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¡Resistencia! El llamado del FMI a entidades como el Banco de la República
En Colombia, el Banco de la República dice que será prudente al bajar tasas.
Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda y Leonardo Villar, gerente del Banco de la República. Foto: Banco de la República
En el mundo, este año arreciará la presión contra los bancos centrales para que tomen decisiones que para el corto plazo lucen como el camino fácil. "Gobiernos y banqueros centrales tienen que resistir ante esas presiones", dice Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque la frase deja de lado el hecho de que las presiones pueden venir de los mismos gobiernos hacia los bancos emisores.
En un blog de Georgieva que acaba de publicar el Fondo, la cabeza de la institución muestra cómo los hechos han puesto en evidencia que ha habido menos inflación entre más independientes han sido los bancos centrales, es decir, aquellas entidades que emiten y regulan el dinero, como el Banco de la República en Colombia.
La ejecutiva explica, también, la importancia de tener alzas moderadas de precios, alzas bajo control, en la medida en que esa estabilidad termina garantizando un crecimiento saludable de la actividad económica y, por lo tanto, niveles adecuados de empleo para la gente.
"La conclusión es clara -dice la economista-: la independencia de la banca central importa para la estabilidad de precios, y la estabilidad de precios importa para el crecimiento consistente de largo plazo".
Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Foto:Getty Images
Y por si aún no es claro hacia dónde va el mensaje, agrega que "los legisladores han reconocido que la estabilidad de precios ayuda a la estabilidad macroeconómica que, en última instancia, favorece el empleo".
Georgieva señala que por estos días los bancos centrales vienen encarando muchos retos para su independencia: "crecen los llamados para recortar las tasas de interés, incluso si es prematuro, y es probable que se intensifiquen en la medida en que la mitad de la población del mundo vota este año".
En el descenso de la cumbre pueden existir tantos peligros como en el ascenso
Pero las presiones van más allá de pedir bajar las tasas. Incluso, en el país ha habido propuestas para cambiar la estructura de la junta, garantizando en ella sillas para gremios y sindicatos, a la manera del corporativismo de la España de Franco.
"Los riesgos de interferencia política en la toma de decisiones de los bancos y en los nombramientos de personal están creciendo", advierte Georgieva.
En consonancia con el FMI, el Banco de la República comenta en su página web, en una publicación de este miércoles, sobre la prudencia en la reducción de los intereses: “Los escaladores de alta montaña saben muy bien que en el descenso de la cumbre pueden existir tantos peligros como en el ascenso, por lo cual avanzan con gran precaución en esa segunda etapa del trayecto, para asegurar un sano retorno a casa”.
Cuando el Fondo Monetario hace su categórica invocación a la resistencia se fundamenta en los hechos. Los datos muestran, de acuerdo con Georgieva, que entre más independientes son los bancos centrales, ha habido menos inflación en sus países. "La independencia -dice- es crítica para ganar la pelea contra la inflación y alcanzar crecimiento económico estable en el largo plazo".
Un rastreo entre el 2007 y el 2021 a docenas de bancos centrales encontró que aquellos con fuerte independencia fueron más exitosos en mantener bajo control las expectativas de precios de la gente, "lo que ayuda a mantener la inflación baja".
Otro seguimiento, esta vez a 17 bancos centrales de Latinoamérica a lo largo de un siglo, también encontró que a mayor independencia hay mejores resultados en el comportamiento de las alzas. Para observar la independencia se tuvo en cuenta la autonomía para tomar decisiones, la claridad en el mandato y si el banco puede ser forzado a prestarle dinero al gobierno de su país.
Pero la independencia no se puede dar por sentada. No siempre existió. Y en donde la hay se debe defender para evitar volver al pasado. De acuerdo con la gerente del FMI, fue a mediados de los ochenta cuando los bancos centrales comenzaron a recibir respaldo político para combatir de manera agresiva la inflación.
En Colombia, la independencia del Banco de la República terminó siendo consagrada por la Constitución de 1991, que dice que el Emisor “estará organizado como persona jurídica de derecho público, con autonomía istrativa, patrimonial y técnica, sujeto a un régimen legal propio”. Para 1991, recién establecida esa independencia, la inflación del país todavía superaba el 31 por ciento anual.
Eran presionados a menudo por políticos a bajar las tasas cuando la inflación era alta
La realidad que se ha experimentado con la consolidación de la banca central independiente en numerosos países contrasta con lo que ocurría, por ejemplo, en los años 70, dice Georgieva, al recordar una década en la que las alzas desbordadas iban de la mano de una constante inestabilidad económica.
Para entonces, según explica la gerente del Fondo, los bancos centrales no contaban con mandatos claros para dar prioridad a la estabilidad de precios ni leyes claras que protegieran su autonomía. "En consecuencia, eran presionados a menudo por políticos a bajar las tasas cuando la inflación era alta".
En esas circunstancias, el país no fue la excepción, y alcanzó a sufrir incrementos de la canasta familiar que se acercaron al 42 por ciento anual en 1977.
Pero no hay que ir al pasado para ver qué pasa con la inflación cuando no hay banca central independiente. En el 2022, Argentina soportó alzas en los precios al consumidor, que en promedio durante el año fueron de 72 por ciento anual, y cerró el 2023 en 211 por ciento. De hecho, la inercia siguió, y para febrero de este año ya iba en 276 por ciento.
En Venezuela, para el año 2018, el mismo FMI llegó a estimar la inflación en más de 130.000 por ciento. ¡Inflación de seis dígitos! Para entonces, aún las transacciones predominantes eran todavía en una de las diferentes monedas domésticas que había creado el régimen. Para este año, se espera una inflación de 230 por ciento, cuando ya de hecho predomina el dólar, que dejó de ser perseguido.
Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda y Leonardo Villar, gerente del Banco de la República. Foto:Banco de la República
También en esta misma región se puede ver el caso de Cuba, para la cual los datos más recientes de la Cepal muestran una inflación anual de 45,5 por ciento.
Para los países donde se ha alcanzado la independencia de la banca central, es algo así como llegar a la mayoría de edad en el manejo del dinero. En palabras de Georgieva, en ellos "la política monetaria es predecible y fundamentada en metas de largo plazo alcanzables, antes que en ganancias políticas de corto plazo".
No está sometido a un despido fácil basado en sus opiniones políticas
Asimismo, un banco emisor autónomo controla su presupuesto y su personal "que no está sometido a un despido fácil basado en sus opiniones políticas o las acciones tomadas en el marco del mandato legal". Pero, como advierte la cabeza del FMI, todo eso no es gratis. El banco independiente debe rendir cuentas y ser transparente.
"Deben explicar periódicamente cómo sus acciones buscan avanzar en los objetivos establecidos por la legislación, tanto en informes detallados como a través de comparecencias ante los congresistas". El mes pasado, por ejemplo, el gerente del Emisor, Leonardo Villar, presentó un informe semestral ante la Comisión Cuarta de la Cámara de Representantes.
Pero viene una observación clave que hace la gerente del Fondo, relacionada con el hecho de que las decisiones de la banca central afectan a todas las personas de manera profunda: "Los bancos centrales y los gobiernos deben seguir trabajando en aumentar la alfabetización económica, de manera que la gente pueda ser parte de la conversación sobre políticas".
Una tarea clave teniendo en cuenta, por ejemplo, que en el país en la conversación al respecto dentro de la coyuntura actual, personas influyentes han llegado a sugerir que para reducir la inflación, el Emisor debería bajar, en lugar de subir, las tasas.
Así luce, pues, la teoría. En la práctica, durante la pandemia, los banqueros centrales aplicaron una agresiva flexibilización monetaria (medidas para facilitar el a más dinero). En el caso de Colombia, bajaron las tasas de interés de 4,25 a 1,75 por ciento.
Como lo relata Georgieva, los bancos ayudaron de esta forma a prevenir un colapso financiero global y a facilitar una rápida recuperación. En Colombia, ese rebote fue de los más notorios del mundo. Los crecimientos de 10,8 por ciento en 2021 y 7,3 por ciento en 2022, no solo borraron la caída de 7,2 por ciento del 2020, sino que aportaron 10,3 puntos más de expansión a la economía.
Esas acciones de la banca central han bajado la inflación a niveles mucho más manejables
Cuando se acabaron los encierros y se retomó la actividad normal, el rebote de la producción se dio de la mano de aumentos de los precios que llevaron a la inflación a máximos de varias décadas en buena parte del mundo. En Colombia, por ejemplo, llegó a subir a 13,34 por ciento, un nivel no visto en 24 años.
Fue entonces cuando los bancos emisores comenzaron -aunque en diferentes momentos y a diferentes ritmos- a apretar el al dinero, subiendo de nuevo las tasas de interés. Sobre esta fase, Georgieva dice que los mercados emergentes (aquellas economías que no son las más avanzadas, pero tampoco las de menores ingresos), "fueron líderes en apretar temprano", es decir, se adelantaron a subir las tasas.
En Colombia, ese proceso comenzó en octubre del 2021, cuando comenzaron las alzas de los intereses del Banco de la República, que seguirían hasta mayo del año pasado, llevando las tasas hasta 13,25 por ciento.
Tras esos 14 incrementos, la inflación comenzó a bajar. Para febrero de este año ya muestra 11 meses consecutivos de caída, hasta 7,74 por ciento.
De acuerdo con la publicación de este miércoles del Banco de la República, la caída de la inflación, la reducción en las expectativas de inflación futura y el ajuste en los desequilibrios que había causado el vigoroso crecimiento económico que hubo hasta el 2022 permitieron empezar a reducir las tasas de interés.
Estas experiencias alrededor del mundo muestran, al decir de la directora del Fondo, como "esas acciones de la banca central han bajado la inflación a niveles mucho más manejables y reducido los riesgos de un aterrizaje forzoso".
La batalla no ha terminado, dice la economista búlgara, pero "su éxito hasta ahora obedece en gran medida a la independencia y credibilidad que muchos bancos centrales han construido en recientes décadas".
Y en Colombia, el Emisor cobra sus logros, pero advierte: “Ahora es el momento de consolidar esos logros y mantener la prudencia”. Y señala los riesgos que persisten para la inflación, como el grado de indexación de tarifas de servicios, los efectos de El Niño en alimentos y energía, y la posibilidad de que la Reserva Federal (sus colegas en Estados Unidos) se demore en sus recortes de tasas.
Así, el Emisor colombiano notifica que esos factores “dificultan que la autoridad monetaria pueda ser muy agresiva con los recortes de la tasa de interés de política, puesto que se corre el riesgo de que bajadas muy rápidas tengan que revertirse si se materializan eventos que dificulten el logro de la meta”.