En los 14 años que Carlos Eduardo Botero estuvo al frente de Inexmoda no solo tuvo que enfrentar los retos propios de una industria que batalla todos los días contra el contrabando y los vaivenes del dólar.
Debió lidiar también con el rompimiento de las relaciones comerciales con Venezuela (2008) y, sin duda, con una de las etapas más duras desde el punto de vista económico y social del último siglo: la pandemia.
Dice, no obstante, que de todas esas coyunturas difíciles se sacaron enseñanzas que hoy le permiten ver un sector textil y de confecciones no solo transformado, sino también fortalecido y con grandes oportunidades.
¿Cuál es el panorama hoy del sector textil confección?
El sector tiene hoy grandes oportunidades en el mercado de las exportaciones. Veo muchas necesidades del mercado mexicano de abastecerse de más productos y, debido a lo que está sucediendo con las cadenas de abastecimiento, la inflación, el covid-19, hay una oportunidad de que una parte de esas compras que se hacían en otros lugares del mundo puedan trasladarse a este hemisferio y para Colombia pueden generarse nuevas oportunidades.
También hay mucha expectativa de cómo será el proceso de restablecimiento de relaciones comerciales con Venezuela. Y lo que estoy viendo es que el sector está comenzando a hacer una diversificación, buscando alternativas afuera, sin dejar de consolidarse en el país. Sé de varias marcas que están en ese proceso en Centroamérica y Ecuador para abrir espacios a sus marcas y, por otro lado, posibilidades de exportación hacia Estados Unidos y Venezuela.
¿Cree que en esos 14 años se transformó el mercado local?
Diría que hubo grandes hitos. Cuando empiezo mi gestión en Inexmoda en el 2008, comienzan a complicarse las cosas con Venezuela y surge un primer gran reto, cómo reemplazar esos 1.000 millones de dólares con otras oportunidades de negocios. Por fortuna, el mercado local absorbe buena parte de esas ventas dado que la economía colombiana se estaba volviendo a reactivar.
También se estaba terminando de aprobar el TLC con Estados Unidos y desde Inexmoda entendimos que había que fortalecer las conversaciones con los empresarios, seguir haciendo las mejores ferias de Latinoamérica, pero también tenía que haber una integralidad en los servicios que prestaba a la clase empresarial de la industria de la moda. Y es cuando creamos toda el área de transformación, los programas de competitividad, de aceleramiento empresarial y comienza una nueva etapa en Inexmoda.
¿Qué tan eficaz fue ese cambio, con una pandemia de por medio?
La pandemia fue un tema muy retador, pero quiero resaltar la capacidad del sector para acomodarse a las circunstancias, de acelerar sus procesos digitales. Diría que todas las compañías tenían algún producto asociado al mundo del e-commerce y lo que hizo la pandemia fue acelerar ese proceso, además, muchas empresas del sector textil confecciones empezaron a trabajar con el de la salud no solo en la elaboración de tapabocas, sino también de ropa hospitalaria y se llegó a exportar alrededor de 20 millones de dólares.
El aprendizaje de estos años fue fundamental...
Diría que la transformación con propósito de Inexmoda estuvo siempre adaptada y a la vanguardia de las necesidades del sector empresarial, buscando ser el faro hacia donde tenía que moverse la industria y eso llevó a lo que llevó consolidarse en esa institución útil para el país y la industria de la moda, a ser el único instituto en su género en Latinoamérica con un portafolio de servicios que le permite conectarse y hacer negocios, pero también fortalecerse financieramente.
Solo por citar unos logros en estos 14 años. Los ingresos de Inexmoda se multiplicaron 2,4 veces o un 138 por ciento; el Ebitda 22,3 veces, mientras el patrimonio lo hizo 2,5 veces entre el 2008 y el 2022, teniendo en cuenta el cierre de este año.
En tema de eficiencia los resultados también son muy positivos. Por ejemplo, la asistencia a Colombiamoda creció 468 por ciento, los expositores 11 por ciento y los compradores 51 por ciento. En Inexmoda los datos de esos tres rubros fueron de 64, 9 y 86 por ciento, respectivamente.
Hoy la diversificación de ese portafolio representa un 30 por ciento de los ingresos y en 2018 construimos una nueva sede, entre otros avances
¿Dónde están los mayores retos para la industria?
El contrabando sigue siendo una situación muy compleja, porque mientras exista el narcotráfico, el contrabando, a través de la industria textil y confecciones, es un mecanismo de lavado de activos, entonces, allí hay que seguir trabajando con las autoridades, para avanzar en ese sentido.
También hay que seguir fortaleciendo los espacios comerciales, donde hicimos una labor valiosa en materia de alianzas internacionales con Messe Frankfurt (Alemania), Fashion Snoops (USA) y Corferias (Colombia), con la que hay planes de montar una feria en Barranquilla en noviembre.
Entonces, seguir consolidando las propias ferias, las alianzas nacionales e internacionales y seguir con los programas de transformación de formación y de competitividad, manteniendo siempre actualidad para que tengamos un sector que aproveche las grandes oportunidades que existen hoy.
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