Este jueves, nueve meses exactos después de que se decretó la primera cuarentena obligatoria en el país, los colombianos celebran una Navidad marcada por la pandemia y por las restricciones para frenar el embate del coronavirus. Y eso, como lo evidencian estudios, encuestas y analistas, desencadenó cambios en la forma como tradicionalmente se vive esta temporada de fin de año, entre otras cosas, en las celebraciones, las vacaciones y los regalos.
Una encuesta realizada por la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) reveló que lo digital marca la pauta en regalos: los juguetes y los videojuegos se treparon al segundo lugar en la lista de objetos que la gente obsequió y obsequiará en esta temporada de diciembre. Mientras tanto, los viajes –que ocuparon ese lugar el año pasado– cayeron al puesto 14.
Rafael España, director económico de Fenalco, dice que el interés por los juegos de mesa u otros para compartir en familia y los videojuegos son un efecto directo de las medidas autoimpuestas o externas para permanecer en casa, y que esa misma razón explica por qué en la lista de los 12 regalos que se han hecho o se harán este diciembre están también los electrodomésticos y la remodelación del hogar.
Por ejemplo, dice que las ventas de cafeteras, batidoras y ollas freidoras se han disparado, así como las adecuaciones en baños y cocinas, y la instalación de chimeneas, porque “las personas saben que pasarán más tiempo en sus casas este nuevo año si siguen teletrabajando y y quieren tener más confort”.
Pero, mientras los regalos siguen siendo importantes en esta temporada, sobre las vacaciones el sondeo encontró que el 66 por ciento de las personas dijo que no realizaría ningún viaje.
Esa caída se evidencia, además, en datos entregados por Aviatur, que ha observado una disminución del 86 por ciento en las excursiones internacionales de colombianos y del 71 por ciento en los viajes nacionales, comparado con diciembre del 2019.
En todo caso, según cifras de Anato, las reservas activas totales de tiquetes aéreos para este mes ya marcan un incremento del 31,5 por ciento con respecto a todo el mes de noviembre. Así mismo se registra un crecimiento del 44 por ciento en el tránsito de pasajeros nacionales e internacionales, entre el 1.° y el 8 de diciembre, en comparación con el mismo número de días de noviembre.
Una encuesta realizada por la Secretaría de Salud de Bogotá y revelada hace una semana encontró que solo un 22 por ciento de los capitalinos tenían pensado salir de la ciudad para celebrar las fiestas de Navidad y fin de año, mientras que un 77 por ciento dijo que no tenía planeado salir de Bogotá.
Sobre si se reunirían con familiares y amigos (fuera del núcleo familiar), el 23 por ciento dijo que sí, frente a un 74 por ciento que afirmó que no compartiría con personas ajenas a su núcleo en esas celebraciones.
Un diciembre más austero
Un análisis de la Dirección de Investigaciones Económicas de Bancolombia sobre el comportamiento del consumo dentro de sus clientes entre el 5 y el 11 de diciembre encontró que las ventas al por menor cayeron 12 por ciento respecto de noviembre, cuando el consumo repuntó, en gran medida, por el anticipo de la prima, el día sin IVA y el Black Friday.
El estudio proyecta un porcentaje de ventas para todo el mes de diciembre de entre el 85 y el 90 por ciento de lo que se facturó durante el mismo mes del año pasado.
Juan Pablo Espinosa, director de investigaciones económicas de Bancolombia, asegura que el éxito de la tercera jornada sin IVA tuvo que ver con que ya no había tantas restricciones, los comercios estaban mejor preparados y hubo mucha promoción de las ventas electrónicas. Y en ese sentido, agrega que aunque todavía no se sabe cómo será el balance de todo el mes, hay “información que nos permite predecir que muchas de las compras de Navidad se hicieron a finales de noviembre” y en consecuencia las cifras de este mes no serán tan dinámicas.
De hecho, hace énfasis en que luego de esas jornadas de noviembre la gente empezó diciembre gastando en los bienes básicos, incluso con un incremento del 10 por ciento en presupuesto destinado al mercado. “La gente dejó de lado ciertos gastos aspiracionales y volvió a lo básico. En ese orden de ideas, uno pensaría que esta será una Navidad relativamente austera”, dice Espinosa.
La gente dejó de lado ciertos gastos aspiracionales y volvió a lo básico. En ese orden de ideas, uno pensaría que esta será una Navidad relativamente austera
El comercio virtual es –para Andrés Simon, managing director de la firma de investigación de mercados Kantar– el fenómeno más sobresaliente en el consumo en esta temporada de fin de año, y coincide con Espinosa en que la anticipación de las compras navideñas es muy marcada en comparación con años anteriores.
De acuerdo con Camilo Herrera, socio fundador de la consultora Raddar, históricamente, en diciembre, el gasto de los hogares colombianos es, en promedio, 40 por ciento más del que se registra en otros meses del año, y ese incremento se destina principalmente a las vacaciones, los regalos, comida, licores y decoración.
Sin embargo, si bien en este mes los hogares gastarán más de lo que en cualquier otro momento de la pandemia, dice Herrara, sería entre 5 y 15 por ciento menos que lo usual en esta temporada.
El analista asegura que de acuerdo con lo observado, “habrá un impacto mayor en los licores, el entretenimiento y el turismo, pero no en regalos y decoración”.
Un fenómeno que Herrera pone sobre la mesa es la posibilidad de que los regalos de fin de año se usen para adelantar la temporada escolar, como se vio en los años 2016 y 2017, en los que, asegura, muchos hogares decidieron darles a los niños y jóvenes morrales y otros utensilios para el colegio. En todo caso, esta situación estará mediada por la forma como sea el regreso a clases el próximo semestre, si será virtual o presencial.
‘Por la incertidumbre, somos más conservadores frente al consumo’
Cinco preguntas a Andrés casas, especialista en ciencias del comportamiento.
¿Cómo cambiarán las celebraciones por causa de la pandemia?
Hay mucha gente, por lo menos en Bogotá, que tomó unas medidas como comprar en línea y comprar anticipadamente. Y frente a la celebración, la gente ha sido muy inteligente en términos de tener en cuenta que no podemos vernos. Hay familias que decidieron poner en stand by el encuentro, otros salieron de Bogotá a fincas, a espacios abiertos. Hay que destacar que la gente se adaptó a la pandemia, en gran medida, gracias a los medios digitales, con compras y con celebraciones a distancia.
Hay ciudades con nuevas restricciones por mal comportamiento...
Sin duda, hubo personas que se relajaron, y el gran hito fue el día de las velitas, como ocurrió en EE. UU. con el Día de Acción de Gracias. Los hábitos y las celebraciones son una tradición de larga duración, entonces es algo con lo que nos quebramos. Para muchos, el fin de año es una época de relajación, cuando estamos más emocionales y queremos celebrar.
Durante la pandemia vimos algo que llamaríamos decaimiento comportamental; es decir, hubo un desgaste de la gente y los gobiernos no se prepararon tanto para el efecto que desencadenaría en esta época.
Hubo momentos de mucha incertidumbre, ¿cómo impacta eso a esta temporada?
Cuando hay incertidumbre se genera un efecto conservador frente al consumo y al cambio. Observamos entonces que, si bien en los días de apertura se disparó el consumo, no hubo una recuperación completa de él.
¿Estaremos revaluando el comprar por comprar?
La gente es mucho más prudente en el tipo de inversiones y gastos que hace, también es una buena excusa para evitar esa tendencia de sobregastar más de lo necesario. Creo que somos hoy una sociedad más consciente de que estamos viviendo en un mundo de cuenta regresiva en el impacto medioambiental.
Usted participó en un estudio sobre valores en crisis a partir de la pandemia, ¿qué encontraron?
Vemos que la pandemia le dio un golpe a un rasgo cultural que teníamos: ser positivos y muy orgullosos de ser colombianos. Eso nos lleva a decirle a la gente que tiene que ponerles atención a su entorno inmediato y a los suyos.
VALENTINA OBANDO JARAMILLO
EL TIEMPO