Los empresarios colombianos tampoco la tendrán fácil este año a la hora de conseguir financiación para sus proyectos e inversiones. Las elevadas tasas de interés, la inflación desbordada y la inminente desaceleración de la economía impedirán que salgan a buscar recursos no solo con la banca, sino a través del mercado de capitales, que el año pasado tuvo el peor ejercicio en su historia reciente con una abrumadora caída en las emisiones de deuda privada.
En efecto, en 2022 solo hubo 16 emisiones de bonos y otros títulos de deuda por valor de 2,49 billones de pesos, 76,3 por ciento menos que en 2021, "el nivel más bajo registrado en la historia reciente", según análisis de la comisionista Casa de Bolsa.
La cifra fue 4,2 veces menor que la registrada en 2021 (unos 10,5 billones de pesos) y 5,5 veces menos que la del máximo alcanzado en el 2010 (13,8 billones), uno de los años con la más alta colocación de deuda corporativa de las últimas décadas, según registros de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC).
El notable aumento en las tasas de interés, que superaron los dos dígitos por el disparo de la inflación; el incremento en las primas de riesgo, como consecuencia del retiro de estímulos económicos y fiscales; un repunte en la aversión al riesgo, por las expectativas de recesión económica, y las mayores captaciones de CDT por parte de los establecimientos de crédito, con el objetivo de cumplir los requisitos de fondeo de recursos, se cuentan entre las principales razones del desplome en la emisión de esa deuda el año pasado.
Lo preocupante para este 2023 es que el panorama no luce mejor que el del año pasado. Es más, analistas consultados coinciden en que, con una desaceleración económica en marcha, el mercado de deuda pública podría resentirse todavía más.
"Creo que mientras la inflación y las tasas de interés estén elevadas, los emisores buscarían otra fuente de financiación diferente a la colocación de bonos. Pero una vez la inflación y tasas comiencen a reducirse, probablemente la dinámica de colocaciones de deuda privada se vuelva a activar", precisa Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de la comisionista de Casa de Bolsa.
Duro panorama
Eso no sucederá, por lo menos, antes del cierre del primer trimestre del 2023, periodo en el que se espera que la inflación continúe repuntando, en tanto que la junta directiva del Banco de la República realice dos ajustes adicionales en su tasa de intervención del mercado, hoy en el 12 por ciento.
El 65,6 por ciento de los analistas del mercado consultados por el centro de estudios económicos Fedesarrollo creen que en su primera reunión del 2023, la junta del Emisor llevará su tasa de intervención hasta el 13 por ciento, mientras que el 68,4 por ciento prevé que dicha tasa se mantendrá arriba del 10 por ciento al cierre del 2023.
"Este sin duda será un año complicado para el mercado de deuda privada porque vamos a tener tasas de interés elevadas", señala Daniel Velandia, director de Investigación y economista jefe de Credicorp Capital Colombia, quien sostiene que se mantiene la expectativa de que el Banco de la República suba su tasa dos veces más y se supere el 13 por ciento.
Sostiene el experto que, en la medida en que la inflación es alta y las tasas elevadas, hay un menor incentivo para colocar deuda, lo que unido a una desaceleración de la economía, cuyo crecimiento calculan que puede caer al 1,3 por ciento, después del repunte de cerca del 8 por ciento del 2022, ayuda a que el panorama no pinte muy positivo.
Este sin duda será un año complicado para el mercado de deuda privada porque vamos a tener tasas de interés elevadas
Las condiciones del alto costo de financiamiento y las expectativas de menor actividad económica son los factores que deberían mantener un comportamiento bastante moderado de las colocaciones de deuda (bonos) por parte de las empresas y más bien lo que uno está viendo es que muchas de las operaciones que se vayan a realizar se concentrarán en refinanciamiento.
En medio de esas bajas emisiones el año pasado, las que más acudieron al mercado de capitales por recursos para sus proyectos fueron las entidades del sector financiero. De esos cerca de 2,5 billones, el 75 por ciento fue capturado por estas, mientras que el restante 25 por ciento correspondió a emisiones del sector real.
Según Casa de Bolsa, la entidad que más colocó deuda fue Bancóldex, con más de 500.000 millones de pesos; seguida por el Banco Popular, con más de 490.000 millones, e Isagén, con más de 256.000 millones.
El mismo informe indica que la mayoría de emisiones realizadas en 2022 fueron a un plazo de 3 años (1 billón de pesos). Les siguieron las pactadas a 2 años (más de 405.000 millones).
"La mayoría de las emisiones efectuadas en el tramo medio y largo fueron indexadas al IPC y denominadas en la UVR. El 53 por ciento de las series correspondieron a títulos denominados en tasa fija; el 30 por ciento, a títulos indexados al IPC; el 12 por ciento, a títulos indexados al IBR, y el 5 por ciento restante, a títulos denominados en la UVR".
Para tratar de enfrentar un poco el escenario económico y político del presente, Daniel Velandia, de Credicorp Capital, dice que es muy importante que el mercado, las empresas en general y los inversionistas estén atentos a todo lo que pueda suceder con las reformas (pensiones, laboral, salud) anunciadas por el Gobierno y lo que venga hacia adelante.
Estas, advierte, serán determinantes para las condiciones del mercado y las expectativas de nuevos proyectos de inversión de las empresas. "Si no hay nuevos proyectos de inversión, la línea de ruta no es muy grande, se reducen las necesidades de salir a buscar financiamiento", precisa el economista.
Ballén, de Casa de Bolsa, también es un convencido de que la reforma pensional será clave para el futuro del mercado de deuda corporativa en la medida que los fondos de pensiones son uno de los principales inversionistas de este mercado.
"En ese sentido, dependiendo de cómo sea aprobada la reforma pensional, podría llegar a presentarse algún tipo impacto por el lado de la demanda de bonos de deuda. Si se afecta el flujo de aportes de los fondos de pensiones, sería un golpe negativo ya que disminuiría su poder de compra de este tipo de títulos, no solo de deuda privada, sino de cualquier activo financiero", precisa el analista.
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