencia de Sociedades el plan de pagos y capitalización de JF Capital para Mercadería y por considerar la información amplia y suficiente no nos enviaron información adicional.
Fuertes acusaciones
El 2 de mayo se radicó en el expediente de la Superintendencia de Sociedades el plan de pagos y capitalización de JF Capital para Mercadería.
¿Qué responderles a quienes dicen que lo que usted a hecho es comprar tiempo para sacar recursos del país?
Eso es falso. Desde 2009 hemos logrado atraer a Colombia inversiones que superan los 500 millones de dólares para marcas como D1, Tostao y Justo & Bueno. Mercadería es una empresa con inversores institucionales, quienes se rigen por términos estrictos de cumplimiento y gobierno corporativo. Desde su inicio, la empresa ha sido auditada por KPMG y nuestras actividades han sido transparentes y escrutadas por inversionistas globales.
Una acusación de esas involucra a mucha gente con reputación intachable. Si mi interés hubiese sido sacar recursos del país, puede estar seguro de que no habría invertido todo mi capital en nuevos emprendimientos en Colombia. Mucho menos exponer al grupo fundador que me ha acompañado desde 2009.
Yo ya perdí todo tratando de sacar este proyecto adelante, pero estoy dispuesto a volver a empezar para seguir aportando a mejorar la calidad de vida de las personas y a servir al propósito que hemos construido de garantizar bienestar y accesibilidad para todas las familias, sin distinción de origen, credo, color o escala socioeconómica.
También se le acusa de hacer millonarios pagos a proveedores cercanos a su organización...
Mercadería es una compañía auditada por una de las grandes firmas de auditoría gerencial y contable en el mundo, los manejos financieros, la política de cumplimiento y la transparencia operacional son nuestros principales diferenciadores. Falta a la verdad quien infiera preferencias en pagos a empresas vinculadas u otros actores del proceso. Ni siquiera hicimos uso de estos fondos para privilegiar a nuestros colaboradores más frágiles, quienes claramente sufren por las recientes dilaciones en el pago de salarios.
¿Por qué solicitan la liquidación de la empresa?
Llevar a Justo & Bueno a una liquidación era el último recurso. Nuestro propósito desde el inicio de la crisis fue siempre su salvamento, de los empleos y de los aliados que han hecho parte de este gran sueño, pero debido a que no se produjo el ingreso de los recursos no tuvimos alternativa.
Actuamos con responsabilidad y en deber para con todas las familias de colaboradores y aliados que habían depositado su esperanza en el cumplimiento del compromiso de JF Capital. La Supersociedades permitió una última opción de salvamento y esperamos que en los próximos 30 días se logre concretar una fórmula que permita la continuidad de la empresa, porque sabemos que el país requiere este canal de distribución.
Y ante un escenario de liquidación, ¿con qué se les responderá a esas familias y a los acreedores?
El valor de Justo & Bueno radica en el posicionamiento que construimos en estos años y su aporte tanto a la calidad de vida de los hogares colombianos como a la seguridad alimentaria a través de la red de tiendas en más de 300 municipios del país. El modelo de negocio parte de un esquema de operación sin activos propios, combinando arrendamientos y leasing para facilitar el crecimiento en fase inicial. Una vez se entra en fase de acumulación, el modelo permite transitar a la construcción de un portafolio de activos fijos que consolidan la situación patrimonial de la empresa.
Justo & Bueno no alcanzó a acercarse a esta segunda etapa y por eso no tiene una base significativa de activos fijos que respalden acreencias ante un escenario de liquidación. El mayor valor de la cadena está en su capacidad de ejecución. Es por ello que el mejor escenario será mantener el canal en funcionamiento.
El fondo chino JF Capital
Entonces, ¿qué decirles a los trabajadores, arrendadores y proveedores víctimas de esta crisis?
Lo que diga es poco porque los afectados hemos sido muchos. Lamentamos profundamente la situación por la que están pasando los colaboradores, los dueños de locales, los proveedores, quienes fueron nuestros inversionistas y todos los que creyeron en nosotros. Confiamos en la luz de esperanza que encendió el juez para el salvamento de Justo & Bueno. Desde el principio actuamos con la mayor responsabilidad tratando de evitar el peor escenario y sabiendo que la única salida era mantener la operación activa. Agotamos todas las posibilidades para salvar a Mercadería.
¿De dónde surge la opción de JF Capital?
A partir de la firma del acuerdo, JF Capital inició las gestiones para asegurar la asignación de los fondos estratégicos para la operación dado que no es un fondo de equity tradicional, sino un colocador de fondos de múltiples emisores de alto grado de inversión a nivel mundial.
A pesar de no ser una firma conocida maneja un portafolio de inversión global en segmentos de alto impacto, principalmente, en gestión de tierras, inversiones relacionadas con commodities, tecnología de retail y redes de abastecimiento. Se acercaron a nosotros a través de la iglesia, y contaban con el aval de la Federación Mundial de Asociaciones de la UNESCO y de la Conferencia Episcopal Ecuménica Mundial, razón por la cual nos sentimos respaldados y confiados en ampliar la conversación.
Durante el proceso de negociación interactué con un grupo altamente profesional y con experiencia global que me inspiró confianza. Es por ello que quiero ser enfático en rechazar expresiones despectivas y discriminatorias hacia ellos. De todas las ofertas recibidas durante esta última etapa la de JF Capital no solo revestía el mayor capital de rescate sino un valor agregado por su portafolio de inversiones y experiencia. Creímos en ellos como aliados y lamentamos que no se haya concretado.
Las causas del declive de Mercaderia
Mercadería Justo & Bueno nació en 2016 y, según Michel Olmi, en el 2020 era el comercio con el récord de crecimiento más acelerado en el hemisferio. En 4 años alcanzaron 1.320 tiendas y ventas por más de 874 millones de dólares anuales, siendo la cadena de descuento de más rápido crecimiento en el mundo. Las proyecciones indicaban llegar a punto de equilibrio en 2020, dos años menos que su competidora D1, pero se les atravesó la pandemia.
Las restricciones en 2020, los cierres de tiendas y el paro nacional de 2021 limitaron el de capital y minaron la liquidez de la firma afectando su capacidad de pago y la confianza de los proveedores.
“La cuarentena y los cierres llevaron al desabastecimiento en la mayor parte de nuestro portafolio, situación que se tradujo en la caída de más de 94 por ciento en ventas”, señaló Olmi.